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Bullying Económico. Pobreza en la Infancia y la Adolescencia


2014-06-23

David Márquez Ayala, La Jornada

Bullying: vocablo de lengua inglesa hoy lamentablemente célebre que alude a todo acto de agresión, ofensa, humillación, abuso o intimidación del fuerte (usualmente en pandilla) contra el débil. Sin ser un fenómeno nuevo, ahora, con el agringamiento de México y la degradación económica, política, ética e institucional que nos invade, tal fenómeno está alcanzando rango de epidemia social y patológica moda importada.

En su naturaleza, el neoliberalismo económico que nos han impuesto es ni más ni menos un bullying a escala social. Su brutalidad, ausencia de escrúpulos, esencia depredadora, competitividad enfermiza y apego a las leyes de la jungla, nos están desdibujando como especie superior y colectividad civilizada.

Millones de infantes y adolescentes (y adultos por supuesto) son hoy en día y en números crecientes víctimas en nuestro país de ese bullying económico-social que el cártel neoliberal ejerce contra una población débil, vulnerable e inerte. De tal agravio da cuenta este Reporte con base (resumen textual) en el relevante informe Pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México, 2008-2010 recién publicado por UNICEF y Coneval.
Resumen ejecutivo.

El propósito central de este documento es proveer información oportuna y confiable sobre la situación de niñas, niños y adolescentes en México que se encuentran en situación de pobreza y, derivado de ello, enfrentan el incumplimiento de algunos de sus derechos.

Principales hallazgos

La pobreza infantil presenta características particulares ya que tiene una mayor probabilidad de volverse permanente: sus posibilidades de reversión son más limitadas y las potencialidades para su reproducción en el futuro son mayores. La pobreza en la infancia y la adolescencia genera daños, a veces irreversibles, lo que da un sentido de prioridad a su atención.

La población infantil y adolescente enfrenta mayores niveles de pobreza que el resto de la población mexicana. En 2008, 44.5% de la población total se encontraba en situación de pobreza; entre las niñas, niños y adolescentes era de 53.5%. En 2010, el 46.2% de la población mexicana era pobre, mientras que 53.8% de la población de 0 a 17 años lo era.

A pesar de que la pobreza aumentó en la población en general, el número de niñas, niños y adolescentes pobres no aumentó. Entre 2008 y 2010, la población de 0-17 en pobreza pasó de 21.5 a 21.4 millones (G-1). Esto puede explicarse porque la disminución porcentual de las carencias sociales (sobre todo en el acceso a los servicios de salud, el acceso a la seguridad social y el rezago educativo) fue mayor entre la población infantil que entre la población en general; y también porque el aumento en la carencia por ingresos fue menor en la población infantil que en la población total. No obstante, el 55.5% de las niñas y los niños de 0 a 5 años de edad se encuentran en pobreza.

Entre 2008 y 2010, años en los que se presentó un panorama macroeconómico adverso, hubo un deterioro significativo de los niveles de ingreso de los hogares en México, especialmente en aquellos con integrantes menores de 18 años que de por sí ya se encontraban en mayor desventaja. La proporción de la población total con un ingreso insuficiente para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias pasó de 49 a 52%; y entre la población de 0- 17 años este mismo porcentaje se incrementó de 58.1 a 61% (G-2) .

No obstante, los infantes y adolescentes que no alcanzaron la línea de bienestar económico mínimo pasaron del 21.3 al 24.7%

A diferencia de lo que ocurrió en materia de ingresos, en el período se observaron avances en cuanto a la superación de las carencias sociales de la población infantil y adolescente. Las mejoras en esta población fueron mayores a las observadas en la población adulta. El porcentaje de la población 0-17 con al menos una carencia social se redujo de 82.3% en 2008 (33.1 millones) a 76.3% en 2010 (30.3 millones). Para la población total este indicador pasó de 77.5% en 2008 (85 millones de personas) a 74.9 en 2010 (84.3 millones).

En el mismo periodo fue posible observar una mejora en cinco de los seis indicadores de carencia social, tanto para niñas, niños y adolescentes como para la población general (G-3) . El único indicador de carencia social que presentó una tendencia desfavorable entre 2008 y 2010 fue el del acceso a la alimentación, afectando en una proporción ligeramente mayor a la población 0-17, en comparación con la población en general. Entre la población total, la incidencia de esta carencia aumentó 3.2%, mientras que entre la población infantil y adolescente se incrementó en 3.8%.

A pesar de los avances registrados, en 2010 un alto porcentaje de la población 0-17 tenía insatisfechos sus derechos sociales. En 2010, tres de cada cuatro niñas, niños o adolescentes mexicanos padecían alguna carencia social y uno de cada cuatro presentaba tres o más carencias sociales;... 9.8% tenían carencia por rezago educativo; 29.8% de acceso a servicios de salud; 64% de acceso a seguridad social; 20.1% por calidad y espacios de la vivienda; 19.8% por servicios básicos en la vivienda, y 29.5% carencia por acceso a la alimentación (G-3).

Las desigualdades que existen entre las zonas rurales y urbanas y entre regiones del país se reflejan también en el análisis de la pobreza entre la infancia y la adolescencia. Mientras que 4.6% de la población de 0-17 que vivía en las ciudades de más de 100 mil habitantes se encontraba en situación de pobreza extrema en 2010, entre la población de las localidades de menos de 2,500 habitantes este porcentaje se quintuplicaba, llegando a 26.6%. Por otra parte, mientras en el norte del país la incidencia de la pobreza entre niñas, niños y adolescentes era de 39.1%, en las entidades del sur y el sureste del país este indicador era de 69.3%: una diferencia de poco más de 30 puntos porcentuales (G-4) . Así mismo, en los municipios de muy baja marginación 5.1% de la población infantil y adolescente se encontraba en situación de pobreza extrema, pero en aquellos municipios con muy alto grado de marginación este porcentaje era diez veces superior, 50.8%.



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