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Ultima apuesta de Berlusconi en las elecciones italianas


2013-02-23

ROMA (Reuters) - El multimillonario empresario Silvio Berlusconi volvió a sorprender a Italia con un arrollador regreso a la política que crispó los nervios en capitales europeas y entre inversores, pero las señales muestran que su apuesta final ha fracasado.

El magnate de los medios y cuatro veces primer ministro, de 76 años, sufrió el rechazo público en gran parte del 2012 luego de su renuncia en noviembre del 2011 mientras Italia se encaminaba hacia una crisis de duda.

Su indecisión sobre si presentarse a las elecciones de este fin de semana llevó a su Partido Pueblo de la Libertad (PDL) al borde de la desintegración.

Pero desde que precipitó en diciembre la caída de su sucesor, el tecnócrata Mario Monti, y se zambulló en la campaña electoral, Berlusconi ha mostrado un inigualable dominio de la comunicación y la energía.

"Berlusconi fue un mal primer ministro, pero es duro para hacer campaña, nunca se da por vencido", dijo el analista Massimo Franco.

Sin embargo, la mayoría de los encuestadores piensa que Berlusconi aún no alcanza a Pier Luigi Bersani, el candidato de centroizquierda, y que en los últimos días de campaña habría aumentado la brecha entre ambos, que era de unos 5 puntos porcentuales cuando comenzó la veda para los sondeos el 9 de febrero.

Se cree que Berlusconi estaría sufriendo también por otro candidato popular, el líder del Movimiento 5 Estrellas Beppe Grillo, que ha aprovechado una ola de disgusto público con los políticos tradicionales.

El éxito de Grillo, que según algunos analistas habría alcanzado un 20 por ciento y superado al PDL, podría socavar el intento de Berlusconi de ganar suficientes escaños en el Senado para paralizar un gobierno de centroizquierda que es probable que forme una alianza con Monti.

Si Berlusconi fracasa, pese a una extraordinaria campaña, muchos creen que desaparecerá gradualmente y eventualmente perderá el liderazgo de la centroderecha que ha encabezado por casi 20 años.

PERSONAJE EXTRAORDINARIO

Berlusconi es uno de los personajes más extraordinarios salidos del con frecuencia bizarro ambiente político italiano, con una excepcional mezcla de talento político, comportamiento descarado y tendencia a errores diplomáticos que lo llevaron a su virtual ostracismo de las cumbres europeas antes de su caída en el 2011.

Mientras escalaba en los números durante las últimas semanas, la tensión en capitales europeas, en particular en Alemania, su blanco favorito, era palpable.

Pero los llamamientos de políticos europeos a votar por Monti y no por Berlusconi no perjudicaron al magnate, sino que crearon resentimiento por la interferencia extranjera y dañaron al saliente primer ministro.

Durante años, Berlusconi pareció virtualmente inmune a polémicas que habrían destruido a un político en muchas partes del mundo. Sobrevivió a hasta 30 juicios por fraude y corrupción y actualmente enfrenta un proceso por haber tenido relaciones sexuales con una prostituta menor de edad durante fiestas en su casa.

El magnate, siempre bronceado, ha sido objeto de burla fuera de Italia por sus liftings faciales, trasplante de cabello y lo obvio de su maquillaje, pero en el último mes ha mostrado una capacidad duradera de llegar a una gran parte de los votantes conservadores, especialmente las mujeres de mediana edad.

Berlusconi posee agudos instintos políticos que le permiten adueñarse de temas que tienen importancia para los electores, a diferencia de Monti, que fracasó en llevar adelante una buena campaña como centrista, y Bersani, un orador aburridor y que realizó una campaña sin brillo.

El magnate siempre ha mostrado ser mejor en las promesas que en la acción, fracasando en implementar sus compromisos de liberalizar una economía inflexible y poco competitiva pese a su aplastante tercera victoria electoral en el 2008.

Berlusconi, uno de los hombres más ricos de Italia, irrumpió en la política en 1994, creando su propio partido casi de la noche a la mañana para llenar un vacío en la derecha causado por un enorme escándalo de corrupción que involucró a los partidos tradicionales, incluidos los Demócrata Cristianos.

Se autoproclamó como una nueva fuerza, diferente a los políticos tradicionales, pero ahora, irónicamente, parece estar perdiendo espacio a manos de Grillo, como él 20 años atrás, un nuevo elemento en el escenario político local.



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