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¡Otra vez!.... La Corrupción


2016-06-20

Almte. Manuel Rodríguez Gordillo

"Es muy fácil esconder una verdad peligrosa... 
simplemente exagera el problema, complica, inventa y retuerce sus posibles
causas para desorientar y dejarlo en la obscuridad y el olvido"

Estrategias.. Pro – Corrupción

Desde hace más de 20 años en México no pasa un solo día sin que se escuche y aumente el clamor general y el hartazgo de la sociedad, señalando la corrupción imperante como un cáncer avanzado que corroe la administración pública, envenena la honestidad del comercio, y crea la desconfianza, contaminando las relaciones sociales a un nivel tan alto que la han convertido en el problema más importante de los que impiden el desarrollo armónico que nuestro país merece, dado el potencial existente en la capacidad de nuestro pueblo y en los abundantes recursos que guarda nuestro territorio, ambos desaprovechados.

Sin embargo si atendemos al largo plazo que han tardado discutiendo y analizando el problema de la corrupción las diferentes camadas legislativas, supuestamente para elaborar leyes y procedimientos que resuelvan este problema y exista la confianza ciudadana en sus representantes y gobierno, si consideramos los años perdidos entre discusiones, propuestas parciales, “candados”, y críticas entre los diferentes partidos representados en las cámaras de diputados y senadores, defendiendo sus privilegios y posturas doctrinales, más los tiempos en que dicho problema fue enviado a “la congeladora”, si atendemos a los tiempos perdidos, insisto, es porque el problema de la corrupción en México debe ser irresoluble o muy difícil para las evidentes incapacidades de quienes legislan y gobiernan, de acuerdo a sus usos y costumbres e intereses inconfesables.

En días recientes se ha publicitado (con el “bombo y platillos” de toda la parafernalia mediática), una nueva “Ley Anticorrupción” que no tan solo no cambia nada de lo previamente establecido en nuestros códigos (que supuestamente no atendían adecuadamente el problema de la corrupción y por lo mismo - también supuestamente - se les sometió a revisión), sino que amplía las dificultades para solucionar el problema de la corrupción que parece estar institucionalizada “de facto”.

La reciente “horneada” ley anticorrupción, se parece mucho a la popularmente conocida fábula de Esopo titulada “El parto de los montes”, que describe el titánico esfuerzo con gigantescas convulsiones de las montañas a punto de “dar a luz”, retumbando con tronidos, terremotos y erupciones, para que finalmente al abrirse una grieta, solo naciera un pequeño ratoncillo; Se parece mucho porque el “ratoncillo” legal parido en el senado es inaplicable, dada la complejidad que le han añadido al extender a ésta (bautizada “Ley de 3 de 3”),, a los particulares dedicados al comercio (son cientos de miles), obligándolos a hacer públicas sus cuentas bancarias y sus pertenencias, que incluyen a las de sus familiares, información que sería un verdadero regalo para secuestradores y delincuentes organizados “cobradores de piso”.

A estos señores senadores, que al igual que los diputados no representan a la ciudadanía sino solamente a sus intereses personales y a los de su partido, se les ha pasado por alto la complejidad de controlar las ventas de baratijas y chucherías, o las tortillas (pensando en las tortillerías y taqueros que surten los comedores oficiales), al menos que se tripilicara la burocracia existente en hacienda (y en la banca), que requeriría aumentar desmesuradamente los impuestos para poder pagar sus sueldos, independientemente de que, además, dicha ley sería violatoria de la privacidad de los datos personales.

Si se analiza a fondo la propuesta senatorial y se consideran sus consecuencias de complejidad, económicas, políticas y de seguridad ciudadana que la hacen inviable, fácilmente se llegará a la conclusión de que fue elaborada “gatopardísticamente” y de mala fe, enredando su posible aplicación, para que en su “alumbramiento” este “feto” naciera muerto y nada cambiara.

Si se continúa con el análisis necesariamente surgirán también las siguientes preguntas:

I.- ¿Quiénes son los beneficiarios de la corrupción?

II.- ¿Porqué hicieron esta ley prácticamente inoperante y violatoria de la privacidad ciudadana?

III.- ¿Acaso de manera aviesa y sórdida previeron el rechazo que se iba a generar, y así volvería la iniciativa al “congelador” por unos años más y de ese modo seguir hasta el fin de los tiempos?

a.- Para la primera pregunta la respuesta es que los beneficiarios son los políticos que se enriquecen expoliando el tesoro público, así como los criminales que gracias a la corrupción pueden comprar impunidad al delinquir, y “comprar” candidaturas para puestos públicos, lo  que además les permite un doble saqueo, lo que resulta obvio para cualquier observador de la vida en México, ya que son evidentes y del dominio público por estar a la vista de todos.

b.- La respuesta para la segunda pregunta está contenida en las discusiones previas y en la contestación  al cuestionamiento anterior, dado que a la mayoría de nuestros políticos y legisladores les “valen madre” los ciudadanos y el país mismo, que hacen evidente con su comportamiento, mientras que con su “arrogancia del poder” diariamente nos envían el mensaje de que no nos consideran ciudadanos, sino súbditos que debemos obedecer sin chistar sus decisiones, convencidos de que el puesto que ocupan es para servirse, no para servir a la ciudadanía o a México.

c.- Para contestar la última de las preguntas basta recordar el manoseo perverso que han hecho de la ley anticorrupción desde sus inicios (hace ya varios años)... pudiéndose asegurar sin temor a equivocación, que todo fue planeado maquiavélicamente y en lo “oscurito”, ya que no sería lógico que ellos elaboren leyes para castigar y/o limitar sus ambiciones de poder, y de dinero extra legal, ya que habiendo corrupción fácil e impunemente pueden obtenerlo saqueando el presupuesto desde su cargo.

Como colofón a todo lo anterior se puede afirmar que la mayoría de los políticos mexicanos, son analfabetas de las ciencias y que cegados por su ambición de poder y de la oportunidad de enriquecimiento que este les da, fácilmente se sumergen en la corrupción hasta perder el sentido de realidad y de la sobrevivencia política, y que ambas, como lentes deformantes les hacen menospreciar la realidad que les rodea, suponiendo que pueden moldearla a su conveniencia y capricho, olvidando (o quizá nunca lo han sabido), las leyes elementales de la evolución, de las cuales la más importante señala que la eficacia y sobrevivencia de cualquier organismo, depende de su capacidad para interpretar la realidad que lo rodea, verdad que también aplica y vale para las asociaciones humanas, como son los partidos políticos y los gobiernos.

El mejor ejemplo que confirma lo anterior es el estrepitoso fracaso electoral que sufrió el partido oficial el día 5 de este mes de Junio, en las elecciones para gobernadores y diputados, al seguir creyendo que gobernaban a débiles mentales, y a gente que vive en la miseria, pensando que podía seguir abusando  y comprarles el voto (y su futuro), por baratijas y con engaños populistas.



JMRS


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