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Escritos, ¿en tercera persona o en primera persona?


2016-12-19

Por: P. Fernando Pascual

No hay que tener miedo a comprometerse con lo que escribimos u opinamos en diversos foros

Parece una consigna generalizada, y en muchos lugares obligatoria: no usar la primera persona en artículos, trabajos escritos o textos parecidos.

Motivos podrán darlos quienes defienden o acogen esta consigna. Sin embargo, una reflexión ayudaría a ver otra perspectiva sobre este tema.

Usar la primera persona implica que quien habla o escribe se expone. “Digo, afirmo, pienso, creo, me parece...”

La tercera persona parece más discreta, incluso más humilde, pero no pocas veces puede convertirse en un subterfugio para esconderse y dar apariencias de objetividad donde no la hay.

Además, quienes evitan usar la primera persona se colocan a sí mismos, como escritores, en un lugar secundario, como si su punto de vista no fuera de interés. “Se piensa, se supone, parecería,...”

En realidad, todo lo que decimos o escribimos surge desde deseos, preferencias, opciones, opiniones, que son personales. Es decir, todo lo pensado o lo escrito nace “en primera persona”, aunque luego quede disimulado con expresiones y fórmulas “en tercera persona”.

Como en todo, abusar de la primera persona puede parecer a muchos pedante o soberbio. Pero también es extraño omitir casi por completo su uso, como si un texto cayese de un mundo irreal y anónimo.

Exigir que todo deba redactarse como si se tratase de una enciclopedia anónima puede crear una apariencia de objetividad, pero esconde muchas veces las intenciones y los prejuicios que originan unas frases revestidas con un tono de impersonalidad.

Como dije, un texto en el que la tercera persona da apariencias de objetividad, refleja, en numerosos casos, ideas muy subjetivas, algunas claramente reductivas o ideológicas, si es que no incurre en la terrible enfermedad de la hipocresía.

En cambio, aquellos escritores que usan sin miedo, pero con prudencia, la primera persona, saben que se exponen directamente en lo que dicen, al mismo tiempo que intentan dejar en claro sus puntos de vista.

Una voz susurra entre mi teclado y mi pantalla: “¿y por qué no usas la primera persona?” Sí, es hora de romper el miedo, sin caer en abusos, para exponerse y aprender a escribir en primera persona.

Porque si creo algo no necesito esconderme bajo una tercera persona genérica. Basta que desvele mis convicciones y que, desde las mismas, pueda entablar un diálogo constructivo con quienes tengan otras perspectivas y las expresen, también en primera persona, con la misma confianza que yo...



JMRS


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