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Factores propios de nuestras raíces
Luis Campos Continuación del artículo anterior: "México" un problema complejo Según hallazgos de restos humanos encontrados en Sudamérica y en Norte América que datan de hace 40 mil y 30 mil años respectivamente, los primeros grupos que llegaron a América fueron al final de la última glaciación, cruzando los puentes que se formaron desde Asía por el Norte (Bering) y por el Sur (Australia). Mucho después en el milenio I a. C., llegaron otros grupos huyendo de las hordas salvajes Euro Asiáticas. Algunos se quedaron en los territorios que ahora ocupan Canadá y Estados Unidos. Algunos siguieron hasta asentarse en diferentes lugares del territorio mexicano. Otros más continuaron hacia el Sur. Es probable que los que cruzaron el Estrecho de Bering para asentarse en diferentes lugares del Continente Americano, tuvieran raíces chinas y mongólicas. O sea: tenían su dosis de pasividad y de violencia. Su descendencia no conocía el ganado vacuno, el equino, ni el porcino. Los cuales, principalmente el caballo había emigrado de Norteamérica hacia Asia por allá del año 10000 a. C., al través del mismo Estrecho de Bering. Por lo que su dieta era más vegetariana que carnívora, fomentando su espiritualidad, influyendo en su actitud pasiva, contemplativa y hasta cierto punto conformista. Con la llegada de los españoles al continente Americano en el año 1512, se reinstalaron nuevamente las ganaderías. En el territorio mexicano florecieron en diferentes épocas varias culturas, siendo las principales: la Otomí (2300 a. C. a 1500 d. C.) en el centro de la República, la Olmeca (1600 a 100 a. C.) en el Sur Este del Estado de Veracruz, la Chichimeca (1200 a. C. a 600 d. C.) en el Noroeste, la Toltecas (940 a 1200 d. C.) desde Tlaxcala hasta la península de Yucatán, la Purépecha (1200 a 1600 d. C. en Michoacán, la Zapoteca (500 a. C. a 1000 d. C.) en los valles centrales de Oaxaca, la Zacateca (500 a 1600 d. C.) desde California a Zacatecas, Tlaxcalteca (1300 a 1500 d. C.) en Tlaxcala, Chalchihuites (300 a 1300 d. C.) en Hidalgo y Nuevo León. Todas ellas en algún momento se mezclaron y formaron otras etnias, como: la Mexica, la Mazahua, la Matlatzinca, la Pames, la Totonaca, etc. Entonces, a la llegada de los españoles, el territorio mexicano estaba habitado por el residuo de una diversidad de Etnias, algunas todavía florecientes y a cual más con sus costumbres, idiomas, historias y leyendas. Algunas todavía perduran con el atraso correspondiente a la baja atención, al abandono y recientemente al despojo de su hábitat por parte del gobierno. Sus integrantes se agrupaban en Señoríos, en donde el líder era el heredero directo del anterior monarca. En su defecto era elegido por la nobleza y algunas veces impuesto en sustitución del inepto. Así, cada grupo estaba constituido por sus propios nobles y sus vasallos. Estos últimos estaban formado: por el personal de servicio, los mayordomos, los artesanos, los agricultores y algunos guerreros. En ciertas ocasiones se incorporaban también los recaudadores y los Jueces. En general, la casta dominante de los nobles vivía cómodamente, practicando una esclavitud por costumbre. La nobleza era la única que recibía una educación esmerada y la capacitación en el manejo de las armas, tal como había sucedido en los países de Asia y Europa, hace 2500 años. Los mexicas, fundadores del pueblo Azteca, fueron una de las siete tribus nómadas Chichimecas que según la leyenda salieron en el año 1111 de Aztlán (Mexcaltitán, Nayarit) para poblar Mesoamrica, primero se instalaron en Chapultepec, de donde fueron expulsados por los pueblos vecinos en el año 1229, para asentarse en la parte oriente del valle, fundando entre otras ciudades a Cuauhmixtitlan en el año 1274, a la cual le cambiaron el nombre por Tenochtitlan en el año 1325, en honor de Tenoch, un Tlatoani (guía del pueblo), anterior a la época en que se formo la Ciudad Estado. Eran nómadas, místicos y mercenarios con muy poco respeto por la vida que atemorizaban para buscar poder y que en aquel entonces aprovecharon la alianza con los pueblos de Texcoco y Tacuba, en el sometimiento del poderoso señor de Azcapotzalco, se quedaron con la mitad de lo conquistado. Ellos fueron la base del Imperio azteca, Palabra que proviene de Aztecatl que quiere decir: procedente de Aztlán. Un personaje que conformó la Historia de los Aztecas y le proporcionó dignidad y forma a los antecedentes de este pueblo nómada, fue el Sacerdote Tlacaele, un individuo místico, culto y visionario que planeó la grandeza del Imperio, murió asesinado. El Imperio azteca, a la llegada de los españoles, tenía escasos 240 años de haberse iniciado y su poderío era la formación política mexica derivada del proceso de expansión territorial del dominio económico de la ciudad-estado México-Tenochtitlan, el cual usaba el sometimiento por la fuerza de los pueblos vecinos que se encontraban estratégicamente ubicados, para alcanzar sus fines, entre otros: contar con el libre paso por las rutas de abastos y facilitar el cobro arbitrario de impuestos, que mantenía a los sojuzgados inconformes con el régimen, tal como sucede en la actualidad. Como era de esperar, casi todos los pueblos vecinos estaban resentidos contra el Imperio azteca, por lo que vieron la oportunidad para revelarse y aliarse con los conquistadores, quienes legitimaban previamente el compromiso, apareándose con las hijas de los nobles (como había sucedido en Europa), sumando buenos guerreros a la causa. Siendo determinantes en la caída del imperio. Según lo reporta Bernal Díaz del Castillo, la Gran Tenochtitlan era una población de aproximadamente 300,000 habitantes, compuesta por: sacerdotes, nobles, comerciantes y un ejército considerable de guerreros, necesarios para mantener el orden, tanto interno como externo, el resto eran pobladores esclavizados para el servicio. La ciudad contaba con un sistema de canales hidráulicos que facilitaban el transporte de trajineras y el cultivo por hidroponía de vegetales y verduras, muy admirado por los conquistadores, por eso lo exterminaron. La nobleza, los sacerdotes y los magistrados, fueron los primeros en desaparecer con la conquista. Entonces el grueso del pueblo Azteca que resulto conquistado, fue el personal de servicio o esclavos, que bajo el dominio de los españoles, continuaron siendo esclavos. Por lo tanto la voluntad del nativo en general, era de sometimiento al sistema organizado y poderoso del Imperio Azteca, y con la conquista al no menos poderosos sistema del Reino de España, el cual restableció la esclavitud en toda la colonización de America, a pesar de que durante el feudalismo en Europa, lo habían suprimida en toda fuerza de trabajo. América en general, estaba apenas en el periodo Neolítico Clásico Tardío en el momento de la conquista, lo cual situaba su desarrollo social a 2500 años atrás del desarrollo social europeo. Solo los Tlaxcaltecas habían encontrado como manejar el “cobre” y fue uno de los pueblos que colaboró con los conquistadores. La influencia mística y pagana de los sacerdotes y sus Dioses, como Huitzilopochtli, inducía, sin darse cuenta, al nativo desde su nacimiento a prácticas crueles que los mantenía sin oportunidad alguna para su desarrollo personal y espiritual. El desarrollo era exclusivo para la nobleza y los guerreros de confianza. Quetzlcoatl había dejado una huella física como hombre blanco, culto y celestial que en su momento confundió al Emperador Azteca para someterse dócilmente a los conquistadores españoles. Además el nativo le había dado la connotación divina a la dupla caballo-hombre y a los espejitos y chucherías que los conquistadores dieron a cambio del metal codiciado por Europa y que para ellos no tenía valor alguno, pero que despertó la codicia del viejo Continente y la sorpresa momentánea del conquistado. Fue notoria la entrega inocente del nativo, (de por si, sometido) al no percatarse de la ambición del extranjero codicioso. Creyó en la ayuda ofrecida por el conquistador para conseguir una libertad que nunca habían conocido. Idea perversa inculcada por el evangelizador para lograr la insurrección de la mayoría de los pueblos sometidos por los aztecas, para su adhesión a los conquistadores. El convencimiento violento del nativo, por parte de los primeros evangelizadores, para aceptar una creencia religiosa desconocida, haciéndole creer en el perdón divino, a cambio de su sometimiento como ser inferior e indigno, cuya misión era servir de esclavo. Desde que se instituyeron las encomiendas en la Nueva España, nativos y posteriormente negros (vendidos en el primer mercado Frances, establecido en el puerto de Veracruz en 1702), eran utilizados, forzados y humillados para realizar las tareas más ruines y de mayor fuerza. Aunque desde 1542 se había promulgado en Burgos el buen trato a los Indios en las colonias. Estos no tenían derecho a poseer nada, y mucho menos caballos, todo era de los españoles, algo de los criollos y menos de su descendencia, situación que fue cambiando conforme se fueron humanizando los Administradores. El dominio de la Monarquía Española duró trescientos años, en los cuales se manifestaron sesenta y dos administradores, pero solo uno se atrevió a proponer la abolición de la esclavitud. Don Luis de Velasco padre, segundo Virrey, quién en 1550 liberó a miles de indígenas que trabajaban en las minas, su mandato duró diez y seis años. Su hijo, del mismo nombre, como decimo primer Virrey, liberó a esclavos negros en la zona de Córdoba, Veracruz, permitiendo la fundación de un pueblo llamado San Lorenzo de los negros, la actual Yanga; su mandato duró cinco años. En 1808, Francia había abolido el absolutismo e iniciaba su estrategia expansionista por Europa, bajo la dirección de Napoleón Bonaparte y estaba entrando a España para allegarse el reino y sus colonias en América. Había secuestrado a Fernando VII para obligarlo a depender del Imperio Frances. En la nueva España se clarificaron, conforme avanzaba la situación de España con Francia, varios grupos, tales como: los monárquicos, los borbonistas, los ibéricos, los realistas, los clericales, los liberales, los Insurgentes, los Independentistas, los republicanos, cada uno atendiendo causas diferentes. La mayoría eran criollos y mestizos. Las causas eran: la posible afectación de los bienes de la Iglesia, la igualdad en derechos de los nacidos en la Nueva España con los nacidos en la península Ibérica o en el extranjero, preservar los bienes de la corona con Fernando VII, otorgar mejores oportunidades de trabajo y reconocimiento a los mestizos. Lo que menos importaba era buscar la libertad de los nativos. En esta lucha se distinguieron: Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, Mariano Abasolo, Juan Aldama, José Mariano Jiménez, Ignacio López Rayón, José María Morelos, Hermenegildo Galeana, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Pedro Ascencio, Guadalupe Victoria y Agustín de Iturbide. Este último noble e hijo de españoles, nacido en Valladolid (Morelia), Michoacán, que siendo alférez del ejército español se negó a colaborar con la rebelión del cura Miguel Hidalgo en 1808. Ambos eran parientes. En 1813 fue conocido por el “Dragón de Fierro” por la persecución que había echo de los rebeldes de la Independencia en Guanajuato. En 1815 siendo comandante general del ejército del Norte venció a José María Morelos pero fracasó ante los hermanos Rayón en Cóporo. En 1816, siendo comandante general de esta provincia fue cesado por el Virrey Félix María Calleja, acusado por los comerciantes, de malversación y abuso de autoridad. Una de las fallas básicas de los gobernantes actuales. Cuatro años después fue nombrado comandante general del Sur, por el Virrey Juan Ruiz de Apodaca, sexagésimo primer Virrey de la Nueva España, su misión era buscar un acercamiento con Vicente Guerrero y Pedro Asencio, quienes mantenían la insurgencia en aquellos territorios. Otra falla básica de la administración gubernamental: olvidar el mal comportamiento por conveniencia propia. Con el apoyo de los obispos de Guadalajara y Puebla, de los comerciantes españoles y de los terratenientes criollos y contrario a la filosofía de la Constitución de Cádiz, decidió pactar con Don Vicente Guerrero en un abrazo conocido como el abrazo de Acatempa, el 24 de Febrero de 1821 firmó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías, a los seis meses firmó los tratados de Córdoba con Don Juan O’Donojú, último Virrey de la Nueva España y un mes después entró con el ejercito Trigarante en la ciudad de México, para presidir la Regencia del primer Gobierno mexicano. En Mayo de 1822 fue nombrado emperador y en Julio fue coronado. Iniciándose la tercera monarquía. El protagonismo de Agustín de Iturbide, logró convertir al país en un Virreinato sometido, bajo el mando del Emperador Agustín I., terminándose así la lucha por la Independencia del país. El Imperio duró hasta Marzo de 1823 (solamente 10 meses) cuando el Emperador decidió abdicar, debido a que en Febrero de ese mismo año, los insurgentes con ideas republicanas se levantaron en armas, uniéndose a los borbonistas y a los republicanos para derrocarlo. Comenzó la lucha machista, ambiciosa y traicionera por el poder total, en la cual la parte medular fueron los militares con o sin carrera, aunque hubo civiles que participaron en los convenios y revueltas para defender lo que habían atesorado. Se distinguen los generales: Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Manuel Negrete, Manuel Gómez Pedraza, Vicente guerrero y Anastacio Bustamante. Todos ellos en sus momentos llegaron a ser Presidentes de la República. Uno de ellos fue también Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna Pérez de Lebrón, hijo de españoles, considerado como una persona ambigua, ya que se unía al bando que fuera (realista, monárquico, republicano, conservador, Liberal, etc.), con el solo propósito de obtener apoyo político para beneficio personal, fue además de Gobernador de Yucatán y de Veracruz, once veces Presidente de México. Fue actor importante en la “venta” de Texas, la alta California y Nuevo México (California, Arizona, Nevada, Colorado, Utah y parte de Wyoming) a los Estados Unidos. Con lo que USA lograba una parte de su objetivo expansionista. Después de su auto exilio a Colombia, regresó para imponer una dictadura, pues era el único con fuerza suficiente para gobernar un país tan ingobernable. Al restablecer la paz, logró que el Consejo de Estado lo nombrara su Alteza Serenísima, devolviendo a México su calidad de monarquía (la cuarta) con expectativas de ser sustituido por algún príncipe de Europa, tal como lo estaba promoviendo su embajador Gutiérrez de Estrada en las cortes europeas. El Plan de Ayutla terminó con su muerte política. Era notorio como entraban y salían los grupos del poder, sin ponerse de acuerdo, para establecer otra paz que permitiera fincar nuevamente las bases de un desarrollo sustentable. Desconfiando de la posibilidad de tener un gobierno estable, un grupo de generales mexicanos, aprovechando el interés de Francia en apropiarse del país usando como pretexto el pago de la deuda externa (ridícula guerra de los pasteles) y habiendo ocupado el país con su ejército, se les hizo fácil aceptar la propuesta de Napoleón III de Francia para entregar el gobierno a su primo, un austriaco de sangre noble, necesitado de un reino, por lo que accedió a celebrar un contrato para mantener el ejército de ocupación por seis años más. El Lic. Don Benito Juárez que ocupaba el puesto de Magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, habiendo demostrado su firmeza y lealtad en el cargo, fue nombrado Presidente, de la República en 1857, iniciando por la intervención Francesa, su peregrinar de diez años por el interior del país (Guadalajara, Colima, Manzanillo, Veracruz, Durango, Monterrey, Saltillo, Gómez Palacio, Mapimí, Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí) y por el exterior (Panamá, La Habana y Nueva Orleans). La necesidad de Maximiliano de Augsburgo de tener un reino, con el apoyo del soberano, decidió embarcarse en esa aventura con un numeroso ejército, bien armado y entrenado. Fue la época del quinto Imperio. Habiéndose terminado la guerra de sucesión en Estados Unidos, el gobierno envió una nota de queja al gobierno Frances, en la cual expresaba su descontento por apoyar la imposición de una monarquía impopular a un país con un gobierno republicano elegido por el pueblo. Al mismo tiempo el Cónsul de USA en Europa expone el deseo de su país para que España deje de apoyar la causa de Francia en México, además el presidente Andrew Johnson, de Estados Unidos, envía 100,000 hombres a la frontera con México para espantar a las tropas francesas y expresa su simpatía por la causa de Don Benito en lugar de Antonio López de Santa Anna que se encontraba gestionando un financiamiento para regresar a México a su doceavo mandato. Por tal motivo se ordena el retiro del ejercito francés para finales de 1867. Después de varios titubeos para regresar a Europa, el emperador decide quedarse, convencido de ganar con los elementos que aún tenía y los ofrecidos por el grupo conservador, pero ambos resultan insuficientes. Se entrega el 15 de Mayo junto con sus generales Tomas Mejía y Miguel Miramón, se les celebra Consejo de Guerra y después de un juicio que duró tres días se les encuentra culpables de varios delitos, entre ellos: usurpación del poder para el austriaco, y traición a la patria y apoyo a los invasores franceses para los mexicanos, muriendo fusilados el 19 de Junio de 1867. El ejército Frances había sido derrotado por el entonces general Porfirio Díaz en Niahuatlan y en la Carbonera, y lo había acompañado en su retirada al puerto de Veracruz, para embarcarse de regreso a su país. Díaz había derrotado al general Márquez, sitiando y tomando la ciudad de México, para la entrada triunfal de Don Benito Juárez el 15 de Julio de 1867, quién restableció los poderes de la Unión. Una vez terminada la guerra por la intervención francesa, Don Benito Juárez que se había amparado en el artículo 128 de la Constitución de 1857 para mantenerse en el poder, convoca a elecciones, en las cuales fue reelegido presidente de México por otros cuatro años. En 1871, Juárez es nuevamente reelegido, provocando que Don Porfirio Díaz que se encontraba retirado convocara a una reunión en su hacienda, dando como resultado el inicio de la revolución de la Noria. A la muerte inesperada de Don Benito Juárez el 18 de Julio de 1872, la revolución de la Noria ya no tenía razón de ser, por lo que declinó las armas y se fue a su hacienda. Terminando el sexto periodo, en el cual el país se había sometido por 15 años a un solo hombre. En las elecciones de 1872 triunfó el Lic. Sebastian Lerdo de Tejada, quien se había quedado de presidente interino a la muerte de Juárez. El ejercicio de Lerdo de Tejada se distinguió por una serie de modificaciones así que el 10 de Enero de 1876, Díaz apoyado por la Iglesia Católica y algunos militares de varias partes del país, lanza la convocatoria para el Plan de Tuxtepec, iniciándose la revolución de Tuxtepec. El ejército seguía leal a Lerdo y Díaz fue derrotado por Mariano Escobedo. Se fue a Cuba, consiguió armas y hombres para formar un ejército para atacar y derrotar a Escobedo, con lo cual se convirtió en el nuevo presidente del país. En virtud de que el país estaba endeudado con el Gobierno de Estados Unidos por la ayuda que había prestado a Don Benito Juárez, Presidente electo del país, durante la persecución de diez años que sufrió por el Imperio, se generó la necesidad de que su mandato se prolongara durante varios periodos, con lo cual se convirtió en una dictadura que duró treinta y cuatro años. Durante los cuales se estima que hubo 140,000 muertes. Era la séptima vez que el país se sometía al dominio de una monarquía o dictadura. Tiempo suficiente para sanear la deuda y terminar con los compromisos contraídos por Don Benito Juárez con USA, construir con tecnología Inglesa, dos puertos de altura (uno en el Golfo y otro en el Pacífico), para activar el comercio marítimo con Europa y Asía y la construcción del Ferrocarril que unía ambos litorales, beneficiando el mercado interno y el de exportación. En el momento en que se gestó la revuelta que encabezó Don Francisco y Madero para deponer a Don Porfirio Díaz, el mandatario acusaba el deterioro normal de la edad y el país sufría el abuso de sus colaboradores, quienes habían originado una serie de incidentes que deterioraron aún más la personalidad del dictador. También el país tenía un futuro promisorio y trataba de iniciar la superación del pobre, al través de escuelas rurales que no tuvieron tiempo de dar resultados, por lo que Don Porfirio después de apresar a Madero por alcista contrario al régimen y liberarlo para no crear un mártir, ofreció la entrega pacífica de su mandato a quien resultara ganador en una votación Nacional, y así evitar un grave retroceso, pero Madero, presionado por sus seguidores, autorizó el desfogue de la violencia tal como lo había hecho Miguel Hidalgo y Costilla en el inicio de la Independencia del país. Para entonces, el 25 de Mayo de 1911, Don Porfirio Díaz con 80 años a cuestas renunció a la presidencia y seis días después abandonaba el país, rumbo a Francia en el B/V Yipiranga de nacionalidad alemana. Se gestó una revolución virtual con algunas escaramuzas en ciertos lugares productivos y ocupados por españoles y descendientes. El 7 de Junio de 1911, Madero entra en la ciudad de México y el 6 de Noviembre es proclamado Presidente. José Doroteo Arango Arámbula (mejor conocido como Pancho Villa) y Don Emiliano Zapata, ambos líderes de pequeños ejércitos que eran representantes, uno de los campesinos del Sureste y el otro de la fuerza armada independiente, poco tuvieron que ver con la revuelta, pero validaban la supuesta Revolución que se había proyectado para cambiar el régimen de una Dictadura a una Democracia impuesta. Doroteo Arango en 1908, antes de la revuelta formaba parte de una banda de abigeo que operaba cerca de Chihuahua y que a la muerte del jefe de la gavilla, tomo su nombre: Francisco Villa. Fue convencido para unirse a la revuelta por Abraham González, representante político de Madero en Chihuahua, recibiendo la educación básica sobre la política. El 17 de Noviembre de 1910 atacó la hacienda de Cavaría, en donde empezó a reclutar gente para su tropa y servir a la causa. Emiliano Zapata, desde 1908, había tomado conciencia para defender la tierra de la ambición de los latifundistas, en Septiembre de 1909 fue elegido Calpuleque (líder o presidente) de la Junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, sin embargo a principios de 1910, su rebeldía e inquietud por las mujeres, lo obligó a darse de alta (por leva) en el 9º Regimiento de Caballería en Cuernavaca, fue asignado como caballerango a Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz. En contra del cual apoyó al aspirante de la oposición, Patricio Leyva, para Gobernador de Morelos. En Mayo de 1910 recupera por la fuerza las tierras de Villa de Ayala para los campesinos del lugar. A finales de 1910 invita a su jefe superior: Pablo Torres Burgos a entrevistarse con Francisco I. Madero que encontraba en USA. El resultado fue apoyar la decisión de tomar las armas junto con setenta y dos campesinos. Madero después de intentar las reformas ofrecidas durante su campaña y que no había podido llevar a cabo por la oposición de sus seguidores, fue traicionado en Febrero de 1913 por Victoriano Huerta, encargado de su seguridad. Alegó que Madero no estaba capacitado para administrar el país y que se había demorando en tomar las decisiones importantes, retrasando el beneficio esperado por los seguidores de la supuesta causa. Duró escasos quince meses en el poder. Siete meses después, en Septiembre de 1913 se constituyo la famosa División del Norte del ejercito Constitucionalista, en la que figuraban Toribio Ortega, Rodolfo Fierro, Juan Medina. Maclovio Herrera, Tomas Urbina y Manuel Chao, entre otros, y de la cual Pancho Villa fue nombrado General en Jefe. En Enero tomó la ciudad de Ojinaga, quedando de esta manera con el control del Noroeste del Estado. Francisco Villa, durante 1915 había sido derrotado por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles en Celaya y Agua Prieta, ambos generales subordinados del General Don Venustiano Carranza. El ataque a Columbus es otro asunto que no vale la pena mencionar y que llevaría a una serie de violaciones, tanto de USA como de las tropas de Villa. Lo que es notorio es que Villa y Zapata muy poco tuvieron que ver en la supuesta Revolución virtual maderista. Llegó la época de los generales como Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Eulalio Gutiérrez, Adolfo de la Huerta y Abelardo L. Rodríguez, los dos primeros asesinados. Intercalados estuvieron el Lic. Emilio Portes Gil y el Ing. Pascual Ortiz Rubio, todos oriundos del Norte del país. En el poder, Don Plutarco Elías Calles, gestó el sistema político actual, las mentiras históricas, las simulaciones, los pretextos idealistas de la “revolución perenne” y asentó las bases para la “dictadura de partido” Semejante a la proyectada por Tlacaelel para que los aztecas alcanzaran su poderío para someter a los pueblos vecinos, aunque diseñada con fines diferentes, ya que privilegió al partido gobernante para mantenerse en el poder por secular seculorum. Con lo que se sentenció al país y al grueso del pueblo de México a un estancamiento arbitrario y perverso, dependiente de la dominante casta política. Los aspirantes al poder encontraron la oportunidad tácita del puesto político asignado, en un principio por el Rey de España y posteriormente por el sistema establecido, para el enriquecimiento personal, en lugar de procurar el desarrollo y superación de los gobernados, fomentando la impotencia del pueblo, para convertirlo en indolente y conformista. Lo cual ha prevalecido gracias a la actitud disidente y convenenciera de los políticos del país. Establecieron en un pueblo inculto, abandonado y sin espíritu, un sistema de gobierno corrupto que ha capturado al país y a sus recursos para usufructo de ellos mismos, brindando a sus seguidores un ambiente relajado, propicio para irla pasando bien, con ciertas canonjías, difíciles de rechazar. Ha sido la época del octavo sometimiento del país a una sola voluntad, esta vez a la de un partido, con lo cual estamos “disfrutando” de otra dictadura. Y el nativo: Bien, gracias. Nota: En casi todos los casos se empleó la palabra Nativo en lugar de Indígena, debido a que en sentido peyorativo “indígena” que proviene de “indio” por la confusión que se originó, cuando se descubrió América, al haber creído que se había llegado a la India, se le ha dado una connotación de: indigno, despreciable, no confiable, desconfiado, abusador y flojo. Hay un dicho popular que dice: la culpa no es del indio, sino de quien lo hizo compadre. Quizás por esta razón a los habitantes de la India se les llama hindúes y no indios. JMRS |
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