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Qatar: Entre la capitulación y el divorcio


2017-06-30

Por Ulises Canales López / PL


A tres días de expirar el ultimátum a Qatar para que acepte condiciones supuestas a recomponer sus relaciones con tres vecinos del golfo Pérsico y Egipto, el emirato díscolo parece resuelto a elegir el divorcio, antes que la capitulación.

Observadores creen que no se trata precisamente de un acto de valentía, sino de elemental orgullo y sentido de soberanía nacional, y sobre todo de compromisos históricos que a los ojos de Doha pueden ser compatibles con la alianza que hace 36 años dio vida al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).

El ministro qatarí de Relaciones Exteriores, jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, no necesitó esperar al 3 de julio -cuando se agotan los 10 días de plazo para responder a 13 demandas de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahrein y Egipto- para definirlas como irrazonables.

Sin embargo, Al-Thani expresó disposición a discutir temas legítimos con los estados árabes a fin de zanjar la crisis desatada el 5 de junio cuando esos países rompieron relaciones diplomáticas con Qatar tras acusarle de promover y apoyar al terrorismo y el extremismo.

Pero mientras el canciller saudita, Adel Al-Jubeir, definió como no negociables los requerimientos, entre los que destacan frenar las relaciones con Irán, cancelar la cooperación militar con Turquía y cerrar el canal televisivo Al-Jazeera, su par qatarí volvió a negar las imputaciones.

Según Al-Thani, algunas demandas son imposibles de cumplir porque son inciertas y en ese sentido, alegó, no podemos cortar lazos con el llamado DAESH (Estado Islámico), Al-Qaeda y el movimiento chiita libanés Hizbulah porque tales nexos no existen.

Riad y sus socios identifican como terroristas a esas organizaciones y a la Hermandad Musulmana (HM) fundada hace más de 90 años en Egipto y vista como una suerte de progenitora espiritual del movimiento islamista palestino Hamas, varios de cuyos líderes son acogidos en Doha.

Tampoco pueden expulsar a algunos miembros del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán porque no hay ninguno en Qatar, añadió el canciller qatarí al señalar que es 'imposible' honrar otras demandas.

Fuentes en Doha estimaron humillante imponer tales condiciones y someter al país a 'auditorías' mensuales en el primer año, trimestrales en el segundo y anuales en la siguiente década, en caso de acatarlas.

En lo que expertos describen como afrenta a principios fundamentales de gobernabilidad en las relaciones internacionales, se insta además a Qatar a alinearse militar, política, social y económicamente con otros países árabes y del CCG ... en línea con un acuerdo alcanzado con Arabia Saudita en 2014.

Nos queda concluir que la finalidad del ultimátum no era abordar los temas enumerados (en la lista de demandas), ni combatir el terrorismo, sino presionar a Qatar para que renuncie a su soberanía, y eso es algo que no haremos, remarcó Al-Thani desafiando amenazas de Riad, Abu Dhabi y Manama.

El titular qatarí, que se entrevistó el martes en Washington con el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, criticó la postura inamovible de EAU y Arabia Saudita.

Al igual que Al-Jubeir, el ministro de Estado emiratí para Asuntos Exteriores, Anwar Gargash, reiteró que Doha 'debe asumir las demandas seriamente o enfrentarse a un divorcio con el CCG.

Los hermanos (qataríes) deben entender que la solución para su crisis no yace en Teherán, Beirut, Ankara o en capitales occidentales, ni en medios de prensa, sino en recuperar la confianza de sus vecinos, opinó.

Gargash puntualizó en su cuenta en Twitter que es imposible aceptar que el hermano continúe como el Caballo de Troya en el Golfo o como un financiador y plataforma para una agenda extremista.

En la misma línea, el embajador de EAU en Rusia, Omar Ghobash, advirtió que Qatar podría sufrir más sanciones si no responde a las demandas, y que tenía que elegir entre acatarlas o el divorcio del consenso árabe.

Por lo pronto, Doha sigue renuente a que sólo se le permita el comercio e intercambio con Irán que cumpla con las sanciones internacionales y de Estados Unidos, como reza en una de las demandas, y a alejarse de Turquía.

Justo este viernes, el ministro qatarí de Defensa, Hamad bin Ali al-Attiyah, viajó a Ankara para dialogar con su homólogo, Fikri Isik, sobre la cooperación bilateral, incluida la presencia de soldados turcos y la suerte de la base militar que el país europeo, en principio, se rehúsa a clausurar.

Según analistas, la decisión de Qatar de lanzarse a los brazos de Turquía cae en el contexto de un proyecto que le une con la Hermandad (Musulmana, de la que Ankara es ferviente defensora) y que se extiende a movimientos políticos islamistas, incluido el gobierno del líder supremo de Irán.

Pero otros creen que la relación de exigencias supone para el emir qatarí, jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, una suerte de cesión de soberanía en temas estratégicos como seguridad, defensa, economía y diplomacia.

Al respecto, observadores comentaron a Prensa Latina que aceptarlas convertiría a Qatar en un vasallo o protectorado saudita, amén de que difícilmente contribuya a facilitar una rápida solución de la crisis que ahora hace avizorar nuevos escenarios, con toda seguridad más polarizados.

De hecho, las demandas alejan la posibilidad de un arreglo que permitiera a todas las partes exhibir victoria o zanjar las disputas con cierto nivel de dignidad en el que al menos se camuflen humilladores y humillado, comentó un diplomático árabe basado en Beirut.



yoselin


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