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La corrupción demuestra que las democracias son más exigentes
Jesús García Becerril Madrid, 23 ene (EFE).- La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, considera, en una entrevista con Efe, que la corrupción ha demostrado que las sociedades democráticas son cada vez más exigentes y que el empleo, la igualdad y la sostenibilidad son los principales retos de la región. Grynspan viaja hoy a Davos para participar en el foro anual de la ciudad suiza, donde hablará de Latinoamérica y coincidirá con varios mandatarios de la región, un elemento que ilustra que es un continente "presente" internacionalmente. Además, tomará parte en otra mesa sobre el llamado "cuarto sector", que es como denomina a las entidades privadas que compatibilizan maximizar beneficios con el cumplimiento de objetivos sociales y de sostenibilidad ambiental. Los aspectos sociales y ambientales están presentes en la agenda de Grynspan, cuyo mandato de cuatro años culmina a finales de marzo. "Estaré a lo que digan los países", responde cuando se le pregunta si pretende renovar para un segundo y último mandato, aunque a poco más de dos meses de que expire el actual no se ha presentado alternativa a la que fuera vicepresidenta de Costa Rica y secretaria general adjunta de la ONU. De estos cuatro años al frente de la Segib Grynspan se muestra satisfecha por considerar que se ha renovado el espacio iberoamericano, "manteniéndolo como uno de cooperación, solidaridad y diálogo. Hemos conectado la agenda con las necesidades de la gente". En 1991, Guadalajara (México) acogió la edición inicial de la Cumbre Iberoamericana y fue la primera vez que se encontraron todos los jefes de Estado o de Gobierno de la región. "Ahora hay multiplicidad (de foros). Ya no estamos solos, pero doy la bienvenida a esa realidad, porque es importante que la región haya construido otras instancia de diálogo", subraya Grynspan, para quien hay que acostumbrarse a que estamos en un mundo "de geografía variable. Los países se agrupan por intereses en distintos espacios". Veintisiete años después Grynspan admite que la Conferencia Iberoamericana podía haber desaparecido, "pero hoy en día se reconoce su apuesta por la cooperación y por mantener un diálogo político en una región con divisiones importantes". Las ausencias de varios presidentes en algunas de las últimas cumbres no son un elemento de preocupación para la Secretaria, que destaca que siempre han enviado en su lugar a la persona con más responsabilidad política a continuación. También ha evolucionado el tema de la financiación de la Segib, en la búsqueda de un mayor equilibrio presupuestario y ahora los países con fondos son España, México, la República Dominicana, Andorra, Chile, Argentina, Panamá y Colombia. El tema de la próxima cumbre, en Antigua (Guatemala) a finales de 2018, alude a la construcción de una región "próspera, inclusiva y sostenible" y conecta Iberoamérica a la agenda global que recogen los objetivos de desarrollo para 2030 fijados por las Naciones Unidas. "Eso nos da una apuesta de futuro, la visión de una región dinámica que apuesta por el multilateralismo", añade. Frente a quienes lamentan la actitud proteccionista y de aislamiento del Gobierno de Donald Trump Rebeca Grynspan ve "una oportunidad para fortalecer lazos" con las regiones que, como Europa, tienen valores comunes. "Una apuesta por la apertura, la multilateralidad, lo global. Ningún país de América Latina se ha salido del acuerdo sobre el cambio climático", subraya. Opina que la geopolítica mundial no se va a jugar solo en la economía, sino también en los valores: "No ha habido ninguna civilización que haya avanzado sin valores, sin una narrativa del mundo que del mundo que quiere construir y ahí Latinoamérica reitera los suyos". Los retos pasan por hacer sociedades más equitativas, sin discriminación a indígenas, mujeres y jóvenes y donde el empleo sea de más calidad, combinado con un mayor respeto por la sostenibilidad. "Las desigualdades sociales, unidas a la económica, crean nudos de pobreza extrema que queremos romper", resumen Grynspan, que percibe en la clase política un cierto retraso respecto a la sociedad, de lo que puede derivar una desafección. "Las cartas no están echadas, hay mucho que hacer, porque una sociedad más democrática es más exigente", lo que se percibe en fenómenos como el de la corrupción, que "ni nació ahora ni es monopolio de la región". Grynspan es una gran optimista y siempre recuerda las palabras del político israelí Simón Peres, ya fallecido: "los pesimistas y los optimistas, al final del camino, vamos a morir igual, pero vivimos diferente", un modo de afrontar el riesgo del escepticismo y de pensar que nada puede cambiar. yoselin |
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