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El drama de América latina

2018-09-26

(ANSA) - SANTIAGO DE CHILE, 26 SET - El economista senior de la Organización de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad), Alex Izurieta, señaló a ANSA que al organismo le preocupa que América latina lleve décadas pensando en el desarrollo y siga anclada en la exportación de bienes primarios.

"Desde antes del proceso de independencia de las colonias de Africa (1960), del desarrollo de Asia (1970), desde fines de la Segunda Guerra Mundial, es un continente en desarrollo", afirmó.

"Lo que se nota es que se ha venido especializando en bienes primarios, sobre todo en los últimos 20 años. De hecho, la especialización en bienes primarios no procesados en América Latina ha llegado a ser el 40% de las exportaciones al año 2015, cuando en 1998 teníamos un 35%", ejemplificó.

Agregó que como bien se sabe, la especialización en bienes primarios no genera todos los enlaces y las cadenas de avances tecnológicos, como tampoco cadenas de empleo, mayor demanda interna.

El informe de Unctad aborda los casos de México y Brasil, y el crecimiento que han tenido las ganancias de capital versus las de ingresos laborales. Además, las ganancias de los salarios en las empresas transnacionales van a la sede de los países, porque no se retienen las ganancias.

A Unctad también le preocupa que en la región se siga dependiendo de los precios de los bienes primarios y de las tasas de cambio.

"Que se reprima la participación de los Estados en la economías latinoamericanas y se restrinja la capacidad de los bancos centrales de crear crédito con moneda local, lo que conlleva "a depender de Inversión Extranjera Directa para poder establecer estrategias desarrollo". En cuanto a la solución, valoró la coordinación regional o sur-sur "porque si un país individualmente intenta poner freno a estas tendencias, entonces va a ser castigado por los grandes inversores internacionales".

Propuso influir en lo que esta pasando en los países desarrollados, seguir con el análisis económico alternativo porque este tipo de tendencias tampoco beneficia a los ciudadanos de los países desarrollados, sino solo a las grandes transnacionales.(ANSA).