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Socialismo bolivariano libera parcialmente mercado de divisas


2015-02-11

Néstor Rojas Mavares

Caracas. (dpa) - Después de 12 años de estricto control cambiario, el gobierno venezolano pondrá en funcionamiento un mercado libre que dependerá de la oferta y la demanda, apremiado por la escasez de petrodólares que explica en parte el desabastecimiento de alimentos y medicinas.

De este modo, se mantendrá el complejo esquema de tres tipos de cambio, con brechas astronómicas entre sus tasas, mientras que de cierta manera se legalizará el tipo de cambio paralelo.

El llamado Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que operará a partir de esta semana, podría arrancar con un precio cercano al cambio paralelo, hasta ahora ilegal, y que es el que mayores cotizaciones presenta.

El actual esquema de controles cambiarios opera además con una tasa de 6,30 bolívares por dólar, reservada para importaciones de alimentos y medicinas, y otra que se cotizará a 12 bolívares con fluctuaciones, dependiendo de las subastas que realice el Banco Central de Venezuela.

El ministro de Economía y Finanzas, Marco Torres, y el presidente del Banco Central, Nelson Merentes, anunciaron hoy el nuevo esquema y desestimaron interpretaciones sobre una devaluación con el argumento de que persiste la tasa preferencial de 6,30 bolívares, con la cual, según cifras oficiales, se realiza el 70 por ciento de las operaciones del país.

Los especialistas recibieron con cierto optimismo el tercer mercado cambiario, aunque advirtieron que su tasa dependerá de la disponibilidad de dólares que lleguen a ese sistema, que será manejado por bancos y casas de bolsa.

Los funcionarios afirmaron que el mercado será de libre acceso para personas naturales y empresas, con operaciones de compra y venta en efectivo de hasta 300 dólares diarios.

La medida pretende ser una vía de alivio del mercado local, que ha estado meses bajo presión por la escasez de divisas y el estricto control cambiario vigente desde marzo de 2003.

En el último año, el gobierno se declaró en guerra para derrotar el dólar paralelo, que tiene como marcador una página web, ante su alta cotización sobre las tasas oficiales. Sin embargo, está por verse si la nueva pulseada confirmará al paralelo como "referencia" en el mercado.

"Aquel que quiera vender, puede hacerlo a través de este sistema, por medio de las casas de cambios. Queremos modificar la economía venezolana para llegar a exportadores no tradicionales. No queremos que con el Simadi se acelere la inflación, todo lo contrario", explicó Merentes.

El juego de oferta y demanda no se aplicaba en el mercado cambiario venezolano desde hacía más de una década, por lo que el ajuste será una novedad para un país ávido de divisas.

El gobierno quiere reservar la mayor parte de las divisas para la importación de alimentos y medicinas y el pago de la deuda externa, cuando en marzo se acercan vencimientos de la deuda soberana por más de 2,000 millones de dólares.

Con un barril de petróleo cayendo en picada, ingreso casi exclusivo externo en el país, Venezuela podría dejar de recibir entre 20,000 y 35,000 millones de dólares este año.

La escasez de dólares ha agravado el desabastecimiento en los mercados, que mantiene a los venezolanos formándose diariamente en filas en los supermercados en busca de bienes de consumo escasos.

Analistas dijeron que el sistema libre de divisas es una señal positiva hacia la liberación del mercado, pero la expectativa está centrada en saber el punto de arranque de la nueva tasa ante una oferta de dólares limitada.

El asesor económico de la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), José Guerra, afirmó que con este mecanismo el país "está ante un macro de devaluación".

"Quien crea que aquí el dólar paralelo va a bajar, que se baje de esa nube", dijo, y agregó que para evitar que el cambio de Simadi se cotice por debajo del paralelo la petrolera estatal PDVSA y el Banco Central tendrán que hacer inyecciones "masivas y sostenidas" de dólares a ese mercado.

A la vez, el economista y especialista en opinión pública Luis Vicente León señaló que los anuncios del nuevo sistema cambiario no permiten ser "especialmente optimistas".

León, cuyos análisis con frecuencia son mencionados por el presidente Nicolás Maduro, señaló en su cuenta de Twitter que la "jugada menos mala" en esta situación sería restringir las divisas al cambio de 6,30 bolívares, flotar el de 12 y que el Simadi "no tenga restricción".

"El gran cambio en los anuncios cambiarios es la apertura del mercado paralelo, que el gobierno llama 'marginal' y debió ser 'principal'", opinó.

Sin embargo, puntualizó que la estrategia de insistir en un sistema de cambio múltiple "mantiene los estímulos al arbitraje, la ineficiencia y la corrupción que ya existía".

En rueda prensa, Torres y Merentes estimaron que el tercer mercado permitirá que entren mayores flujos de divisas al país a través de operaciones no necesariamente relacionadas con el petróleo.

"Es importante saber que podrán acceder personas naturales y jurídicas, solo deben tener cuentas en instituciones financieras como lo establece la normativa cambiaria", explicó Merentes.



LAL


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