Formato de impresión


En su libro "Women Who Work", Ivanka Trump tiene todas las respuestas


2017-05-05

Jennifer Senior, The New York Times

El prefacio del libro de Ivanka Trump, Women Who Work (basado en su lema de “Mujeres que trabajan”), es bastante inocuo. Aunque hay algo en el tercer párrafo que me costó trabajo digerir; parece surgir de la nada. “Durante el último año y medio he tenido el honor de viajar por todo nuestro país para conocer a los hombres y las mujeres de nuestra gran nación y escuchar sus sueños y esperanzas, sus retos y preocupaciones”, dice.

Sin problemas hasta ahí. Es la siguiente oración la que realmente destaca. Estuvo expuesta durante todos esos meses a las ansiedades de la gente común y uno pensaría que eso la volvió algo humilde. Su respuesta no lo delata. “He crecido tremendamente como persona”, continúa, “y la experiencia me cambió la vida”.

Es decir, para la hija mayor de Donald Trump, estar en la campaña fue solo parte de un camino dorado hacia la autorrealización.

Esa autorrealización es la preocupación más presente en Women Who Work. Y el libro no es tanto ofensivo en sí, más bien es algo poco original, poco ingenioso y que solo retoma la sabiduría de libros canónicos de autoayuda y de negocios. (Supongo que hacerse rico a partir del trabajo duro de otras personas es algo que se hereda en la familia Trump). A momentos parece un discurso de graduación del colegio. “¡Ve tras tus sueños! ¡Asegúrate de que tú seas quien define tu éxito! ¡Sé la arquitecta de una vida que ames, que rinda honor al ser multidimensional que eres!”

Y parece que solo Ivanka Trump puede arreglar nuestros problemas. Empieza el libro argumentando que no hay suficientes discusiones a profundidad sobre qué significa ser una madre trabajadora. “Ya es momento de cambiar la narrativa alrededor de las mujeres y el trabajo, de una vez por todas”, escribe. Eso seguramente tomará por sorpresa a Sheryl Sandberg y Anne-Marie Slaughter, quienes llevan un rato liderando esas discusiones y a quienes la misma Ivanka cita repetidamente en su libro.

Eventualmente surgen varias preguntas a partir del libro: ¿para quién escribe esto? ¿Y para qué lo escribió? Es decir, ¿cuál es el por qué de este libro?

Women Who Work es una mescolanza de citas inspiradoras. El exejecutivo de Ford, Lee Iacocca, aparece poco antes que Sócrates; la autora Toni Morrison está una página antes que Estée Lauder. Una cita de Nelson Mandela introduce la sección que habla sobre cómo las mujeres deben pedir tiempo libre: “Siempre parece imposible hasta que lo haces”.

El libro tiene menos que ver con cambios estructurales que con el poder de sentirse realizada con tan solo usar los accesorios correctos. Quizás la joyería o vestimenta de la marca Ivanka Trump.

El libro sin duda está inspirado en las conversaciones del estilo de TED Talks y en sitios web sobre estilo de vida. (El mismo título proviene de una iniciativa que Trump lanzó como parte de su marca para aconsejar a las milenials que trabajan). Es ideal para la generación que creció con Pinterest y leyendo el sitio de consejos de Gwyneth Paltrow, goop.com. Ivanka Trump –con sus millones de seguidores en redes sociales– busca abrirse camino como una gurú de la ambición glamurosa, con la meta de “inspirar y empoderar a las mujeres a que creen las vidas que quieren vivir”.

Es un tipo de seudofeminismo que enfurece a muchas: tiene menos que ver con cambios estructurales que con el poder de sentirse realizada con tan solo usar los accesorios correctos. Quizás la joyería de la marca Ivanka Trump, que se asegura de mencionar en varias ocasiones a lo largo del libro (al igual que los “tremendos” hoteles de su familia). Definitivamente hay un mercado para este libro. Hay un precedente familiar. Su padre estuvo a nada de la bancarrota y después escribió libros sobre cómo hacer negocios que se volvieron muy populares. ¿Por qué la hija no haría lo mismo?

Y lo ofrece con frases al estilo de “sí se puede, chicas” que son apolíticas. Ivanka tiene más que practicado el dar discursos genéricos y que no sean percibidos como partidistas.

Así se vuelve fácil dilucidar el por qué del libro: es una extensión de la marca Trump.

Lo que sigue siendo una pregunta misteriosa es para quién está dirigido. La autora arranca con la presunción de que es para un amplio espectro de lectoras.

Sin embargo, poco a poco empieza a revelarse cierto sesgo respecto al estrato social al que pertenecen esas lectoras potenciales, empezando por las empresarias cuyos perfiles incluye en el libro y que, como ella, son hijas de la élite de Nueva York. El sesgo se hace notar cuando discute la matriz de Stephen Covey para la gestión del tiempo e identifica hacer el supermercado como algo que no es ni urgente ni importante. (¿Qué acaso la comida solo aparece mágicamente en su alacena? Todo parece indicar que sí). Es notorio de nuevo cuando confiesa que “honestamente, no me estaba dando el tiempo para un masaje o para cuidar de mí misma” durante la campaña presidencial. (Estaba muy ocupada).

También se hace sentir en sus descripciones de cómo es la vida diaria en la que –al menos hasta la elección– se las arreglaba para gestionar su propia empresa, ser una vicepresidenta ejecutiva en la Organización Trump, entrenar para correr un medio maratón y pasar tiempo a solas con cada uno de sus tres hijos. A menos de que encuentres un agujero espacio-temporal, la única manera factible en la que uno puede hacer todas esas cosas es con la ayuda de personal. Pero quien sea que ayude a Ivanka Trump en sus asuntos domésticos parece no ameritar una sola mención.

Para cuando Trump discute cómo debe ser el permiso de maternidad, sea o no consciente de ello, ya se dirige únicamente a un grupo imaginario compuesto únicamente por directoras y empresarias con puestos ejecutivos. Espera que todas ellas tengan un “equipo” que las cubra en el trabajo. De hecho, es impresionante la cantidad de veces que Women Who Work habla de la importancia de Tu Equipo. Hay más equipos en este libro que en la NFL. Cuando se trata de pedir el permiso de maternidad, por ejemplo, aconseja “estar presente con tu pequeño sin preguntarte si tu equipo se las está arreglando sin ti”.

Pero lo que realmente importa sobre el permiso de maternidad, si le preguntas a Ivanka Trump, es que ella todavía cree –como dijo durante la campaña– que a la gente le deben pagar para que lo disfrute. Se espera hasta la penúltima página del libro para mencionarlo. Pero lo hace.

Esas últimas páginas las escribió antes del 8 de noviembre de 2016 (ella misma menciona que entregó el manuscrito antes de conocer los resultados de la elección). Y lo que es destacable es que los escribió como si supiera que su padre iba a perder: “Necesitamos pelear por el cambio, ya sea en las legislaturas o en el ámbito laboral”.

Pues su padre no perdió. Ivanka Trump ahora tiene un papel formal dentro de la Casa Blanca como consejera especial. En cualquier momento puede entrar al Despacho Oval y demandar que su padre implemente un plan exactamente igual al que ella promueve en su libro: ocho semanas de permiso de maternidad con paga. En comparación a lo que hay actualmente en Estados Unidos y en muchos países, eso sería una mejora radical.

Y de paso, quizá debería mostrarle a su padre la sección del libro que habla sobre cómo lo que distingue a los mejores líderes es el reconocer que no lo saben todo. Pero me imagino que eso ya es pedir mucho.



yoselin


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com