|
Formato de impresión |
"Francisco es la voz que tiene el coraje de decir las cosas como son"
Por Jaume Figa i Vaello Ciudad del Vaticano, 21 de julio de 2015 (ZENIT.org).- Las stanze vaticane impresionan. Al contrario de lo que pasa con los platós de televisión, ahí todo es mayor de lo que habías visto en imágenes: la Porta di SantAnna, el Palazzo Apostolico, las majestuosas escalinatas, el Cortile di San Damaso� Magnificencia histórica, con rincones de más de quinientos años; espléndida, pero �contrariamente a lo que algunos insisten en manifestar� no ostentosa: yo diría que justo lo contrario. Mons. Georg G�nswein (1956) nos recibió en una de esas tantas salas: no muy grande, roja, bien iluminada, antigua, elegante. Como elegante es siempre el porte de este monsignore. Le pregunté si le molestaba que algunos le conocieran como el George Clooney del Vaticano, y se rió: "Si le soy sincero, al principio tuve que buscar en Internet quién era y me dije: ¡oh!. De todos modos, no exageremos�; sí oigo cosas, pero lo dejo pasar y, con el tiempo, desaparecen". Sin altiveces que quizá esperarías de alguien con su posición, tan cerca de dos de las personas más influyentes del mundo. Sencillo. Le pedí disculpas por mi itagnolo, pero él me salió con que el suyo es itatedesco. Yo pienso que habla la lengua de Dante con gran distinción y que los más de veinte años en la Ciudad Eterna �llegó en 1993� seguramente son causa de ello. En 1996, se puso en manos de Joseph Ratzinger, en la Congregación para la Doctrina de la Fe y, desde 2003, como su secretario personal, cargo que mantuvo al convertirse, el cardenal, en papa Benedicto. En 2012 fue nombrado prefecto de la Casa Pontificia y, con el nuevo pontificado, Francisco lo confirmó en el cargo. Corría el año 2013, justo el mes en que el intenso calor detiene Roma, pero no para el papa Bergoglio: 31 de agosto. Así las cosas, Mons. G�nswein es, hoy, la única persona en la historia de la Iglesia que sirve a dos papas a la vez. Digamos que vive con el alemán �celebran Misa juntos, rezan el rosario, andan media hora todos los días��, y, por la tarde, trabaja con el argentino. ¿Cómo lo hace para colaborar con dos papas? No creo que resulte sencillo, adaptarse a dos personalidades tan distintas -- Mons. Georg G�nswein: Efectivamente son muy diferentes uno del otro; y, para mí, pasar de una larga experiencia como secretario del cardenal Ratzinger, y Benedicto XVI después, a trabajar también con el papa Francisco, no fue nada fácil. Digamos que, usando un lenguaje informático, tuve que "hacerme compatible", porque realmente ha sido un cambio bastante intenso. Recibí el cargo de prefecto, que después Francisco quiso confirmar, y lo que hacemos �mis colaboradores y yo� es servir. Y ya está. ¿Cómo? Pues depende mucho de las cosas y del modo como cada papa guía la Iglesia. No obstante, debo decir que hay una gran ventaja en todo esto: vivir y colaborar con dos papas, esta diversidad, me ha ayudado y me ayuda a crecer, a trabajarme: humana y espiritualmente. Más allá de las diferencias físicas �aquello de los zapatos, la cruz, etc.�, a veces parece como que incluso en lo que dicen puede haber distancias. Todas esas historietas del comienzo del pontificado �que si usaba los zapatos negros, que si la cruz pectoral era de plata, que si�; son secundarias: cosas externas, modos de hacer. Si se mira un poco mejor el contenido, se ve que en el modo de ejercitar el munus petrinum hay una gran continuidad con su predecesor. Y así debe ser. Hablamos de un sudamericano y un alemán, muy distintos entre sí. El primero ha sido educado y formado desde la espiritualidad jesuita y es lógico que su modo de hacer, de pensar y también de ejercitar su mandato sea distinto al de alguien que ha tenido una formación sobre todo académica y universitaria. A menudo, Francisco me recuerda a Juan Pablo II ¿Cómo cuáles? Alguna vez he oído decir: "Juan Pablo II es el papa de la esperanza; Benedicto XVI, el papa de la fe; Francisco, el papa de la caridad". ¿Cree que, aunque simple, puede ser un buen análisis de la realidad? Bueno�, es difícil resumir un pontificado entero. Siempre que se intenta constreñir en una palabra algo complejo es un riesgo. Yo diría que el papa Francisco es el papa de los gestos y el papa de la misericordia, ¿no? Aún estamos en pleno viaje, pero, pasados dos años, me parece que "el papa de los gestos" al menos da una idea. Con esta perspectiva temporal de la que habla, ¿qué significa realmente, para Benedicto XVI, ser "peregrino terrenal"? FASCINADO POR LA VIDA UNIVERSITARIA Stanislaw Dziwisz contaba a Georg G�nswein �"recuerdo haberme encontrado con él, después del nombramiento del papa Benedicto XVI", me dijo� que un secretario papal "debe defender al santo padre de todas las consecuencias de una avalancha: habrá mucha gente que querrá tener acceso a él, contacto con él. Lo importante es que su secretario esté siempre pendiente de dar respuesta a las necesidades del papa; y aquí, dependerá mucho de su modo personal de hacer y de cada situación". Y así ha actuado él: las cosas han ido saliendo porque se ha dejado llevar. Y ya está. "Nunca he dicho: quiero hacer esto o lo otro�; me ha llegado un encargo, y lo he aceptado". Por "fuerza mayor" �su diócesis necesitaba un vicario judicial� se dedicó al Derecho Canónico. No era lo que, al principio, más le apasionara, pero acabó doctorándose en la materia. En Múnich, "la vida universitaria me fascinó, y siempre he estudiado de buena gana". Poco después, ya en Roma, tuvo la oportunidad de dar clases en disciplinas canónicas en la universidad. "El contacto directo con estudiantes de todo el mundo y el desafío académico ha sido, para mí, una auténtica escuela de vida". Cinco años: como secretario papal, los vientos cambiaron de nuevo. "Lo echo de menos, sí, y siempre que puedo voy a encuentros con jóvenes donde me lo piden. Está claro que tengo dos encargos que son lo primero. Pero no vivo aislado; eso no es verdad". Algunos siguen sin entender la renuncia y la ven, sí, como una estrategia para bloquear intentos de provocar algún daño. Usted, alguna vez ha hablado de los frutos de esta renuncia. ¿Cuáles pueden ser? De todos modos, para usted, esos días de febrero de 2013 no debieron ser precisamente tranquilos: muchos sentimientos encontrados ¿Por qué cree que Joseph Ratzinger le eligió a usted como secretario? Supongo que más le sorprendió ver que su cardenal llegaba a ser papa� Con el nuevo papa, ¿en algún momento pensó que dejaría de ser prefecto de la Casa Pontificia y, por tanto, su vida sería un poco más tranquila? En su opinión, así como el papa Ratzinger dio mucha importancia a la lucha contra el relativismo, ¿cuál piensa que es el punto más importante del papa actual? Otro de las cuestiones que tiene presente es el de la familia. ¿Por qué cree que se han dado tantas noticias confusas del último sínodo y del que se celebrará en octubre? ¿Dónde están los desafíos actuales, en este campo? Uno clarísimo son los cristianos que se encuentran en situación matrimonial, hablando teológicamente, irregular. Es decir, personas divorciadas y vueltas a casar civilmente. Debemos ayudarles, ciertamente, pero no de modo reduccionista. Es importante acercarse a ellos, crear y mantener el contacto, porque siguen siendo miembros de la Iglesia, como todos los demás: ni han sido echados, ni menos aún excomulgados. Esto no implica que no haya problemas en cuanto a la vida sacramental. La Iglesia tiene que ser muy sincera, también para con los fieles que viven en esta situación. No se trata de decir: "pueden o no pueden"; es un tema que tendría que verse de modo positivo. La cuestión del acceso a la vida sacramental se debe afrontar sinceramente, sobre la base del magisterio católico. Espero que en los meses de preparación del sínodo se presenten propuestas que ayuden y sirvan para encontrar las respuestas necesarias para estos duros desafíos. Algunos de estas controversias vienen de su patria, Alemania ¿Por qué? ¿Por qué cree que estos medios de comunicación que cita se expresan poco o nada respecto a los cristianos perseguidos? ¿Está solo, el papa? El día a día del papa es intenso y, por tanto, deduzco que el suyo también; ya no tiene tiempo ni para jugar al tenis, que es lo que le gustaría, o dedicarse a la universidad� ¿Habría deseado otra vida? ¿Es consciente del momento histórico que está viviendo? De aquellos días de juventud �usted con melenas (se ríe)�, a hoy, ¿qué diría Georg G�nswein de su vida? ROW |
|
� Copyright ElPeriodicodeMexico.com |