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Sobre el "Fuero Militar"
Almte. Manuel Rodríguez Gordillo "Una mentira repetida mil veces...se le convierte en una verdad...ante las masas ignorantes" "Desmitificación de una leyenda urbana" Desde hace algún tiempo los comentaristas de los medios masivos de difusión (prensa, radio y televisión), con bastante ignorancia y peor mala fe, han tratado de denostar a las fuerzas armadas mexicanas, utilizando el término “Fuero militar” (Fuero de Guerra), tratando de crear en el imaginario popular (para solaz de la delincuencia organizada de cualquier pelaje), la idea de que el estamento militar en México goza de privilegios metalegales, así como de inmunidad ante la ley, dado que ese es el significado del término “Fuero”. aprovechando la falta de información fidedigna y la desinformación interesada por quienes cosechan ventajas de ello. Tratan de venderle a la población una imagen distorsionada y negativa del personal que integra el Ejército y Fuerza Aérea, así como de la Armada de México, presentándolos como si fueran individuos ajenos y distantes del resto de los mexicanos, acusándolos de soberbia y empeñados en hacer sentir el poder militar de su organización amparados en poder de las armas. Los medios de difusión, junto con los demagogos y resentidos sociales (generalmente delirantes que actúan al servicio del crimen organizado y de los grupos políticos opositores al gobierno), hacen correr rumores e infundíos entre la población, acreditándole a las FF.AA. supuestos abusos y crímenes sin pruebas algunas, que solo están en su rencorosa e interesada imaginación. Dentro de este escenario destaca notoriamente la apatía de los señores legisladores de ambas cámaras, eludiendo tratar el tema de legislar las actividades de las FF.AA. en operativos de seguridad interior del país y la pública, creando las leyes reglamentarias del precepto constitucional, relativo a las funciones y tareas del estamento castrense. La ausencia de este marco legal regulador que respalde la intervención del personal militar del Ejército, la Fuerza Aérea, y la Armada de México en acciones de seguridad pública, ha dado lugar a señalamientos torcidos y acusaciones delirantes de quienes tratan de mantener el estatus de impunidad de la delincuencia, ya sea por conveniencia propia por complicidad con esta, o que siendo opositores del gobierno buscan aprovechar la situación de inseguridad, para inducir un clima de paranoia generalizada y después culpar a las autoridades y chantajearlas políticamente. Este escenario es también el ámbito propicio en donde se generan la mayoría de leyendas urbanas malintencionadas que la población da por ciertas, satisfaciendo a las mentes torcidas de los enfermos del alma, quienes las hacen circular para exaltar incautos, denigrar honras, o crear ambientes propicios para facilitar negocios fraudulentos. Este asunto de las leyendas urbanas bulos, dejan de ser anécdotas baladíes, cuando buscan trastornar la vida política del país o a las instituciones de la república, sobre todo cuando son propaladas de manera interesada o ignorancia, por prestigiosos analistas que tienen voz y/o pluma en los medios masivos de difusión, convirtiéndolos en temas de inquietud social que afectan negativamente las relaciones entre la ciudadanía y/o el desempeño institucional, como es el caso del llamado “Fuero Militar”, (“Fuero de Guerra”), que los medios han puesto de moda cuando lo relacionan con los derechos humanos, que muchos opinadores de la prensa, radio, y televisión, sacan a relucir, al parecer con un desconocimiento absoluto del tema, o bien con manifiesta mala fe que busca distorsionar la naturaleza del Fuero de Guerra, para denigrar a las fuerzas armadas mexicanas, presentándolas como compuestas por individuos que por ser militares gozan de privilegios especiales, y que por lo mismo carecen de honor y de vocación de servicio al país y a la sociedad, y sin sensibilidad social. Pretenden exhibirlos malévolamente como si los militares se sintieran por encima de las leyes, y de la población civil, especialmente cuando estos opinadores mediáticos comparan el supuesto “Fuero Militar” mexicano, con los antiguos fueros eclesiásticos de nuestra etapa colonial y primeros 50 años de nuestra independencia, o bien con los fueros nobiliarios de las viejas monarquías que se regían por el derecho “sálico”, fueros que solo servían para proteger y perpetuar los privilegios de las clases sacerdotales y de la nobleza, elementos que en nuestras fuerzas armadas se encuentran muy alejados del espíritu y la letra, de la legislación castrense que rige en México para nuestros militares. El llamado “Fuero Militar” no excluye a los militares del cumplimiento de las normas vigentes de los códigos civiles, sino que las amplía en el Código de Justicia Militar añadiéndole una gama de delitos (que en la sociedad y códigos civiles ni siquiera se consideran faltas), como son la insubordinación, el abandono de un servicio o comisión, o la deserción (castigadas con penas de un año o más de prisión), faltas y sanciones, que son indispensables en las fuerzas armadas para mantener el orden y la disciplina militar, sobre todo durante las operaciones en campaña, además de que el Código de Justicia Militar, columna vertebral del Fuero de Guerra (o Fuero Militar), establece castigos más severos para los militares, cuando cometen algún delito sancionado por los códigos civiles, como serían la usurpación de funciones, el vandalismo, la violación, la tortura, el homicidio, el incumplimiento de un contrato civil, la calumnia, y el agio, por citar algunos de los muchos delitos contemplados en los códigos civiles, también sancionados en el multicitado “Fuero de Guerra” que los tipifica como “Delitos contra el honor militar”. Queda pues un tanto en la incertidumbre lo que sucedería en las FF. AA. si se concediera lo que piden algunos desorientados o enemigos gratuitos del estamento militar, cuando piden la desaparición del “Fuero de Guerra”, ignorando convenientemente que éste no es otra cosa que el nombre que recibe el conjunto de leyes militares (contenidas en el Código de Justicia Militar), cuyas normas, son indispensables para regular la vida del militar en los actos del servicio, o en actividades relacionadas con el mismo, que no excluyen que al infractor militar se le apliquen además las penas establecidas por violar las disposiciones contempladas en los códigos que rigen a la sociedad civil. Queda pues en la incertidumbre la existencia misma de las fuerzas armadas, ya que los “analistas” y apologéticos de un civilismo a ultranza, hablando como talibanes dogmáticos e irreflexivos, no expresan claramente la situación en que pretenden dejar a las leyes y a los reglamentos militares; Olvidan que con ello desaparecería la disciplina que le da unidad a las FF: AA. (independientemente de la ideología o geometría política que tengan), dado que sin ese atributo las FF. AA. se convertirían en una chusma o en un tumulto desorganizado, incapaz de luchar coordinadamente para el logro de un objetivo, que en el caso de las FF. AA. el más importante es la defensa de la nación ante un ataque del exterior. Quizá solamente se refieren a su desaparición para que los códigos militares sean substituidos por la legislación civil, que es menos severa en castigos y descarta totalmente los delitos y las faltas disciplinarias castrenses, solo que pasan por alto que esto significaría en los hechos, simplemente la desaparición de las FF. AA. en México, que es lo mismo que dejarlo sin poder de disuasión e indefenso ante cualquier apetito de conquista de otra potencia..... ¿No será esa su pretensión?... esto último lo dejo a su juicio querido lector. JMRS |
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