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La clase media


2017-03-15

 "Grumete Exigente"

En una sociedad que ha crecido en forma desordenada, como consecuencia de las circunstancias del momento, en las cuales el sector político no respondió a la exigencia de atender con bases éticas las necesidades de la misma, se perdió la oportunidad de modular tal crecimiento con la propia conciencia colectiva.

Dicho sector se dedicó prioritariamente a ver por su propio bien estar, al través de solapar su enriquecimiento ilícito para permanecer en el poder, pues un político pobre es un pobre político, instituyendo otra máxima cínica y descarada: el que no transa no avanza, aliándose con parte de la sociedad (necesitada o no), al intervenir a su favor en la solución de sus problemas personales, (algunos creados por el mismo sector), naturalmente a cambio de una dadiva previamente instituida, dejando pasar la oportunidad de servir al país con trabajo honesto, dando el buen ejemplo a la ciudadanía, olvidándose de ella y de su función formativa.

Con lo cual se afirmó la supremacía de los más fuertes, los mejor dotados, los que más tienen, los poderosos, dando como resultado la ratificación de varios niveles sociales, la mayoría desunidos, sin metas sociales, conformándose con lo poco o mucho que tiene a su alcance, despertándose frecuentemente con incrementos de precios injustos, creyendo las mentiras políticas que promueven los medios de comunicación, para ocultar la realidad y silenciar la inconformidad que pudiera impulsar un cambio.

Una de esas clases, es la clase media (el jamón del sándwich), la que está en medio de la clase baja y la alta. Es la sufrida, la que se supera, la exigente, la estudiosa, la audaz, la valiente y naturalmente la que tiene la culpa de lo que le pasa a cualquier país, siempre y cuando no esté coludida, vendida, comprada, o sometida por el poderoso.

Es la que acepta al que viene de la Clase baja, también abriéndose paso, tratando de superarse con un mayor esfuerzo, para entrar de lleno al nivel medio.

Es la que alienta al pobre con el ejemplo y lo provee de pequeños satisfactores que se encuentran dentro de sus posibilidades. Es la impotente, ante el avasallamiento del sistema corrupto que impera en este país, sin dejar de ser la esperanza del mismo.

Es la que reconoce a la clase de arriba, la Clase alta, la poderosa, la abusadora, esa que vive mucho mejor, la que no sufre por carecer de nada, todo lo tiene y quiere más, la que esprea algo (muy poco) de sus ganancias hacia abajo, para cubrir los costos de sus necesidades (alimentos, servicios profesionales, ropa, servicios públicos, gastos tributarios, de estatus, de esparcimiento, etc.), es la más coludida con el comerciante de elite (vendedor, profesionista, contratista, etc.) y el poder, sin que le importe las carencias y sufrimiento de la gran mayoría. En este país, según la PROFECO, la Clase Alta está compuesta por la parte baja con el 5 % y por la parte alta con solo el 1% de la población nacional.

La clase media es la que tiene que soportar a los que descienden de esta Clase de los ancestralmente ricos que ya olvidaron cómo y cuando hicieron sus fortunas y que por malos manejos perdieron sus recursos, despreciando el apellido, la posición social, el honor familiar, etc., y que ahora, quieren sacar provecho de sus antiguas relaciones, vendiendo recomendaciones o inventando historias de sus ancestros, para ser nuevamente reconocidos; o son los políticos en desgracia, o en espera de otro hueso que los rescate de su situación política temporal o de mala fortuna por haberse aliado con el perdedor.

Es la clase de la burocracia, la que hace rifas, tandas y vende cada mes: perfumes, utensilios de cocina, ropa extranjera, etc., a amigos de sus familiares y compañeros, porque el dinero no le alcanza.

Son también los incondicionales que viven de prestar un servicio de lo que sea a los políticos corruptos.

Es la clase trabajadora, algunos con empleo de planta (formales) y otros con empleos eventuales (informales), luchadores que están en plena superación, renegando del sistema.

Es la que alberga a los profesionistas, algunos exitosos y otros subempleados.

Es la clase de los maestros y catedráticos, algunos dedicados otros rijosos, todos sometidos al sistema, impotentes para contravenir las directrices perversas que apoyan una educación intrascendente.

Es la clase de los militares (en activo, retirados y comisionados) que a últimas fechas ha recibido del temeroso sistema, un reconocimiento en sus haberes por su educación y doctrina de respeto al gobierno. Aún así, podría ser la esperanza de este país.

En la última clasificación que hizo PROFECO para estudiar el perfil del consumidor actual, la clase media está integrada por:

La clase Media Baja:

Compuesta por el 20% de la población, es decir 22 millones 467,307 personas, de las cuales el programa nacional aclara que sus ingresos “no son muy sustanciosos pero son estables”.

¿Quiénes la componen?

Oficinistas, técnicos supervisores y artesanos calificados.

Se encuentran también: los maestros de escuelas públicas, los policías honrados, los soldados, marineros, auxiliares de laboratorio y maestros de taller, los choferes de: taxi, camiones urbanos y repartidores.

Los meseros de restaurantes y fondas, operadores de puestos ambulantes, los empleados de: los mercados públicos, tianguis, peluquerías y comercios (ferreterías, farmacias, tiendas de ropa, etc.) que ganen un mínimo de tres salarios mínimos.

La clase Media Alta:

Considerada como la verdadera clase “media”, compuesta por el 14% de la población nacional (15 millones 727, 115 personas), incluye a quienes cuentan con buenos salarios e ingresos económicos estables.

¿Quiénes la componen?

"Hombres de negocios y profesionistas que han triunfado”.

Se encuentran también: los catedráticos de las Universidades, algunos jefes de Instituciones de gobierno, los dueños de pequeños negocios, los intermediarios que surten de enceres al gobierno, los choferes de políticos, los guarda espaldas.

Casi todos honestos o con poco juego para vivir de la corrupción.

A últimas fechas se encuentran también: los militares de carrera (en activo y jubilados), desde subtenientes hasta generales, los asesores (que son muchos, desde los que cobran sin hacer nada hasta los que realmente se aplican y trabajan), todos los recomendados del gobierno cuya gracia dura hasta que se termina el hueso del funcionario político protector, aunque lo más probable es que nuevamente se acomoden.

Entonces:

¿Quiénes están conscientes de la situación del país?

Es posible que una gran mayoría, por lo que se refiere a: el entorno inseguro; los aumentos continuos de precios en servicios, alimentos y gasolinas; la incertidumbre de un futuro promisorio para los hijos, lo inocuo (por baja calidad) de la educación obligatoria, la falta de oportunidades de trabajo, la cleptocracia que ejerce el gobierno.

Así como el ambiente corrupto que nos rodea, el inexistente entorno para lograr la superación personal, la imagen depreciada del mexicano que tiene el exterior, etc.

¿Quiénes están inconformes?

Los abandonados: la Clase pobre (según la PROFECO integrada por el 60 % de la población nacional) y la Clase media baja (según la PROFECO compuesta por el 20 % del mismo total) que ambos no ven salida a su situación precaria, algunos ya adaptados a manejar su pobreza eficientemente, otros que se esfuerzan en tener posesiones y dinero  para alcanzar el éxito y ser feliz. Tónica impulsada por una sociedad compleja en donde “la riqueza determina el estatus”

Otros están dispuestos a ofrecer sus servicios a la mejor oportunidad de empleo, ya sea: subempleándose, o vendiendo baratijas robadas o decomisadas por el gobierno, o como vendedor ambulante, empleado del político corrupto, u operando como distribuidor minoritario de la droga, etc.

¿Quiénes podrían promover un cambio?

¿Quién arriesgaría su estatus y su bienestar y el de su familia para ser la bujía de un movimiento para el cambio?

¿Otro político de los actuales?, ni pensarlo, todos están cortados por la misma tijera, además sería mucho arriesgar pues no son confiables, son egoístas, ambiciosos, mentirosos, protagonistas y están infectados con la misma enfermedad que asoló al país desde su Independencia (avasallar al pobre con el poder). No aman al pueblo ni su bienestar, no les importa el país ni su soberanía, ni el desarrollo de la ciudadanía. Perrito que come caca, si no la come la huele.

¿Un militar?, en otros países, subdesarrollados como el nuestro, sería una opción viable, con el riesgo de que una vez alcanzado el poder, antes de que los cambios fructifiquen se podrían convertir en una lacra difícil de quitar.

En nuestro país podrían ser una buena opción, pues son de los pocos ciudadanos que están formados con los valores éticos universales, además de los hijos de familias honorables, educadas y responsables.

Los militares, aunque están orientados para resistir y vencer, su adoctrinamiento los obliga a respetar y someterse a la autoridad reconocida, muy adecuada e indiscutible para los actos bélicos, pero muy controversial para acatar órdenes, producto de decisiones políticas perversas que en muchos casos atentan contra la vida ciudadana.

Como es natural y por desgracia, la gran mayoría de los grados superiores ya no quieren ningún cambio, su época ya pasó y cierran los ojos a la realidad.

¿Otro miembro de la clase media alta?, muy improbable, nadie se exhibiría arriesgando su estatus, su familia y su “seguridad”, para embarcarse en una aventura. Ya pasó la época de los mártires que se volvieron “héroes”, ahora se trata de subsistir y alejarse de los problemas.

El país, poco importa, además el gobierno cuenta con tantos requisitos y exigencias a cumplir que por cualquier lado pueden presionar, y como casi todos tienen cola que les pisen, serían presa fácil a someter.

Algunos de esta clase son charlatanes que han descubierto con su inteligencia limitada, cómo venderse mejor para sacar provecho de los demás, por lo que habrá  de cuidarse para no caer en sus garras.

Sin embargo, es posible que de la clase media alta, salieran los que conformarían el grupo de apoyo al líder principal, llámese como se llame (Consejo, Asamblea, Convención, Junta, etc.).

La clase media alta es la cuna de los profesionistas exitosos. Habría que escogerlos y convencerlos.

El líder del grupo, podría provenir de cualquier Clase social, siempre y cuando no le importe ser perseguido o arriesgar su vida.

Características del líder:

1.    Apolítico, sin pertenecer a partido político alguno.

2.    Mentalidad abierta, tolerante, lógica, analítica y directa, hábil en sintetizar e investigar.

3.    Edad media (40 a 60 años) con buena salud y sus sentidos en funciones.

4.    Activo, retado al logro.

5.    Problemas familiares y económicos controlados.

6.    Hábil comunicador y atento receptor.

Conocimientos:

•    Profundo del idioma español y sus modismos.

•    Básicos de matemáticas y contabilidad.

•    Básicos de sociología, economía y finanzas.

•    Profundo del sistema para el análisis de problemas y toma de decisiones.

•    Profundo en estructuración de planes, estrategias y ruta crítica

•    Actualizado en la situación del país y de cómo se cumple con las categorías de República, Federación, Democracia, Soberanía.

•    Actualizado en la situación mundial.

•    Pendiente de lo que pasa en los países vecinos y en Latinoamérica.

Experiencia en:

•     Administración de grupos colegiados, integrado por especialistas en áreas especificas diferentes.

•     Trato correcto de todo tipo de personas, desde la más ignorante hasta la más sabia, desde la de más bajo nivel social hasta la más encumbrada.

•     Venta de ideas, planes y futuros.

Ustedes dicen, ¿Quién se anota?



JMRS


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