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También se complica el tratado de libre comercio con la Unión Europea


2017-12-11

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 9 DIC - México enfrenta problemas para renovar su Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea (UE), aunque menores a los que tiene con el acuerdo con la región de América de Norte, pero no menos importantes porque está en juego el intercambio en una materia altamente sensible.
    
El problema es que México se encuentra ya bajo una intensa presión de Estados Unidos, que ha amenazado con romper el acuerdo que mantienen desde hace 24 años en la región, que incluye a Canadá, lo que complica las negociaciones con Europa.
    
La "manzana de la discordia" en el caso de la UE es la insistencia de los negociadores del viejo continente de que se respeten las "indicaciones geográficas" que son equivalentes a lo que técnicamente se llama "denominación de origen".
    
El tema clave es en los lácteos, sobre todo en los quesos, por cuanto la parte comunitaria exige que México deje de usar nombres genéricos como "manchego", o "tipo manchego" para productos similares a los europeos, a menos que sean producidos en la región de donde son originarios, en este caso La Mancha, España.
    
La fuerte pugna, que con razón ha sido bautizada por la prensa como "la guerra de los quesos", surgió cuando se creía que México y la UE marchaban en una "autopista de terciopelo" en la revisión del TLC vigente desde el 2000, iniciado hace varios meses, a diferencia del TLCAN.
    
El conflicto supera el estrecho ámbito de los quesos y abarca una amplia gama de productos alimentarios (unos 300) como la mantequilla, los vinos, el aceite de oliva y algunos embutidos, los cuales tendrían que cambiar de nombre para poder seguir vendiéndose al público mexicano, algo a lo que se opone tenazmente la parte mexicana.
    
En esta circunstancia se encuentra el queso parmesano, el holandés, el suizo y la champaña, entre otros.
    
Dos grandes colosos mexicanos de productos lácteos, Lala y Alpura, son los jugadores estratégicos en la pulseada por cuanto suelen obtener grandes beneficios de la venta de quesos análogos a los europeos.
    
"En lácteos hay un tema ahí delicado con el tema de los cupos y el de las indicaciones geográficas", afirmó Bosco de la Vega, presidente del poderoso Consejo Nacional Agropecuario, que aglutina a los más importantes productores, exportadores e importadores de estos productos. De la Vega dijo que ya se permitió nombra a los alimentos de esa forma y se creó un mercado, lo que hace muy difícil dar marcha atrás.
    
"Europa quiere todo. Está muy dura en las indicaciones geográficas, que es algo que no nos conviene. Entonces necesitamos el respaldo de nuestro gobierno para salir fortalecidos en esta negociación", señaló el dirigente, que también interviene en el "cuarto de al lado", el equipo asesor empresarial de las tratativas del TLCAN.
    
En el tema de las ventas de carne de cerdo, los europeos también exigen "cupos", es decir límites, lo que convierte al tema también en un "tópico sensible".
    
El gobierno mexicano no ha escatimado el respaldo a los empresarios pero la tenacidad también es una virtud de los europeos que le están torciendo el brazo a sus autoridades.
    
Empresarios mexicanos han propuesto una opción "salomónica", que implica reconocer el origen de los productos pero agregarles "un apellido", lo que no es muy del agrado de sus contrapartes.
    
Mauricio Jalife ha advertido que si México cede ante la UE, "múltiples industrias que dependen de la posibilidad de comerciar quesos" similares al manchego, mozzarela, brie, camembert, aciago o roquefort podrían quebrar.
    
La UE también se ha enfrascado con Estados Unidos un problema similar, pues Washington se niega a econocer la protección a esta forma de propiedad intelectual de los productos "de origen" desde hace mucho tiempo.
    
El problema también radica en que si México hace concesiones con la UE, la renegociación del TLCAN también podría verse comprometida, afirma Jalife.



regina


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