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¿Quién es Brett Kavanaugh, el nuevo juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos?
MARTA TORRES | El Mundo Brett Kavanaugh (Bethesda, Maryland, 1965) siempre se ha mantenido cerca de su familia. Católico. Hijo único. Casado con Ashley Estes, ex secretaria personal del presidente George W. Bush; un vínculo con el 'establishment' conservador que pareció estar en su contra en un principio, debido al desdén con el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, trata a esta familia. Tiene dos hijas y siempre ha estado muy influenciado por sus padres, sobre todo por su madre, a la que le debe, según asegura, prácticamente todo. Ella le ayudó siempre con los estudios, en especial con la asignatura de Historia. Fue por ella por quien primero se convirtió en abogado y después en juez. Estudió en el colegio jesuita de Georgetown antes de ir a la Universidad de Yale, donde cursó primero Arte y después Derecho. Su padre estuvo al frente durante años de una asociación comercial de cosméticos y su madre fue juez en Maryland. A Kavanaugh le gusta correr maratones, siempre saca tiempo para entrenar a los equipos de baloncesto en los que juegan sus hijas. Siempre que puede ayuda como voluntario en las acciones de caridad de Washington y suele participar en las lecturas de misa de su iglesia. Kavanugh se ha pasado prácticamente toda su carrera en importantes puestos de política y judicatura, que le han colocado siempre en el epicentro del movimiento conservador de Washington. Cuando dejó de ser asistente del juez del Tribunal Supremo, Anthony Kennedy, al que sustituirá de ser confirmado por el Senado, se unió al abogado Kenneth Starr en la investigación que llevó al 'impeachment' (moción de censura) del ex presidente demócrata Bill Clinton por el caso Monica Lewinsky. Preparó toda la base legal para cargar contra el entonces líder de Estados Unidos, con el argumento de que había mentido al público y a su equipo sobre lo ocurrido en el despacho oval con la que era la becaria. Después ayudó al entonces gobernador de Texas, George W. Bush, en el polémico recuento de votos en Florida en las elecciones de 2000, que le enfrentaban al entonces vicepresidente de Bill Clinton, Al Gore. Cuando Bush ganó los comicios, Kavanugh se convirtió en abogado de la Casa Blanca. Durante esta época se ganó el favor de Karl Rove, arquitecto de la estrategia de la administración Bush. En 2006, consiguió hacerse juez de la Corte de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia, después de tres años de bloqueos de los demócratas por considerarlo uno de los culpables del fracaso de Gore en las presidenciales. Este año, los demócratas serán más vengativos. Todavía tienen muy presente el veto de los conservadores a la nominado del ex presidente demócrata, Barack Obama, el juez Merrick B. Garland, tras la muerte del magistrado del Alto Tribunal, Antonin Scalia. Entonces, los republicanos se negaron a someter a votación el nombramiento, ya que esgrimieron que le correspondía al sucesor de Obama. Y así Neil M. Gorsuch se convirtió en juez del Tribunal Supremo al ser elegido por el presidente republicano, Donald Trump. El líder conservador espera que los senadores demócratas de estados republicanos, Heidi Heitkamp, de Carolina del Norte; Joe Donnelly, de Indiana, y Joe Manchin, de Virginia Occidental, le respalden en su confirmación ante la Cámara Alta. Sin embargo, ya empiezan las conspiraciones en el Capitolio. Los demócratas temen que Kavanaugh pueda contribuir a la derogación de la ley del aborto, sobre la cual no se ha expresado de forma clara como juez, y terminar de finiquitar el Obamacare (como se conoce popularmente a la ley sanitaria del anterior presidente del país). Los republicanos tampoco las tienen todas consigo. Temen que Kavanaugh les salga como Sandra Day OConnor o David Souter, jueces del Supremo nombrados por los presidentes republicanos, Ronald Reagan y George H. W. Bush, que con frecuencia decidieron con sus compañeros liberales. regina |
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