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El punto de no retorno
León García Soler A la mitad del sexenio y a la mitad del océano. Entre la nueva Europa y México de vuelta al siglo XVI. Nada que celebrar. Pero Felipe Calderón Hinojosa cumple tres años como titular del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión. Y 17 Congresos estatales aprueban aberrantes reformas constitucionales para establecer que el Estado debe proteger la vida desde el instante mismo de la gestación. De la despenalización del aborto a la criminalización: mujer que se vea obligada a abortar será acusada de homicidio. Cayó la noche. Hay tantos motivos de alarma, tanta incertidumbre y tanta desconfianza en una clase dirigente incapaz de enfrentar la realidad, aferrada a su dogmas, decidida a no ceder ni conceder, a rechazar las razones de quienes se atreven a decir lo que ven, lo que somos, lo que hacemos y hemos dejado de hacer para enfrentar la recesión global y cruel, para reconocer que han aumentado en 6 millones los pobres de la población de nuestra triste patria. Hay quienes aconsejan a Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, que se informe, que lea sobre México y sepa que el del Supremo Poder Ejecutivo ha dictado medidas y establecido "políticas anticíclicas". Y cuando Ernesto Cordero Arroyo declara que miles de niños llegan a la escuela con una tortilla dura en el estómago, embarrada con frijoles, si bien les va, lejos de precisar que entre los mexicanos que sobreviven en el hambre hay un millón 250 mil niños que padecen desnutrición crónica, condenados al subdesarrollo físico y mental, los señores del dogma acuden al maestro, al gurú del déficit cero, al vicepresidente económico del impresentable Vicente Fox: la sabiduría no da licencia para matar, sentencia Francisco Gil en planas editoriales de la prensa nacional. La ignorancia sí; la soberbia, desde luego, y más todavía, la certeza absoluta de los dueños de los secretos del Arcano. Y como paradoja del fin de la historia: si la realidad se opone, peor para la realidad. Nos quedamos sin petróleo, dice Felipe Calderón. Nombra al sobrino del magíster Gil, pero devalúa la dirección de Pemex y deja las decisiones en manos de la señora secretaria de Energía. Ella decidirá qué explora y qué explota el flamante director. Es para reducir el papel del sindicato, para eliminarlo, dicen los sicofantes. Por lo pronto, el secretario del Trabajo combate al sindicalismo y los agoreros del revanchismo, enlodan el sector de energía en busca de recuperar el impulso privatizador. Aunque al destapar esa gusanera, descubran corruptelas en la CFE de tiempos de Ernesto Zedillo y den ocasión a los savonarolas de petate de arrimarle la lumbre a Alfredo Elías. Para la mochería ignara lo importante es proteger la vida desde el instante de la gestación. Una vez parida la criatura, sobrevivirá condenada a perpetuar la pobreza y cumplir la ley natural: creced y reproducíos. Diecisiete estados de la República federal y democrática (laica, además) han aprobado las aberrantes reformas que califican al aborto como homicidio; algunas fijan penas adicionales; gran número de los que votaron su aprobación aseguran que dicha reforma constitucional no altera las leyes penales, ergo, "no penaliza el aborto". Mienten. Y lo saben. La embestida reaccionaria no se limita a los militantes del PAN, ni podríamos señalar a la clerigalla ignorante como único cómplice del retorno al oscurantismo criminal: los dueños del dinero, la gente decente, aprueban lo hecho y exigen ir mucho más allá. Los legisladores del PRI sumaron sus votos a los del PAN: Baja California, Campeche, Chihuahua, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora, Veracruz y Yucatán. Cuatro gobiernos panistas, 13 del PRI. San Luis Potosí y Querétaro panistas cuando aprobaron las reformas. Ya no, pero callan los del tricolor y rinden la plaza. El potosino del PRI es médico y fue secretario de Salud de improvisado panista apellidado De los Santos. Las ciencias biológicas son, por lo visto, asunto teológico. Porque Marco Antonio Adame, el de Morelos, es también galeno. ¿Cómo conciliar el voto de la bancada del PRI en el Congreso de Oaxaca con la tarea cumplida de añadir a los servicios médicos en poblaciones rurales aisladas la inscripción de actas de nacimiento en el registro civil? Sin ellas no tenemos existencia legal, no podemos estudiar, ni contraer matrimonio, ni votar, ni tener empleo con seguridad social. Ah, la desmemoria excluye de los fastos de 2010 la conmemoración de las leyes de Reforma. Ulises Ruiz es notable operador político, organizador y movilizador electoral, admirado por todos y temido por sus adversarios. ¿Pasó de noche la reforma de marras? Pudiera ser que el afamado operador haya dejado hacer, agobiado por la desbordada protesta del magisterio, la negativa del gobierno federal a brindar la ayuda solicitada cuando se radicalizó la agitación de la APPO. Averígüelo Vargas. Ulises Ruiz navega tranquilamente con rumbo a Ática: PRD, PT y Convergencia buscan aliarse con el PAN en torno a Gabino Cué, el candidato de Andrés Manuel López Obrador. Con esa alianza, el PRI ganará las elecciones; los derrotados acusarán al operador de toda suerte de fraudes, y Ulises Ruiz le cederá el gobierno de la tierra de Juárez a quien sea designado candidato del PRI. Haya sido quien haya sido... Lo de Veracruz da grima. Bastión liberal; la tierra de Gutiérrez Zamora, de Aarón Proal; la de Heriberto Jara, líder obrero en la huelga de Río Blanco, combatiente en la Revolución y constituyente en Querétaro en 1917: revolucionario de veras, al servicio de las mejores causas, las del progreso, la equidad y la justicia social. Y en Jalapa, en el Congreso del estado libre y soberano de Veracruz, aprobaron la aberrante iniciativa y un predicador, un ministro de culto religioso, diputado local en el remolino de la democracia sin adjetivos, los partidos sin objetivos y los hombres sin atributos, usa la tribuna como púlpito para tartajear un remedo de sermón en defensa de una moral equivalente a la del cacique huasteco Gonzalo Nicanor Santos. Fidel Herrera reaccionó bien, pero debió haber previsto el daño que haría a su estado y a su partido el entronizamiento de la intolerancia oscurantista. Reaccionó Fidel Herrera y envió su propia iniciativa de ley para despenalizar el aborto. Es un político de raza, al que sus adversarios acusan de ejercer un liderazgo fincado en el culto a la personalidad. Hace política y no deja pasar oportunidad alguna de hacer y difundir lo hecho. Nadie sabe dónde puede llegar Fidel Herrera, a quien incluyó la revista Time de los años 70 entre los líderes del futuro de la América nuestra. Pero ha sabido ampliar el espacio de poder donde hace política; hacer obra pública y presumir la creación de empleos formales en los malos tiempos de recesión y parálisis no es poca cosa. Ganó una impresionante mayoría en las elecciones de diputados al Congreso de la Unión de medio sexenio, a los que hay que sumar a los que apoyó en estados no gobernados por el PRI. Perdió el paso con la aprobación de la aberrante reforma, pero reaccionó con la iniciativa en la que propone la despenalización del aborto. Hizo su juego Fidel Herrera, como dirían en el puerto jarocho, donde juegan mentirosa:... y el cubilete en la mano. En la mesa, Enrique Peña y Marcelo Ebrard piden más fichas. La suerte está echada. EEM |
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