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Los smartphones apuestan al software ante la desaceleración de las ventas


2017-01-15

Betsy Morris, The Wall Street Journal

Casi una década después de su despegue, el smartphone está en un punto de inflexión.

Los adelantos en el hardware se han vuelto incrementales y las ventas se han desacelerado. No obstante, el desarrollo del software y servicios de los teléfonos está en auge, impulsado principalmente por los avances en el ámbito de la inteligencia artificial, lo que ha expandido las funciones de los aparatos y los ha vuelto más indispensables.

El cambio está sacudiendo la industria. El menor crecimiento ha intensificado una guerra por participación de mercado en China y ha puesto a Huawei Technologies Co., el tercer fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, en competencia directa con los líderes del mercado, Apple Inc. y Samsung Electronics Co.

Se trata también de una de las principales razones detrás de la compra por US$39,000 millones de NXP Semiconductors NV por parte de Qualcomm Inc., que intenta depender menos de los chips que provee para los smartphones. También es el motivo por el que Apple, una empresa reconocida por su hardware, se jacta del crecimiento de sus servicios.

Después de que Apple lanzó el iPhone hace una década, un aniversario que se cumplió esta semana, las ventas globales de smartphones se dispararon durante años. Los despachos de unidades crecieron 75,8% interanual en 2010. Los envíos, sin embargo, han perdido fuerza y se expandieron 10% en 2015 frente al año previo. En 2016, habrían registrado un crecimiento interanual de apenas 0,6%, según International Data Corp. La proveedora de datos rival Gartner Inc., en tanto, proyecta un crecimiento interanual de 4,5% en 2016, comparado con un avance de 14,4% en 2015, pero anticipa una caída de 1,1% de los teléfonos inteligentes premium, como el iPhone y la serie Galaxy S, de Samsung.

Varios factores han enfriado las ventas de teléfonos inteligentes. IDC estima que en 2016 se vendieron 1.450 millones de estos celulares en el mundo, con lo que buena parte del mercado global está saturado. A su vez, los operadores de telecomunicaciones en Estados Unidos han dejado de subsidiar su compra a cambio de la firma de contratos de largo plazo y optado por exigir el pago del dispositivo, una suma que en el caso de un iPhone 7 asciende a US$649. La consecuencia es que los consumidores demoran más en cambiar sus modelos. Citigroup calcula que la tasa de reemplazo se alargó de 24 meses en 2011 a 31,2 meses ahora.

Si bien los fabricantes de celulares han agregado nuevos elementos recientemente, como un segundo lente de cámara y resistencia al agua, pocos analistas prevén nuevos adelantos de hardware que puedan impulsar el crecimiento de las ventas más allá de un dígito en un futuro cercano.

“La pregunta es: ¿puede haber algo más que reactive las ventas?”, señala Gene Munster, quien acaba de dejar el banco de inversión Piper Jaffray para formar una firma de capital de riesgo. Algunas características que podrían estimular la demanda demorarán años en llegar al mercado, como pantallas plegables que permitirían meter en el bolsillo una combinación de teléfono y tableta, o una mejora substancial de la realidad aumentada que iría más allá de los juegos rudimentarios y permitiría usos prácticos como determinar si una silla que quiere comprar se verá bien en la sala de estar.

Aunque los avances del hardware han sido menos interesantes, el software está cambiando a una velocidad asombrosa, impulsado por la forma en que las computadoras procesan enormes cantidades de datos usando técnicas de inteligencia artificial. Esto ha permitido grandes adelantos en el software de reconocimiento de voz que han conducido a versiones muy superiores de asistentes virtuales como Siri, de Apple, Alexa, de Amazon.com Inc., y Google Assistant, de Alphabet Inc.

El parlante Echo, de Amazon, que utiliza Alexa, y las nuevas gafas de sol Spectacles, de Snap Inc., que tienen cámaras incorporadas, son ejemplos de lo que Benedict Evans, socio de la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz, denomina “computación sin fricciones”, es decir aparatos fáciles de usar que unen aplicaciones y hardware más allá de los teléfonos inteligentes.

Ben Schachter, analista sénior del banco Macquarie Capital, dice que “nuestra opinión es que la próxima gran innovación será externa al dispositivo, provendrá del software”. El analista espera un uso cada vez mayor del software para propósitos de entretenimiento, salud, innovación en el hogar y automotores.

Aunque Apple resaltó el iPhone 7 en octubre, cuando anunció sus resultados, pasó una gran cantidad de tiempo promocionando su negocio de servicios, que abarca Apple Pay y la App Store. Los ingresos por concepto de servicios crecieron 24% interanual durante el último trimestre para sumar US$6,300 millones. La cifra equivale a 22% de la facturación del iPhone, pero esta cayó 13% interanual en dicho período. Tim Cook, presidente ejecutivo de Apple, dijo que el negocio de servicios casi se ha duplicado en los últimos cuatro años y se encamina a tener el tamaño de una de las 100 mayores empresas de EU en el actual año fiscal, que cierra en septiembre.

Gran parte del éxito de los teléfonos inteligentes de Apple se debe a su control del hardware y del software. Ahora, Google trata de emular el ejemplo. La empresa durante años centró su negocio de telefonía móvil en desarrollar el software del sistema operativo Android, que ofrece en forma gratuita, y que está presente en 85% de los smartphones vendidos cada año en todo el mundo. En octubre, sin embargo, la compañía lanzó su propio teléfono inteligente: el Pixel.

En el caso de otras empresas de hardware, la batalla por cuota de mercado se ha vuelto más feroz conforme el pastel crece de forma más lenta. Huawei, que duplicó sus ingresos en los últimos cinco años, aspira a ser el mayor fabricante de teléfonos inteligentes dentro de cinco años. La empresa china presentó su modelo de gama alta Mate 9 el mes pasado en Alemania (cuesta US$776 en Europa). También lanzó el Honor 6X, orientado a la Generación del Milenio en EU con un precio de US$249 por la versión básica.

“El smartphone está cambiando. Se está convirtiendo en el aparato de control” de parlantes o el televisor cuando extraviamos el control remoto, dice Raj Talluri, vicepresidente sénior de gestión de producto de Qualcomm. “El teléfono se convierte en el centro”.



JMRS


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