La pobreza y los crímenes se asocian por ausencia del Estado
2018-05-20
Por Marcos Romero
Pobreza y crimen se dan la mano
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 20 MAY - Pobreza y crimen se dan la mano en México y se entrelazan pero los especialistas estiman que no responde a la relación entre la falta de recursos y la actividad delictiva, sino a la ausencia del Estado en las zonas más marginadas del país.
"La falta de institucionalidad para luchar contra la pobreza es la misma para luchar contra la delincuencia y el crimen. No es un tema de que los pobres se conviertan en criminales, sino de la ausencia del Estado", afirmó el activista Carlos Cruz.
Cruz, fundador de la organización Cauce Ciudadano, señaló la necesidad de construir programa que "sostengan el cambio y la transformación de las personas y la universalización de los programas que combatan pobreza y crimen".
"Eso no lo tiene México", donde "hay una renuncia en términos de combate a la pobreza y al crimen", afirmó.
Cifras oficiales muestran que en los 15 municipios con más pobreza también se registran los mayores índices de delincuencia y percepción de inseguridad.
El consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Conveval) señala que, en lugares peligrosos sobre todo de los conflictivos suburbios de la capital o del occidente y el norte, a mayor pobreza, más delincuencia florece.
Guadalara (occidente), Ciudad Juárez (norte), Puebla (vecino a la capital) son ejemplos de municipios que figuran entre los 50 con más asesinatos de todo el país.
También está Ecatepec, visitado por el papa Francisco en febrero de 2016, donde pronunció una misa multitudinaria, así como Iztapalapa, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl, en la zona metropolitana de la ciudad de México.
Clara Jusidman, de la ONG Incide Social, afirma que la "correspondencia entre los municipios más pobres y más violentos evidencia un deterioro del tejido social y de las capacidades de contención".
También refleja fallas y falta de resultados de las estrategias contra la pobreza y la violencia, que genera la "cancelación de actividades económicas en razón de la presencia del crimen organizado que ha empobrecido a la población".
Pone como ejemplo, el caso de Macuspana, Huimanguillo y Cárdenas, estado sureño de Tabasco, donde surgió una ola de criminalidad a causa de la crisis petrolera que arrojó a miles de personas al desempleo y la pobreza.
En la región se han desatado secuestros, asesinatos, robos con violencia y violaciones, según un estudio del Observatorio Ciudadano.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos considera que los problemas de seguridad y justicia deben atacarse "bajo un enfoque integral partiendo de una lógica preventiva más que reactiva".
En informe publicado en marzo del 2017, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estimó que la desigualdad es uno de los motores de la violencia.
El reporte, titulado "Situación de Derechos Humanos en México", elaborado tras una visita de una misión al país del 28 de septiembre al 2 de octubre de 2015, incluso identificó factores que generan problemas sociales, entre los que sobresale la pobreza.
Hay aproximadamente 55 millones de personas en situación de pobreza, de las cuales 11,4 millones viven en situación extrema.
Casi la mitad de los ciudadanos (46,2%) vive en situación de pobreza, mientras que el 1% más rico de la población controla más de una quinta parte de la riqueza del país, sostiene.
"La desigualdad afecta de manera diferenciada a los sectores más vulnerables de la población, como los pueblos indígenas- quienes tienen una tasa de pobreza cuatro veces mayor- y las personas migrantes. Esta situación contribuye ampliamente a los niveles de violencia en el país", indicó el organismo.
"En México, las zonas del país con los índices de violencia más elevados son también algunas de las zonas con los más altos índices de pobreza, desigualdad y marginación", de acuerdo con la CIDH. El favorito para las elecciones del 1 de julio, el izquierdista Andrés López Obrador, rechaza responder "las balas con las balas" y dar más educación y empleo a los jóvenes, pero sus adversarios dicen que es una estrategia simplista.
JMRS
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