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¿Y si tu jefe te pide que hagas algo que no es ético? 


2017-07-10

Daniel Victor, The New York Times

Tal vez te pida que engañes a un cliente, que le mientas o que tomes un atajo que sabes podría resultar en un producto de menor calidad.

Cuando tu jefe te pone en una encrucijada que compromete tu ética, ninguna de las opciones parece particularmente buena. Si sigues adelante con el comportamiento deshonesto te conviertes en cómplice; si lo reportas con un superior o con una organización externa podrías enfrentar represalias.

No obstante, puedo decir que es posible externar tus preocupaciones sin poner en riesgo tu situación como empleado ni tus relaciones laborales. Ahora te diré lo que debes considerar antes de ventilar tus quejas.

Empieza por tu jefe

Primero, debes asegurarte de entender, exactamente, qué te está pidiendo hacer. Hay que descartar un malentendido.

Explica por qué lo que te pidió te hace sentir incómodo. De ser posible, menciona las políticas específicas de la empresa que podrías incumplir.

Paul Fiorelli, director del Instituto Cintas de Ética Empresarial en la Universidad Xavier, sugirió hablar claramente, por ejemplo: “Me pediste hacer esto, pero si lo hago podría violar esta política que tenemos. No me estás pidiendo que haga eso, ¿o sí?”.

En muchos casos, es probable que el jefe o la jefa no hayan considerado que su solicitud no era ética. Citar razones específicas para oponerte podría ayudarles a ver por qué esa petición no es razonable, o podría confirmar que sí, en realidad quieren que hagas algo que no estás dispuesto a hacer.

En cualquier caso, podrías resolver el problema si puedes ofrecer una alternativa más ética que produzca resultados similares.

Lleva tu queja a niveles superiores

Si queda claro que tu superior te está pidiendo que te comportes de una forma que no es ética o si, de entrada, no te sientes cómodo hablando de ello con esa persona, los siguientes pasos dependen mucho de tu empresa.

En las organizaciones más grandes, podría haber alguien dedicado a recibir quejas de empleados como tú. Podría ser el responsable de cumplimiento, el departamento jurídico, el auditor o alguien de Recursos Humanos. Podría ser la persona que se encuentra uno o dos niveles por encima de tu jefe o jefa.

Ten cuidado: tal vez a tu jefe no le guste esto (vamos a hablar del riesgo de las represalias más adelante).

Quizá también necesites preguntarte: ¿le va a importar a alguien o habrá algún cambio si me quejo? Si crees que la administración de la empresa tratará de ignorar tu queja, puede ser que no valga la pena asumir los riesgos que supone quejarse a nivel interno.

“Si en algún punto los altos directivos se benefician financieramente de la conducta inapropiada, tal vez no quieran saber lo que está ocurriendo”, comentó Bryan Stikeleather, profesor de la Universidad de Carolina del Sur que estudia los incentivos financieros de la denuncia de irregularidades.

Algunas empresas ofrecen dinero para alentar a los empleados a reportar el mal comportamiento, lo cual puede ser una señal de que realmente tienen la intención de corregirlo. Sin embargo, esos incentivos económicos algunas veces pueden hacer que los empleados se sientan menos propensos a dar parte, comentó Stikeleather; las recompensas pueden reducir el sentido de responsabilidad del que denuncia la irregularidad, haciendo que no lo sienta tanto como una obligación moral.

Si informar el comportamiento a los niveles superiores no funciona, o tu empresa es tan pequeña que no hay nadie que escuche tu protesta además de tu jefe, tal vez quieras ir más allá de la organización, hasta el gobierno o los medios. Patricia Harned, directora ejecutiva de Ethics and Compliance Initiative, explica que la mayoría de la gente que toma este camino lo hace únicamente hasta que ha agotado sus opciones internas sin ver resultados.

Considera los riesgos

Para nosotros es fácil decir que deberías “hacer lo correcto” y que deberías negarte de plano a peticiones que no sean éticas. Sin embargo, en la realidad, la decisión suele ser mucho más compleja y podrías enfrentar riesgos muy reales.

En Estados Unidos, un 53 por ciento de los empleados que reportaron conductas inapropiadas en sus empresas dijeron que experimentaron alguna forma de represalia, según la encuesta de Ética Empresarial Nacional 2016, realizada por la Ethics and Compliance Initiative. Esto podría incluir recibir peores evaluaciones y que se te ignore cuando haya ascensos y aumentos salariales.

Como mínimo, la denuncia de irregularidades podría tener costos sociales. Algunas personas han descubierto que dejan de invitarlas a las reuniones saliendo del trabajo o que se les trata con frialdad en los pasillos.

“El que denuncia irregularidades puede ser considerado por algunos como un soplón”, comentó Stikeleather.

Mary-Hunter McDonnell, profesora de la Universidad de Pensilvania, dijo que por lo menos un denunciante de alto nivel al que entrevistó para su investigación se arrepentía.

“Me dijo que si pudiera revivir aquella situación no lo volvería a hacer porque fue devastador para su vida social”, comentó. “Ya no lo incluían en las actividades de caridad a las que lo habían invitado a adherirse ni a ninguna de las redes sociales corporativas de las que formaba parte. Básicamente, se le expulsó del mundo social que había creado para sí mismo como parte de su trabajo”.

Si no encuentras la solución, renuncia

Nadie quiere llegar a este punto y tal vez no sea un consejo práctico si necesitas el sueldo. No obstante, si tienes posibilidades de encontrar un nuevo trabajo, esta podría ser una buena razón para irte.

Incluso, podrías intentar negarte rotundamente como ultimátum.

“Creo que basta con decir no si va en contra de tus valores morales. No te pueden obligar a hacer algo”, afirmó McDonnell. “Lo peor que podría pasar es que te despidan, pero de cualquier modo no puedes quedarte en un empleo que va a pedirte que vayas en contra de tus valores morales”.



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