Formato de impresión


Por qué será que México...


2017-04-05

                                    Grumete exigente                             

Será por el tiempo transcurrido y lo que hemos vivido que con frecuencia nos preguntamos: por qué México no ha alcanzado los niveles de desarrollo que ahora tienen los países desbastados en la segunda guerra mundial. Esto nos hace sentir confundidos y molestos.

Con insistencia, hemos meditado cuidadosamente sobre ello y entre lo que nos inquieta resalta la idea de no haber logrado la unión, obtenido la visión, reunido el coraje para actuar con determinación en perseguir una meta claramente definida. Esto nos hace pensar en nuestros dirigentes, en su capacidad y en su negligencia para dejar pasar la oportunidad de servir eficientemente al país y a su pueblo.

Encontramos que algunos han pertenecido a familias acomodadas, han sido personas estudiadas, con licenciaturas y doctorados cursados en el extranjero, hábiles oradores, muchos otros, con habilidad notoria para vender su imagen, disfrazar su incompetencia y sacar provecho de su servilismo, aún sin pertenecer a la élite de familias acomodadas. La mayoría de ellos elegidos, en votaciones amañadas, por un pueblo ciego, sordo y mudo.

¿Qué nos pasó?, ¿Por qué no se aprovechó la energía, el esfuerzo y la disposición del pueblo para lograr la superación del país?

La mayoría creemos que una de las condiciones para ser político en México, es no involucrarse sentimentalmente con el pueblo, en otras palabras no amar a nadie, ni a su progenitora y mucho menos al país.

Encontramos también que el territorio mexicano cuenta con extensos litorales, que dan acceso a los océanos más grandes, contiene valiosos recursos naturales en subsuelo, valles, montañas y espacio aéreo, la mayoría es fértil y goza de una flora muy completa, cuenta con una fauna diversa y por si fuera poco la naturaleza lo prodigó con maravillosos parajes, propios de una tierra bendecida, con agua suficiente y climas para todos los gustos.

¿Qué ha pasado?, ¿Por qué no se ha aprovechado las condiciones privilegiadas del entorno para  cimentar el desarrollo del país?

Será que la mezcla de razas del mexicano no es la adecuada o no son compatibles entre sí. Todo es posible, pero no, no es así, es menos complicado.

Continuando con los descubrimientos, comprobamos que la mayoría de los pobladores somos gente buena, trabajadora y preocupada por nuestras familiares. Pero que por algún motivo no hemos podido superar las carencias materiales y espirituales, abandonándonos a la desidia y a pequeños vicios, quizás debido a la ignorancia de algunas áreas del saber.

Áreas que van desde el manejo adecuado del idioma (vocabulario, significado, lectura, escritura y expresión), hasta la forma natural de conectar la mente para captar, pensar y razonar. Situación que nos margina a la hora de expresarnos, confundiendo las ideas con los sentimientos; lucidez necesaria para aprender, analizar, convenir, acordar, convencer, formular e interpretar sugerencias, estructurar planes, responder y actuar éticamente en consecuencia.

Pareciera que a últimas fechas, la autoridad educativa del gobierno está tomando cartas en el asunto, a fin de complementar los planes para hacerlos congruentes con la forma establecida hace diez años de cambiar la enseñanza por el aprendizaje. Esperemos que no estén generando más confusión y que los ejecutores sean realmente profesionales que no antepongan su egoísmo y contaminación.

Entonces, ¿Tendremos que esperar más tiempo, quizás 20 años, para que se incorpore la nueva generación?, esto sería perverso porque el país lleva 200 años, cayéndose y levantándose y no ha sido por eso.

Encontramos que en todas las épocas han existido personas brillantes que tenían en forma natural lo que ahora se está persiguiendo, pero ¿Qué sucedió?, ¿No fueron escuchados?, ¿Fueron traicionados?, ¿Los deslumbró el poder?, ¿Se asociaron con gente perversa?, creemos que hubo de todo.

Sin embargo, hubo personas que encontraron oportunidades para superarse, entonces preguntamos: ¿Qué le pasó a la gran mayoría? ¿Le faltó iniciativa?, ¿Le faltó imaginación?, o ¿Les faltó fortaleza, valor o determinación?, ¿Algo los detuvo?

No, nada los detuvo, todos tenemos imaginación, fortaleza y valor, pero… quizás los detuvo: la falta de orientación, la desidia y la perseverancia para alcanzar el éxito.

Hemos abandonado nuestros sueños de superación por la inseguridad del entorno y la ambición de nuestros dirigentes; algunos vivimos agobiados por el aislamiento y la impotencia de no poder hacer nada por el país, nos sentimos abandonados, esperando algo que cambie la situación, alguien que nos rescate y nos enseñe a orientar nuestro esfuerzo a fin de obtener las satisfacciones que nos permitan vivir con dignidad, para así, ayudar al país.

Quizás por ello, muchos arriesgan su vida emigrando a otros países, donde si se valora el esfuerzo y la superación.

Creemos que muchos conseguimos el ingreso que nos sitúa en el filo de la navaja, brindando un esfuerzo mediocre acorde con el sueldo pactado, haciendo lo mínimo para conservar el empleo.

Cero exigencia, cero desarrollo, cero seguridad, cero prestaciones, cero futuro. Similar a lo que ofrece el crimen organizado que paga mejor, aunque se arriesga más.

Se cree que la Clase media alta de la sociedad podría sacar al país del subdesarrollo, aunque es solo del 14% de una población que tiene bregando 200 años en salir de la situación enfermiza en que quedó después de la dominación española, pero que desde entonces, ha preferido fincar su prosperidad en el beneficio que le ha proporcionado el ambiente político, que ofrece una corrupción solapada, instituida por el sistema multipartidista, similar al que se mostró en el inicio del país.

¿Por qué no se capitalizó esta experiencia histórica?, ¿Se tiene otra idea de lo que significa democracia?, ¿Es otro recurso perverso para dividir y vencer?, ¿Es la estrategia del partido hegemónico?

El ofrecimiento de corrupción solapada es antipatriota, desleal y perverso y naturalmente ajeno a cualquier superación.

Por desgracia esta carnada tiene años gestándose y le ha costado al país millones de millones de pesos, además del tiempo perdido que nunca se recuperará. Naturalmente continúan las simulaciones, los planes mediáticos, la generación de leyes complicadas que fracasarán en su aplicación, simplemente porque el medio político está corroído y la población ya no le tiene confianza, está harta de tanto fracaso.

Sin embargo, el país ahí va, lentamente, gracias a los que trabajan, alejándonos cada vez más de sacudirnos el tercermundismo, viendo como la clase baja sigue creciendo y los futuros del país se envilecen.

La perversidad viene desde los inicios del país, cuando se gestó su independencia para el beneficio de unos cuantos, posiblemente con la oposición de algunos, cuyas demandas no trascendieron o fueron acalladas hasta con la pérdida de la vida.

La sociedad activa estaba aprendiendo y los que tuvieron la gracia de llegar a la cúpula se la pasaban ensayando nuevas formas de gobernar, algunas todavía en pañales, otras en formación y las más conocidas eran las autocráticas.

En otras palabras: no había forma de estructurar un Proyecto de Nación, como tampoco, por conveniencia y necedad, se ha hecho hasta la fecha.

Fue una época, en donde el territorio virgen era un manjar, tanto para la insipiente sociedad, como para los diferentes intereses extranjeros, representados por: las logias (York y Escocesa), el Alto Clero, la Francia ambiciosa, la España despojada, el expansionismo de la Unión Americana, la “buena fe” de Alemania y otros más.

Intereses que fueron influyendo en esa sociedad confundida, provocando una culturización basada en el poder y el sometimiento.

Naturalmente las traiciones y los asesinatos gestados por los ambiciosos, estaban a la orden del día para hacer transitar al país por varias (ocho o nueve) dictaduras, disfrazadas de varias tendencias: Imperial, monárquica, burguesa, liberal, autocrática, revolucionaria simulada, democrática convenenciera, cleptocracia partidista.

Tendencias que han excluido el bienestar del nativo, manteniéndolo    apartado y sobajado, pero eso sí, bien usado como justificación política, creando planes populistas que nunca se llevarán a cabo o fracasarán antes de dar resultados, sirviendo únicamente para generar beneficios a la casta política, como han sido: la comisión institucional, acomodar a parientes o recomendados (nepotismo) en puestos virtuales o de nueva creación, desviar recursos de la Nación, posiblemente para cubrir la cuota del puesto, para confirmar la membrecía al Club perverso o simplemente para hacerse rico.

Se tiene la experiencia de que todos los planes y proyectos que administra el sector gobierno fracasan y no por falta de recursos, ni por falta de capacidad, posiblemente por cambio de rumbo, dentro del cual se encuentra la cleptocracia, la ambición y la falta de planeación.

México, ha pagado por todo, hasta por la capacitación de los políticos a fin de que ejerzan sabiamente la cleptocracia.

Han malogrado flotas (Mercante, Pesquera, Aérea), destruido proyectos (Turismo, Proceso, Industriales, de Financiamiento, de Ayuda comunitaria, etc.), abandonado o modificado lo hecho por otras administraciones, etc., simplemente para manifestar su poder y el sometimiento de la sociedad.

Existe la idea, principalmente en el sector político, de que México tiene para eso y muchísimo más y que no vale la pena cambiar la forma tan generosa de hacerse rico, “sirviendo” al país. Esta creencia, junto con la carencia de valores morales de la mayoría de los ciudadanos mexicanos, refuerza en gran parte la permanencia de la corrupción.

Finalmente, el tema nos induce a creer que el principal culpable es el político mal intencionado, corrupto, prepotente, falto de honestidad a si mismo y que tiene contratados a los demás para ejecutar una melodía perversa.

La perversidad política es un tema escabroso, conocido y tratado en secreto por todos los ciudadanos, el cual merece una atención especial que esperemos darle posteriormente.



JMRS


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com