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Es tiempo de enfrentar el eje Teherán-Caracas


2010-04-12

Por Roger Noriega / Dow Jones Newswires

A medida que Washington se apura para delinear sanciones efectivas en contra de Irán, parece que se ha olvidado totalmente de la floreciente relación entre Mahmoud Ahmadinejad y Hugo Chávez. Esta alianza estratégica provee al régimen iraní de una fuente clandestina de uranio, le ayuda a evadir restricciones al comercio y el financiamiento y les da a los terroristas de Medio Oriente acceso a las armas del creciente arsenal de Chávez. Entonces, incluso si Occidente logra implementar sanciones efectivas, la sociedad de Teherán con Caracas podría aplastarlas.

Chávez es un enemigo confeso de Estados Unidos que ha apoyado a grupos terroristas y regímenes radicales por más de una década. Pero aunque su respaldo a Irán no debería sorprender a nadie, no es seguro que EU pueda responder al eje Caracas-Teherán.

El mandatario venezolano dejó entrever sus simpatías en septiembre de 2005 cuando Venezuela fue el único miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés) en votar en contra de sancionar a Irán por su programa ilegal de enriquecimiento de uranio. Cuatro años después, durante la octava visita de Chávez a Irán, el presidente llamó a ese país un "aliado estratégico". El 11 de septiembre de 2009, en una entrevista con el periódico francés Le Figaro, Chávez agradeció a Irán por ayudar a Venezuela a desarrollar su propio programa nuclear. De hecho, los dos gobiernos formalizaron su colaboración "en el campo de la tecnología nuclear" con una acuerdo firmado en Caracas en noviembre de 2008. Y, en medio de una aplastante crisis fiscal en diciembre último, Chávez ordenó a su ministerio de Economía y Finanzas destinar otros US$50 millones a un programa nuclear secreto, según un documento que me entregó una fuente en Venezuela.

Aunque Chávez ha calificado los informes de explotación de uranio como "mentiras" y parte de un "plan imperialista", la compañía canadiense de exploración de uranio U308 Corp ha registrado una fuente sustancial de uranio en la Cuenca de Roraima, en la frontera entre Guyana y la provincia venezolana de Bolívar.

Iraníes y otras personas de Medio Oriente operan una fábrica de tractores, una planta de cemento y una mina de oro en esta región. Dos de estas instalaciones tienen puertos privados en el Río Orinoco, lo que les permite un acceso sin restricciones al Océano Atlántico. Una de estas operaciones, la fábrica de tractores VenIrán, era el destino de 22 contenedores interceptados por las autoridades aduaneras de Turquía en el puerto de Mersin en diciembre de 2008. Estos contenían un "laboratorio de explosivos" y nitratos y sulfitos que se usan para fabricar explosivos.

Estas operaciones industriales son apenas la punta del iceberg. Empresas conjuntas y otros proyectos que suman un total de al menos US$30,000 millones entre compañías venezolanas e iraníes que actúan como pantallas pueden ser usadas para ocultar transacciones multimillonarias en dólares. Además, Irán ha creado varias instituciones financieras importantes en Venezuela que trabajan a través de los bancos locales para acceder al sistema bancario global.

Debido a que Venezuela apenas puede satisfacer su demanda doméstica por productos petroleros refinados, algunos dudan de que Chávez pueda cumplir la promesa que le hizo al régimen de Ahmadinejad en 2009 de suplirle con 20,000 barriles de gasolina al día para suavizar el impacto de las sanciones que se avecinan. Sin embargo, si los organismos de inteligencia estadounidenses están prestando atención, sabrán lo que Chávez le dijo a su contraparte iraní en Caracas en noviembre: Venezuela ya está comprando combustible en los mercados internacionales con el fin de dárselo a Irán, según un relato secreto de la reunión que una de mis fuentes venezolanas me reveló.

La relación con Irán también ha impulsado el apoyo de Venezuela a los radicales de Medio Oriente. En noviembre, comandos de la marina israelí incautaron el barco de carga alemán Francop �que llevaba 36 contenedores que contenían 500 toneladas de cohetes Katyusha, morteros, granadas y medio millón de municiones para armas de bajo calibre� que se dirigía hacia Siria y cuyo destino final era Hezbolá en Líbano. La carga letal había salido del puerto venezolano de Guanta más o menos cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, visitaba Damasco para entregar un mensaje de Chávez a Bashar al-Assad.

Debido a que EU está decidido a pasar por alto lo que descarta como provocaciones insignificantes, Washington se ha negado a tomar medidas efectivas en contra del apoyo de Chávez a los terroristas colombianos y su complacencia con el tráfico de drogas. Quizás sus lazos con Irán cambien la situación.

Cualquier programa serio de sanciones de cerrar las brechas abiertas por las sustanciales relaciones bancarias y empresariales entre Irán y Venezuela. El apoyo de Teherán a las ambiciones nucleares de Chávez debe ser escudriñado por la IAEA. Los funcionarios venezolanos, la petrolera estatal (PDVSA) y otras instituciones financieras deben ser investigadas y sancionadas por permitir transacciones financieras ilegales. El respaldo de Chávez a grupos terroristas en el continente americano y más allá debería ser enfrentado como una amenaza a la paz y un acto de agresión bajo el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.



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