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El Mesías de Georg Friedrich Händel


2017-12-14

¿Qué es El Mesías?

El Mesías es una obra que puede clasificarse como un oratorio. En un oratorio se explica con música una historia religiosa o sagrada. Generalmente, se trata de obras con solistas, orquesta y coro, con este último elemento como protagonista, ya que explica y comenta la historia a la audiencia. Podríamos decir que es como una ópera, pero sin representar. Precisamente, Händel desarrolló una forma propia de explicar estas historias bíblicas al utilizar en ellas ideas de la ópera. En el oratorio se prescinde del vestuario y de la dramatización en escena. Puede haber personajes, pero no interactúan entre sí.

Recitativo, aria y coro

En El Mesías (como en todos los oratorios), encontramos tres tipos de números: los recitativos, las arias y los coros. El recitativo es un tipo de música que se caracteriza por su parecido con el habla. Tal y como su nombre indica, es como un recitado, pero con entonación musical. El recitativo puede ser secco, es decir, acompañado únicamente de la voz y el teclado, o acompagnato, donde la voz está acompañada por la orquesta. En El Mesías encontramos ejemplos de los dos tipos. La función del recitativo es introducir temas nuevos que se desarrollarán en las arias.

Una aria es una pieza vocal (aunque también encontramos arias instrumentales) con acompañamiento de orquesta, y normalmente forma parte de una ópera o un oratorio. Podríamos decir que es como una canción, pero de mayor complejidad. En El Mesías, cada solista tiene sus arias, que suelen estar precedidas de un breve recitativo. En las arias, Händel crea los momentos más emotivos de El Mesías y muestra su capacidad y técnica compositiva. Un buen ejemplo de ello es el aria de soprano «Rejoice greatly», donde se puede comprobar cómo Händel siempre ponía a prueba las habilidades de sus cantantes.

Por último, encontramos los coros, parte esencial de El Mesías, donde se va explicando y comentando la historia. Händel halla en los coros el medio perfecto para experimentar con distintas formas de reflejar el texto en la música. En el concierto escucharéis coros llenos de alegría con el uso de las trompetas y los timpani (término italiano para denominar a los timbales), como «Glory to God», y otros más dramáticos, como por ejemplo «Surely He Hath Borne Our Griefs».

Händel no deja nada al azar y combina los elementos de tal forma que nunca se pierde el interés, a pesar de la larga duración de El Mesías. Va creando pequeñas escenas que se inician con un breve recitativo que da paso a un aria, y finalmente todo culmina en un coro. Este esquema se va repitiendo a lo largo de toda la obra. Aquí podéis escuchar un ejemplo:
 
En los oratorios también podemos encontrar fragmentos puramente instrumentales. En el caso de El Mesías, solo hay un par de ejemplos: la «Sinfonia» y la «Pifa». La «Sinfonia» es el primer número de El Mesías y tiene la función de crear el ambiente adecuado para el inicio de la obra y para preparar al público. La «Pifa» es un baile que nos indica la llegada de los pastores con unas sonoridades que nos recuerdan a una gaita.

El estreno

Durante su estancia en Dublín, Händel quiso ofrecer un concierto benéfico a favor de entidades de caridad, y decidió presentar El Mesías. El concierto se celebró en The Great Music Hall y levantó tanta expectación que incluso en los periódicos se pedía a los hombres que asistiesen sin espada, y a las mujeres, sin faldas anchas, para poder aprovechar más el espacio. El concierto se celebró en horario de mediodía, a diferencia del horario de tarde o noche, al que los espectadores estaban —y estamos— acostumbrados. Sorprende saber que, al comprar la entrada para el concierto, obtenían una entrada gratuita con la que podían ver el ensayo general de la obra. Meses después, Händel organizó un segundo concierto de El Mesías, pero esta vez los ingresos fueron todos para él.

Georg Friedrich Händel

Georg Friedrich Händel nació el 23 de febrero de 1685 (el mismo año que otro gran compositor, Johann Sebastian Bach) en Halle, ciudad del norte de Alemania. Desde muy pequeño mostró interés por la música, pero su padre prefería que estudiase para abogado. Por ello, Händel combinó los estudios de derecho con los musicales. Finalmente, dejaría el derecho para concentrarse en lo que realmente le hacía disfrutar: la música.

Progresó con rapidez en los estudios de órgano, clave y violín, además de composición. A los 18 años ya tenía un trabajo de organista en una iglesia. Poco después empezó a trabajar en la Ópera de Hamburgo, donde primero hizo de violinista y, después, de clavecinista. Durante su estancia en Hamburgo empezó a componer las primeras obras.

Tras una estancia en Italia, se trasladó a Londres. Con 26 años, ya tenía suficiente experiencia como para componer óperas, oratorios y música instrumental de gran calidad, como la Water Music (Música acuática), una composición para orquesta que se interpretó en unos festejos que se celebraron en el río Támesis..., ¡en un barco! La pieza gustó tanto al rey que la hizo repetir hasta tres veces. Su fama, no obstante, le llegó principalmente a raíz de los oratorios, especialmente El Mesías.

Pese a sus viajes ocasionales a Alemania, Händel se sentía muy a gusto en Inglaterra, y en 1727 obtuvo la nacionalidad británica. Con su compañía de ópera, recorrió el país interpretando sus nuevas creaciones. Händel centró toda su vida en la música, y quizá por ello nunca contrajo matrimonio ni tuvo hijos.

Con el tiempo, este compositor sufrió problemas de salud que lo dejaron prácticamente ciego, pero, aun así, nunca perdió su dedicación a la música. Finalmente, Händel murió en 1759 en su casa de Londres. Dejó sus pertenencias a sus criados y amigos, y a casas de caridad. En aquella misma casa, muchos años después vivió una estrella del rock y la guitarra eléctrica como fue Jimi Hendrix. Cuando Hendrix descubrió que Händel había vivido en su misma casa, se entusiasmó y rápidamente fue a comprar una grabación de El Mesías. Hay quien dice que se interesó tanto por Händel que incluso utilizaba melodías suyas en sus solos de guitarra. ¡A ver si descubrís alguna en este vídeo!

La producción musical de Händel es muy amplia y variada. Su música está presente hoy día en salas de concierto, teatros de ópera, iglesias y... ¡campos de fútbol! No, no nos hemos vuelto locos. Resulta que el himno de la Champions League está basado en una pieza de Händel titulada Zadok the Priest. Si las escucháis y las comparáis, ¡veréis cómo se parecen!

¿Qué nos explica?

El Mesías trata sobre la vida de Cristo y cómo, a partir de su muerte y resurrección, salva a la humanidad. No se explica como una historia en la que aparecen personajes que dialogan, sino que se presentan varios momentos y aspectos de la vida de Jesucristo. La grandeza de El Mesías como obra radica en que no es necesario tener convicciones o creencias religiosas para conectar con la historia. Habla de situaciones que podemos encontrar en la vida cotidiana: el nacimiento de alguien querido, el esfuerzo para alcanzar un objetivo o la muerte como destino. ¿Quién no se ha esforzado o sacrificado por lograr lo que deseaba? El Mesías habla de emociones humanas y situaciones universales, que pasaban antes, que pasan ahora y que seguirán pasando. Händel está más interesado en reflexionar y meditar que en querernos convencer sobre lo que debemos hacer o pensar.

La historia está dividida en tres partes. La primera trata sobre el nacimiento de Cristo y se sitúa en Navidad; la segunda explica su sufrimiento y muerte, y la tercera, su resurrección y glorificación en el cielo. En la época de Händel se solía escribir un libreto con todos los textos. En el caso de El Mesías, Charles Jennens (el autor de los textos) escribió uno como si fuese una ópera, con el texto dividido en actos y escenas. Esta estructura permitía al público ver muy claramente qué se pretendía explicar en cada momento.

Jennens se dedicó a reunir y adaptar una serie de textos de la Biblia. Se trata de textos breves que normalmente contienen un par de versos. No son textos rimados (como solía suceder en la ópera), pero están pensados para ser leídos en voz alta, lo que los hace adecuados para cantarlos y fáciles de entender.

¿Cómo se compuso?

Händel escribió El Mesías en casi tres semanas, muy poco tiempo si tenemos en cuenta que la obra tiene una duración aproximada de dos horas y media. Esta rapidez en la composición era normal en la dinámica de trabajo de Händel. Hombre de gran inspiración, estaba acostumbrado a trabajar bajo encargo y con poco margen de tiempo.

El método de trabajo era muy sencillo: Lo primero que necesitaba era un texto. Tal y como hemos comentado, Charles Jennens fue el encargado de preparar y adaptar los textos bíblicos. Cuando cantamos un texto, su duración aumenta. No es lo mismo recitar un texto que cantarlo. Lo podéis probar. Por ello, hay que reducir el texto de modo que pueda ser cantado, y lo más importante de todo, que se entienda la historia que estamos explicando. Una vez Händel tenía el texto, lo dividía en recitativos, arias y coros. Entonces empezaba a componer sus melodías principales (la melodía y el bajo), y de esta forma obtenía el esqueleto de la partitura. Después añadía los recitativos y las arias, y organizaba todo el material. Este era el punto más complejo, ya que definía la estructura de toda la obra. Por último, escribía las voces que faltaban y el acompañamiento instrumental.

Una de las formas en que Händel aprendió composición fue a base de copiar músicas de otros compositores. Fruto de ese aprendizaje, a menudo Händel «tomaba prestados» fragmentos de otros compositores para sus obras, ya fuese porque pensaba que quedaban bien, ya fuese porque tenía poco tiempo para terminarlas. De hecho, era una práctica muy habitual entre los compositores de la época. El genio de Händel hacía que aquellas ideas «prestadas» sonasen mucho mejor después de pasar por sus manos. Un colega compositor de Händel, William Boyce, dijo: «Él coge las piedras de otros y las convierte en diamantes». Pero a veces no necesitaba tomar material de otros compositores, sino que aprovechaba obras suyas más antiguas y hacía una nueva versión; de esta forma podía tener mucha música «nueva» en un periodo breve de tiempo. En El Mesías convierte un dueto de cámara para dos voces («Non di voi non vo ‘fidarmi»), que había compuesto unos años antes, en dos coros a cuatro voces («For Unto Us a Child Is Born» y «All We Like Sheep»).

También es normal que en El Mesías encontremos varias versiones de un mismo número. Eso es debido a que Händel iba adaptando la partitura en función de las situaciones con las que se iba encontrando. Si un cantante se ponía enfermo, Händel reescribía su música para otro. Si tenía un cantante que era muy bueno, pues volvía a crear la música para aprovechar el talento de ese cantante. De algún modo, para Händel la partitura era como un esquema que iba modificando en función de los cantantes y de los músicos que tenía disponibles.



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