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Inseguridad, asignatura pendiente de Peña Nieto


2018-09-03


(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 3 SEP - El presidente de México, Enrique Peña Nieto, reconoció hoy que la inseguridad fue una de las grandes asignaturas pendientes de su gestión y dijo que "se requerirá de un esfuerzo sostenido por largo tiempo" para asegurar la paz. El mandatario pronunció un mensaje de una hora y 45 minutos con motivo de su sexto y último informe de labores ante el Congreso, que envió el pasado sábado por escrito en la apertura de las sesiones ordinarias de la nueva legislatura, a tres meses de que deje el poder a su sucesor el izquierdista Andrés López Obrador.
    
En el Patio de Honor de Palacio Nacional, ante legisladores, magistrados de la Suprema Corte, miembros de su gabinete y diplomáticos, entre otros, se declaró "consciente de que no alcanzamos el objetivo de recuperar la paz y la seguridad para los mexicanos en todos los rincones del país".
    
"Para hacer realidad este anhelo se requerirá de un esfuerzo sostenido por largo tiempo", indicó el mandatario, quien señaló que durante su gestión buscó enfrentar a los grupos criminales que controlaban amplias zonas del territorio nacional.
    
El año pasado, el país sufrió la peor ola de inseguridad en casi 12 años desde que se declaró la "guerra contra el crimen" con apoyo del Ejército y la Marina, que arrojó hasta ahora unos 215,000 muertos y unos 33,000 desaparecidos, al registrarse la mayor cifra de homicidios intencionales en dos décadas.
    
Peña admitió que al combatir el crimen "surgieron bandas criminales de menor tamaño que representaron un reto para las instituciones de seguridad estatales".
    
"La violencia se ha combatido con sistemas de inteligencia y con el uso legítimo de la fuerza del Estado. Enfrentamos a todos los grupos criminales, especialmente aquellos que ejercían control territorial en amplias zonas de la geografía nacional", afirmó.
    
Peña Nieto dijo que promovió la ley para poner todos los organismos de seguridad bajo un solo mando, pero no prosperó en el Congreso.


    
Sin embargo, reconoció a las fuerzas armadas, la Policía Federal, la Procuraduría General y otros organismos de inteligencia y seguridad del Estado por su lucha contra el crimen organizado. En materia de política social, se adjudicó como uno de los mayores logros de su gestión haber sacado de la pobreza extrema a más de dos millones de mexicanos y vaticinó que, de seguir con la misma tendencia, antes de 2030, México podrá erradicar ese fenómeno. "Al atender todas estas carencias, se incrementan las posibilidades de que las personas en situación de pobreza puedan obtener ingresos estables. Este debe ser el fin último de los programas sociales, que toda mexicana y mexicano pueda incorporarse plenamente a la vida productiva", afirmó.
    
En referencia al crecimiento económico, afirmó que, por primera vez en cuatro sexenios, el crecimiento económico del país registró cifras positivas en cada uno de los 22 trimestres de la administración que se inició en 2012.
    
"La combinación de estabilidad, reformas estructurales e impulso regional ha generado un ambiente propicio para el desarrollo económico", señaló.
    
Se refrió a las reformas estructurales que promovió con apoyo de las principales fuerzas de la oposición agrupadas en el llamado "Pacto por México", en materia de energía, educación, telecomunicaciones y en materia fiscal.
    
Estos cambios "removieron barreras que eran un obstáculo para la competitividad, la inversión y el desarrollo económico", y "su verdadero alcance será mías evidente en los próximos años, ya empiezan a producir resultados tangibles", indicó.
    
Peña se jactó de que durante su administración se privilegió la estabilidad económica, al considerar que sin ella no hay desarrollo posible, advirtiendo que un mal manejo de las finanzas públicas "puede derrumbar en días lo construido durante décadas".
    
El jefe de Estado saliente no pudo dejar de lado un tema incómodo, que fue el aumento de los precios de los carburantes en enero del 2017, al señalar que se vio obligado a tomar decisiones "difíciles e impopulares, pero necesarias".
    
Este incremento marcó el declive drástico de su popularidad, hasta niveles del 20% de la actualidad, uno de los más bajos de cualquier presidente al finalizar su período en México. 



regina


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