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Tras un año de violencia, Brasil rompe sus récords de homicidios


2018-08-15

Shasta Darlington, The New York Times

SÃO PAULO — Brasil ha superado su propio récord macabro de homicidios: 63.880 personas fueron asesinadas en todo el país en 2017, un tres por ciento más que el año anterior, según un nuevo estudio. Son 175 muertes diarias.

Los datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública, una organización de investigación, muestran que el índice de homicidios en el país fue de 30,8 por cada 100,000 habitantes, mayor que los 29,9 que se registraron en 2016.

A efectos comparativos, Estados Unidos tuvo cinco homicidios por cada 100,000 habitantes en 2015 —el último año del que se tienen datos disponibles—, menos de los ocho por cada 100,000 habitantes en 1996. Incluso en México, que también padece un alto índice de homicidios, hubo menos asesinatos per cápita, con 25 por cada 100,000 habitantes el año pasado.

¿Qué es lo que causa el aumento en los crímenes?

La delincuencia organizada es uno de los factores que motivan el incremento. La tasa de asesinatos ha aumentado considerablemente debido a que carteles de narcotraficantes rivales luchan por sus territorios en Brasil, un país que comparte fronteras con tres de los principales productores de cocaína en el mundo: Colombia, Perú y Bolivia.

Brasil es un importante consumidor tanto de cocaína como de crack, además de ser un punto de tránsito clave para la cocaína que se dirige a Europa y Asia. No sorprende que dos de los estados con los índices más altos de homicidios, Acre y Ceará, se encuentren en una de las principales rutas de contrabando.

Al mismo tiempo, los presupuestos para seguridad pública se han recortado en medio de la recesión más grave que ha vivido el país, lo cual ha ocasionado que las autoridades policiales estén mal pagadas y poco capacitadas para lidiar con la violencia en ascenso. Al tener que luchar con recursos limitados, la policía ha respondido aumentando su brutalidad.

¿Quiénes son las víctimas?

La mayoría de las víctimas son jóvenes de raza negra y de origen pobre, que por lo general viven en favelas donde la guerra de las pandillas ha escalado más, señaló Renato Sérgio de Lima, director del Foro Brasileño de Seguridad Pública. La mayoría de los homicidios fueron cometidos en centros urbanos, en especial en el norte y noroeste del país.

Rio Grande do Norte, en el noroeste de Brasil, es la región con la tasa de homicidios más elevada: 63,9 por cada 100,000 habitantes. En enero de 2017, una sangrienta revuelta en una prisión —que se desencadenó debido al enfrentamiento de dos pandillas rivales dedicadas al narcotráfico— ocasionó 26 muertes, lo cual puso a esta región en el primer lugar de la lista.

Muchas de las víctimas —5144— murieron a manos de oficiales de policía. Se trata de un promedio de catorce personas asesinadas por la policía diariamente, y esa cantidad aumentó a veinte en el transcurso del año pasado.

¿Qué significa esto para los brasileños?

Una tasa de asesinatos tan elevada hace que los brasileños tomen precauciones, como salir menos por las noches. En Río de Janeiro, una oleada de nuevos bares, restaurantes y hoteles abrieron en la víspera de los Juegos Olímpicos de 2016, pero la violencia ha motivado que el gobierno federal tenga que desplegar soldados en las calles para mantener la paz, lo que ha ahuyentado a turistas y a lugareños por igual.

Ahora es común ver tanques y soldados en la playa de Ipanema. En el barrio bohemio de Lapa, los bares y los restaurantes se vacían temprano. Semente, uno de los populares bares tradicionales de samba en Río, se vio obligado a cerrar sus puertas tras veinte años de funcionamiento a causa de la escasez de clientes.

Algunos brasileños han abandonado el país o piensan hacerlo. Una encuesta reciente mostró que un 62 por ciento de los jóvenes brasileños emigrarían si pudieran, en busca de mejores empleos pero también para huir de la creciente violencia.

La seguridad pública también se ha vuelto uno de los temas más debatidos en los meses previos a las elecciones presidenciales de octubre.

¿Cuáles son las repercusiones de esta situación en un año electoral?

El miedo a la delincuencia ya ha impactado las elecciones al modelar el campo de acción de los candidatos. Jair Bolsonaro, un candidato de extrema derecha y capitán retirado del Ejército, es uno de los principales contendientes a la presidencia. Subió en las encuestas cuando prometió tener mano dura contra la delincuencia.

Bolsonaro dice que facilitará el porte de armas y empoderará a las fuerzas de seguridad para que usen tácticas más duras en contra de los delincuentes, con el argumento de que la policía debería poder usar la fuerza letal.

Otros candidatos han adoptado un discurso más sutil, pero no hay duda de que el debate en materia de seguridad pública será un factor clave que decidirá el resultado de la dividida contienda electoral en el país.



Jamileth


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