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El caso de la sospechosa empresa que alcanzó una cotización de US$35,000 millones


2016-08-18

Dave Michaels, The Wall Street Journal

WASHINGTON—Durante más de dos años, los reguladores de valores de Estados Unidos emitieron numerosas señales de alarma sobre una pequeña empresa que tiene su sede cerca de Tijuana y cuyas acciones se transaban poco. Esta semana, después de que su valor de mercado superara los US$35,000 millones, las negociación de su acción fue suspendida.

En ocho cartas enviadas a Neuromama Ltd. en 2014, la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por sus siglas en inglés) cuestionó lo que describió como afirmaciones “vagas” de que había desarrollado una plataforma “que contiene todos los componentes populares usados por la mayoría de la población en Internet”. Además, Neuromama retiró un comunicado de que planeaba obtener US$3,5 millones de un programa de televisión sobre jazz después de que la SEC cuestionó por qué la empresa no estaba segura de la fecha en que el show “realmente saldría al aire”.

El auge y caída de Neuromama es una fábula admonitoria en el mercado de acciones muy baratas, o penny stocks, en el cual miles de pequeñas empresas cotizan sus acciones pese a divulgar poca información financiera a los inversionistas. Asimismo, muestra los límites de la supervisión regulatoria en ese mercado.

La SEC suspendió las negociaciones de esas acciones el lunes, planteando preocupaciones de que información falsa, incluida una afirmación de que la empresa empezaría a cotizar en el Nasdaq, haya motivado que el precio de la acción se cuadruplicara en los últimos cuatro meses. Los títulos alcanzaron un máximo de US$56,25 antes de ser suspendidos.

La SEC mostró señales de preocupación a partir de 2014 de que las afirmaciones de la compañía parecían sospechosas, pero en ese momento no tomó medidas contra la firma. Las cartas que envió a Neuromama están entre los documentos públicos disponibles en el sitio web de la SEC.

“Es decepcionante que la SEC no haya actuado antes, y la correspondencia plantea serias preguntas sobre por qué la SEC no actuó antes”, dice Andrew Vollmer, profesor de derecho de la Universidad de Virginia y ex vice representante legal del organismo.

La SEC señaló que sus abogados decidieron suspender las negociaciones cuando relativamente pocas acciones eran transadas. “Suspendimos el corretaje de valores cuando el volumen era bajo, reduciendo de ese modo el riesgo de pérdidas de los inversionistas”, dijo una vocera.

Hubo otras señales de advertencia sobre la firma, entre ellos que el presidente de su junta asesora, Vladislav Steven Zubkis, había cumplido una condena en una prisión federal y que la SEC le había prohibido promocionar cualquier acción tras un caso de fraude durante los años 90.

Zubkis, quien también utiliza el nombre de Steven Schwartzbard, dijo el lunes que el precio de la acción de Neuromama había subido porque las empresas de tecnología “conllevan una alta valuación”. El martes, Zubkis no pudo ser contactado para que hiciera comentarios.

OTC Markets Group Inc., que opera la plataforma en la que cotiza Neuromama, indicó el martes que en junio colocó una etiqueta de advertencia sobre la empresa después de que más que duplicara su precio. La etiqueta, que incluye una calavera y huesos, señalaba la firma como una acción especialmente de alto riesgo. “Hemos remitido nuestra información a la SEC”, dijo Cromwell Coulson, presidente ejecutivo de OTC Markets. “Sólo la SEC puede suspender el corretaje”.

En los últimos años, la SEC expulsó del mercado bursátil a cientos de empresas fachada que podrían convertirse en vehículos para el fraude. Los reguladores, sin embargo, no tuvieron tanta influencia sobre Neuromama porque la empresa no tenía la obligación de presentar informes trimestrales o anuales a los accionistas, sostuvo Vollmer.

La firma reportó tener apenas 25 accionistas en 2013, el último año en que presentó un informe anual. Esa cifra está por debajo del umbral fijado por los reguladores para presentar tales documentos.

El regulador también enfrenta limitaciones de recursos que dificultan su supervisión de los mercados de penny stocks, donde el fraude puede ser generalizado, afirmó Vollmer.

El sitio web de Neuromama contenía afirmaciones grandiosas como que había desarrollado un motor de búsqueda que era mejor que el de Google. “¿Quieres saber cómo la gente va a escuchar sobre www.NeuroMama.com? Primero, vamos a gastar mucho dinero en marketing. Entre otras cosas, vamos a comprar la frase ‘Mejor Motor de Búsqueda’ en Google AdWords”.

En 1997, la SEC demandó a Zubkis por acusaciones de que había vendido de forma ilegal US$10 millones en acciones de International Brands Inc. a inversionistas y que había realizado declaraciones fraudulentas sobre los ingresos de las empresas y su futuro precio de la acción. El sitio web de Neuromama dice que Zubkis luego pasó cinco años en una prisión federal. Fiscales federales de EU lo acusaron de defraudar a los inversionistas por más de US$1,8 millones en relación con la compra de un casino de Las Vegas y el desarrollo de una instalación de almacenamiento.

El caso de Neuromama es similar al alza de la acción de la diminuta firma Cynk Technology en 2014. El operador de redes sociales alcanzó brevemente una valuación de US$6,000 millones pese a que no había reportado activos ni ingresos y tenía apenas un empleado. Sus acciones llegaron a US$21,95 por unidad antes de caer a menos de US$1.

Pese a que la acción de Neuromama trepó a más de US$56, requirió relativamente pocas transacciones para llegar a ese precio. Durante el último mes, se negociaron en promedio apenas 119 acciones por día, según S&P Capital IQ.

“Desde el punto de vista del riesgo, uno se pregunta dónde está el volumen”, dijo Coulson. “Los inversionistas que las están comprando probablemente las están comprando porque están sobrevaluadas y creen que va a haber un tonto más grande después de ellos”.



JMRS


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