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A Francisco el beneficio de la duda


2013-03-21

Ángel Guerra Cabrera, La Jornada

No soy experto en religión. Mi tema principal de estudio es América Latina y el Caribe desde una óptica política. Me interesa todo lo que pueda influir en el devenir de la región y es el caso de la elección por primera vez en la historia de un papa latinoamericano. También el primer jesuita en ocupar el cargo, el primero que toma el nombre de Francisco y el primero no europeo desde el año 741. La pregunta obligada es: ¿qué llevó a los cardenales a darle por primera vez en siglos el voto mayoritario a un prelado latinoamericano?

Deben haber pesado múltiples factores. No creo que se pueda reducir al hecho de que América Latina y el Caribe sea la región del mundo donde viven más creyentes católicos. Y cabe agregar: ¿por qué ahora?, pues la proporción de católicos en nuestra región es muy alta desde hace mucho tiempo. No pretendo dar respuestas, pronto podremos discernir a qué obedeció esta determinación.

¿Es un papa latinoamericano un hecho favorable por sí mismo? Tal vez, en principio podría significar un importante paso de la Iglesia Católica para romper con su tradicional eurocentrismo y tácitamente reconocer el papel de vanguardia política, económica, cultural y moral cada vez más protagónico de nuestra región en la escena internacional. Cabría imaginar hasta la posibilidad de la cooperación de la iglesia con los gobiernos en el combate a las desigualdades sociales en el marco de la Alba, la Celac y la Unasur. Sin embargo, existen opiniones muy contradictorias.

El eminente teólogo de la liberación Leonardo Boff se entusiasma con la elección del cardenal argentino en una entrevista para la revista alemana Der Spiegel: "Ahora es Papa y puede hacer lo que quiera. Muchos se sorprenderán con lo que va a hacer Francisco. Para ello necesitará una ruptura con las tradiciones, dejar atrás la curia corrupta del Vaticano para abrirle paso a una iglesia universal. Este nombre es programático: Francisco de Asís representa una iglesia de los pobres y los oprimidos, responsabilidad ante el medioambiente y rechazo al lujo y la ostentación", agrega.

Boff dice que aunque en muchos aspectos �como lo referente a los anticonceptivos, el celibato y la homosexualidad� Bergoglio siguió una línea conservadora, se debió a la presión del Vaticano y aduce que hay elementos que indican que el nuevo papa es más liberal. Señala que recientemente aprobó que una pareja homosexual adoptara un niño y que tiene contacto con sacerdotes repudiados por la iglesia por haberse casado.

Boff desestima las acusaciones, entre otros del relevante periodista argentino Horacio Bervistsky, que aseguran que Bergoglio cuando menos no apoyó a dos jesuitas en peligro de ser asesinados por la dictadura militar, más tarde apresados y torturados durante meses y afirma que cree en la declaración exculpatoria del premio Nobel y militante católico preso durante la dictadura Adolfo Pérez Esquivel. Cabe recordar que Pérez Esquivel precisó luego: "No fue un cómplice directo de la dictadura, pero le faltó coraje para acompañar nuestra lucha por los derechos humanos".

El dominico y también teólogo de la liberación Frei Beto destaca que nunca hubo un papa cuyo nombre evocara a Francisco de Asís y comenta que ello es símbolo de acción por los pobres, de ecología y de un santo que soñó que la Iglesia se estaba derrumbando y debía reconstruirla. Sin embargo, acepta que el nombramiento podría obedecer al propósito de que la Iglesia salga al paso al avance del "progresismo político" en América Latina: "temo que el Papa pueda prestarse a eso�" Este es el mismo punto que han subrayado analistas geopolíticos como Julio Gambina y Raúl Zibechi y apuntan a la intención de Washington y el Vaticano de disputar las conciencias ante el "efecto Chávez". Zibechi señala que la elección del nuevo Papa se inserta en el objetivo del capital trasnacional, compartido por la Casa Blanca, de desestabilizar Argentina y por carambola romper su vital alianza con Brasil en defensa de la integración de América Latina.

Dudo que el Vaticano quiera o pueda proponerse una empresa tan colosal. La Iglesia enfrente gravísimos problemas que consumirán mucho tiempo al papa Francisco, vale la pena leer la lista de eventuales tareas que le proponen Frei Beto o Bernardo Barranco. No creo que sea su prioridad hostigar a gobiernos con sólido apoyo popular y líderes prestigiosos y capaces como Maduro, Evo, Correa, Cristina, Dilma, Mujica y sus pares contra los que Washington no ha podido.



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