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Linchamientos en ascenso por impunidad


2018-04-09

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 9 ABR - La frustración por el mal funcionamiento de la justicia pero también por la inseguridad creciente ha llevado a cada vez más personas, en diversas zonas de México pero especialmente en áreas rurales, a tomar la venganza en sus propias manos.
    
Apenas el sábado anterior, cuatro presuntos ladrones fueron linchados por una turba en el pequeño poblado de Yehualtepec, estado de Puebla, oriente de la capital, tras ser acusados de robarse un camión cargado de agua embotellada.
    
No es un caso aislado, por cuanto suman 29 los episodios de personas asesinadas al estilo "Fuenteovejuna", sólo en Puebla.
    
La noche anterior, fue localizado el transporte abandonado en un predio cerca de una clínica de la localidad, el cual fue trasladado fuera del cuartel de la policía, pero cuando los agentes se ausentaron para atender una emergencia, al menos 15 hombres armados irrumpieron y se apoderaron del vehículo.
    
Los vecinos que observaron la maniobra acudieron en masa y bloquearon el camión y tomaron como rehenes a cuatro personas y las entregaron a la policía, pero luego al menos 300 personas regresaron más tarde y sacaron a los ladrones de la cárcel local y le prendieron fuego.
    
La masa enfurecida golpeó brutalmente a los ladrones, le prendió fuego a tres de ellos y después se retiró. El caso no es aislado, pues con frecuencia la prensa se hace eco de historias semejantes que forman una especie de patrón.
    
"México vive una crisis de linchamientos", señaló al diario El Universal Raúl Rodríguez, del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco.
    
Según sus estimaciones, de 1988 hasta 2012, en México se cometieron 366 linchamientos (consumados y en tentativa), pero la cifra se deriva de publicaciones periodísticas, pues señala que no hay estadísticas oficiales.
    
Los cálculos del experto indican que estos 24 años se cometieron 15 linchamientos al año, poco más de uno por mes, pero la cifra en los siguientes cinco años fue de 376, es decir, aumentó exponencialmente y la situación amenaza con empeorar.
    
Sólo en los primeros cinco meses de 2017, hubo 142 asesinatos derivados de la "justicia por mano propia", sobre todo en siete estados, lo que significa que en 4 años y medio hubo más casos de este tipo que en los 24 años previos.
    
El fenómeno se concentra en siete estados: Estado de México, Puebla, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Morelos, además de la Ciudad de México, lo cual coincide con la franja más empobrecida del país.
    
Según Rodríguez Guillén, los linchamientos ocurren por la impunidad imperante, es decir, la gente asume que si los entregan a las autoridades quedarán libres y sin castigo.
    
"Los linchamientos se pueden analizar como expresión de la violencia social localizada. Grupos de colonos organizados ejercen violencia frente a situaciones o condiciones que ponen en riesgo los principios de convivencia pacífica", afirma el experto en el ensayo Violencia Social, publicado por revista El Cotidiano.
    
Los actos de revancha popular se expanden como plaga bíblica en el "México profundo" en la misma proporción en que el gobierno se muestra impotente para impartir justicia, según los especialistas.
    
Los expertos calculan que sólo 2% de todos los delitos son realmente castigados pero la mayoría de quienes infringen la ley se salen con la suya.
    
"Son signos importantes del hartazgo. Tenemos autoridades que no responden a las exigencias de los gobernados, lo que deriva en una justicia por mano propia", afirmó Francisco Rivas, de la ONG Observatorio Nacional Ciudadano".
    
Cuando no hay "acceso a la justicia", se "fractura la autoridad y las personas sienten que no tienen más recurso que el uso de la fuerza o venganza por propia mano", afirmó Edna Jaime, de la organización civil México Evalúa.


 



yoselin


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