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Decisión controvertida sobre venta de diamantes de Zimbabue
Por Godfrey Marawanyika, AFP HARARE - Zimbabue podrá volver a vender sus diamantes pese a las acusaciones de trabajo forzado en sus minas controladas por el ejército, en virtud de una decisión que divide a la comunidad internacional. El mecanismo de control de la comercialización de diamantes en el mundo, llamado Proceso de Kimberley, aprobó el jueves durante una reunión en Kinshasa la reanudación parcial de las ventas de diamantes procedentes de la región de Marange, en el este de Zimbabue. China, India y varios países africanos apoyaron la decisión. Países occidentales, defensores de los derechos humanos e industriales del sector se opusieron. Las minas de Marange, consideradas las más ricas descubiertas en África en varias décadas, fueron tomadas por el ejército en 2008. Los soldados expulsaron a miles de mineros, y obligaron a civiles a hacer el trabajo. Según grupos defensores de los derechos humanos, unas 200 personas murieron en las minas, y otras fueron golpeadas o violadas. Los expertos del Proceso de Kimberley denunciaron "actos de violencia horribles e inaceptables", y las autorizaciones de venta de diamantes de Marange quedaron suspendidas. El gobierno de Robert Mugabe saludó la autorización obtenida el jueves. "Hemos hecho un gran avance", dijo el ministro de Recursos Mineros Obert Mpofu, en una entrevista con el diario oficial Herald. El ministro precisó que el Proceso de Kimberley autorizó la reanudación de las actividades en dos minas (de un total de cinco) de las empresas Marange Resources y Mbada Diamonds "con efecto inmediato y sin ninguna supervisión". Un grupo de control del sector de diamantes en Estados Unidos, Rapaport Trade, advirtió a los profesionales contra la compra de piedras procedentes de las minas de Marange. "Pronto se pondrán en el mercado piedras de Marange", indica Rapaport Trade en un comunicado. "Los compradores de buena fe deben cerciorarse en sus tratos con los mayoristas de que no les están vendiendo esos diamantes". En su origen, el Proceso de Kimberley fue creado para prevenir la venta de diamantes que financiaban guerras civiles en Liberia y Sierra Leona. Más adelante, el mecanismo se mantuvo para intentar reglamentar las actividades de un sector que explota y a veces trata brutalmente la mano de obra local. La suspensión del comercio de diamantes de Marange no impidió sin embargo el flujo contrabandístico de esas piedras a la frontera del vecino Mozambique, desde donde eran enviadas a los mercados internacionales. EEM |
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