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La retirada de Trump del Acuerdo Nuclear alimenta el recelo de Kim Jong-un


2018-05-11

JAVIER ESPINOSA | El Mundo


Como escribió en Twitter el profesor Robert Kelly, de la Universidad Pusan de Corea del Sur, "tan sólo un tonto confiaría ahora en que EU mantendrá su palabra en un acuerdo nuclear".

La opinión del experto en asuntos coreanos era el miércoles una idea que se multiplicaba entre los analistas dedicados a lidiar con la crisis de la Península, que en su mayoría advierten que el incumplimiento por parte de Washington de su pacto con Irán no bloqueará las negociaciones conCorea del Norte pero añadirá munición a la percepción que ya tiene Pyongyang sobre la escasa fiabilidad de cualquier tratado que firme con Donald Trump.

"La retirada de EU del acuerdo con Irán puede que no cambie nada de forma sustancial en su negociación con Corea del Norte, pero le otorga una herramienta muy útil para sugerir que EU es el único culpable de cualquier revés", aseguró el ex diplomático norteamericano y experto en Corea, Mintaro Oba, en la página NK News.

"El día de hoy nos deja un claro recordatorio en el mundo entero: los acuerdos son reversibles y pueden tener una fecha de expiración, mientras que las armas atómicas te pueden ofrecer un seguro de por vida", le secundó el politólogo Vipin Narang.

Bajo esta perspectiva, los expertos han incidido en la enorme significación de la visita que realizó Kim Jong-un este lunes y martes a China para entrevistarse de nuevo con el presidenteXi Jinping, anticipándose a la llegada a Pyongyang del secretario de Estado,Mike Pompeo, que han entendido como una estrategia común de ambos estados para reactivar su alianza tradicional frente a cualquier cambio errático de Washington.

"El objetivo aparente de esta diplomacia poco convencional de Kim Jong-un es incrementar su poder de negociación", escribió el diario surcoreano 'Hankyoreh'.

Visiones diferentes de la desnuclearización

"China sigue siendo una aliada de Corea del Norte y estará ahí para apoyar a Corea del Norte si Trump coloca el precio demasiado alto para conseguir un pacto", opinó Steve Tsang, director del Instituto de China del Colegio de Londres de Estudios Orientales y de Africa, a la agencia AP.

Tras años de tensión en los que Pekín se alineó con Washington y fue determinante a la hora de implementar las sanciones internacionales aplicadas contra Pyongyang, la aproximación de los dos estados puede representar una primera brecha en la táctica de "máxima presión" que defendía Trump respecto a Corea del Norte.

La emisora CGTN explicó que Kim Jong-un -que la semana pasada se reunió en su país con el ministro de exteriores chino, Wang Li- viajó a la ciudad de china de Dalian para "informar" a su homólogo sobre la reciente cumbre con el jefe de estado surcoreano, Moon Jae-in, intentando así "reforzar la comunicación estratégica" entre ambos estados.

Durante su conversación con Xi Jinping, el líder norcoreano volvió a repetir que el proceso de "desnuclearización" que podría aceptar se debe acometer por "fases" y de forma "sincronizada", marcando una clara oposición a la pretensión de Washington por acelerar al máximo todo el plan para desmantelar su programa nuclear y de misiles de largo alcance.

Precisamente, Pompeo insistió en que Washington no piensa "aflojar las sanciones" hasta que "consiga" sus "objetivos" y se mostró contrario hacia el proceso paso a paso que defiende Kim Jong-un.

En las últimas jornadas Washington y Pyongyang han endurecido la dialéctica después de que representantes de Trump exigieran que Corea del Norte acepte desembarazarse no sólo de sus armas atómicas y sus cohetes intercontinentales, sino también de todo su armamento biológico e interrumpa el lanzamiento de satélites.

Un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores difundió un comunicado en el que acusó a EU de "provocar deliberadamente" y dijo que es un "peligroso intento" que podría hacer regresar la situación "al punto de partida".

Deshacer el legado Obama a cualquier precio

Sin embargo, algunos analistas opinan que los repetidos intentos de Trump por destruir cualquier iniciativa adoptada durante la presidencia de Barack Obama podría inducirle precisamente a aceptar cualquier pacto con Pyongyang que pueda ser presentado como un logro de su administración, aunque su hipotética implementación sólo se pueda confirmar con el paso del tiempo.

"Trump quiere deshacer cualquier legado de Obama y lo conseguiría buscando las negociaciones nucleares con Corea del Norte", argumentó Kim Dong-yup, de la Universidad Kyungnam.

El estilo cada vez más errático de Washington está generando una inusual dinámica en la región donde hasta países aliados de EU como Japón -que criticó públicamente la decisión de Trump sobre Irán- y Corea del Sur han acometido ahora sus propias iniciativas diplomáticas para lidiar con la crisis de la Península y sus relaciones con el principal poder de la zona, China, alejándose de la tutela norteamericana.

La cumbre que celebraron ayer en Japón los presidente surcoreano, Moon Jae-in, el primer ministro nipón Shinzo Abe y su homólogo chino, Li Keqiang, fue un intento en este sentido y el primero de su tipo desde que los contactos trilaterales entre estas naciones quedaron bloqueados en 2015 por sus diferencias internas.

Moon y Li Keqiang se apartaron claramente de la "máxima presión" a la que sigue recurriendo Washington y pidieron públicamente que la "comunidad internacional, incluido EU, participe activamente para garantizar un futuro brillante a Corea del Norte y apoyo para su desarrollo económico en caso de que se abandone su programa nuclear por completo, en vez de exigir su desnuclearización incondicional", según el portavoz del primero.



Jamileth


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