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La deuda barata alivia las finanzas de países como el Reino Unido y España


2016-07-27

JON SINDREU, The Wall Street Journal

El derrumbe de los rendimientos de los bonos ha permitido a algunos gobiernos necesitados de fondos reducir sus déficits y evitar posibles medidas de austeridad.

España es el más reciente beneficiario de esta tendencia, al vender por primera vez bonos a tres años con un rendimiento negativo. Es alivio que le llega al gobierno español en medio de su disputa con la Unión Europea por incumplir sus metas de déficit fiscal.

Muchos rendimientos han caído a territorio negativo. A principios de mes, los inversionistas tuvieron que pagarle a Alemania para que tome prestado su dinero por 10 años. Los gobiernos de Japón y Suiza ya habían cobrado por tomar prestado con emisiones de deuda a 10 años.

Société Générale estima que cerca de 40% de la reducción de déficits presupuestarios de gobiernos de la zona euro entre 2012 y 2015 se debió a los menores costos de endeudamiento.

“A muchos países les ha ayudado a tener menos austeridad o lograr sus metas más fácilmente”, explica Yvan Mamalet, economista de Société Générale.

Los bancos centrales son en mayor medida responsables de la reducción de los costos de endeudamiento, conforme los enormes programas de compra de bonos en Europa y Japón arrastran los rendimientos a la baja. Estas entidades han estado comprando bonos soberanos de mercados desarrollados con el propósito de bajar los rendimientos a tal nivel que lleve a los inversionistas a buscar activos más riesgosos. La medida busca estimular la inflación y el crecimiento económico.

El Banco Central Europeo y el Banco de Japón compran, respectivamente, 85,000 millones de euros (US$93,300 millones) y 9 billones de yenes (US$84,800 millones) en activos cada mes, en su mayor parte bonos soberanos.

Los rendimientos de la deuda pública se han visto presionados aún más por inversionistas que buscan refugios donde guardar su dinero. Los rendimientos caen cuando los precios suben.

El pago total de intereses del gobierno británico el año pasado fue 35% menor que en 2013, pese a que la deuda del país ha incrementado 8%, según cifras oficiales.

“Tomar prestado, cuando el costo del dinero es barato, tiene algunos grandes atractivos”, dijo el ministro de Hacienda, Philip Hammond, a la cadena británica ITN. No obstante, también dijo que el Reino Unido “ya está altamente endeudado”, lo que sugiere que el gobierno no se apresurará a tomar más préstamos.

El gobierno británico considerará el desempeño de la economía antes de decidir si modifica su plan de gastos en su evaluación anual, según comentó un funcionario británico a The Wall Street Journal.

Tras el voto del mes pasado a favor de separarse de la Unión Europea, el Reino Unido abandonó planes de eliminar su déficit fiscal para 2020 ante las preocupaciones de que el brexit afecte su economía.

Los analistas dicen que los menores costos de endeudamiento podrían ser un factor crucial en la decisión de los funcionarios británicos sobre si tomar prestado y gastar para crear demanda adicional en su economía.

“El momento nunca ha sido tan oportuno”, asegura Paul Diggle, economista de Aberdeen Asset Management PLC.

Los ahorros también representan una ayuda para algunos países de la zona euro a medida que tratan de cumplir las metas fiscales exigidas por la UE.

A principios de mes, los ministros de Finanzas del bloque amenazaron con multar a España por registrar en 2015 un déficit de 5,1% del Producto Interno Bruto. La comisión exige que la cifra baje a menos de 3% este año, mientras que España ha proyectado un déficit de 3,6% y busca más tiempo para alcanzar la meta.

En Estados Unidos, la caída de los costos de endeudamiento del gobierno ha ayudado a reducir el déficit fiscal por debajo de 3% del PIB, nivel en el que se encontraba antes de la crisis financiera, según cifras oficiales.

Algunos economistas creen que el declive de los rendimientos sugiere que EU debería considerar endeudarse más para aumentar el gasto en áreas que estimulen la expansión económica, como en infraestructura o investigación y desarrollo.

Aparte de bajar los rendimientos, los programas de compra de bonos son buenos para las arcas fiscales por otra razón: los bancos centrales envían los ingresos que generan de los bonos que compran de vuelta al gobierno. Es decir que los gobiernos están, esencialmente, pagándose intereses a sí mismos.

Desde que lanzaron sus programas de compra de bonos, la Reserva Federal de EU y el Banco de Inglaterra han devuelto US$596,000 millones y 36,000 millones de libras esterlinas (US$47,200 millones) a sus respectivos gobiernos.

El rol de los bancos centrales en la reducción de los costos de endeudamiento de sus gobiernos sigue siendo un tema controversial, ya que muchos economistas sostienen que deberían limitarse a controlar las tasas de interés.

Los países desarrollados mantienen sus bancos centrales y las arcas públicas estrictamente separados bajo el argumento de que darle acceso a los políticos a una institución capaz de imprimir dinero conduciría a una inflación excesiva. Sin embargo, durante gran parte de su historia, los bancos centrales han estado más involucrados en financiar gobiernos que en gestionar la macroeconomía.

El banco central más antiguo del mundo, el Riksbank sueco, fue fundado en 1668 para sustituir un banco que era usado por el rey Carl Gustav para financiar su guerra con Polonia. El Banco de Inglaterra fue fundado en 1694 para pagar las guerras contra Francia y estuvo a cargo de administrar la deuda del Tesoro hasta 1997, cuando se le dio plena independencia.

Se suponía que la Reserva Federal sería la excepción. En su nacimiento en 1913, tenía como objetivo proveer estabilidad financiera a cierta distancia de Washington. Pese a esto, respaldar el mercado de deuda soberana se volvió su principal misión menos de un año después con el inicio de la Primera Guerra Mundial.

“Los bancos centrales siempre son híbridos, típicamente más un banco del gobierno en épocas de guerra y más un banco de banqueros en tiempos de paz”, dice Perry Mehrling, profesor de dinero y banca de la Universidad de Columbia.

Muchos inversionistas y analistas creen que las murallas entre los bancos centrales y las arcas fiscales podrían volver a derrumbarse. Este mes, ha aumentado la especulación acerca de que Japón estaría considerando implementar una política llamada “dinero helicóptero”, por la que el banco central podría financiar directamente el gasto del gobierno. Los rumores han crecido pese a que el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, descartó la posibilidad.

“El entusiasmo del mercado por la idea del ‘dinero de helicóptero’ está aumentando”, señaló el banco británico Standard Chartered en una nota a sus clientes el jueves. “Creemos que ya no es una opción de política tabú”.



JMRS


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