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¿Cómo hacerle relaciones públicas a un fugitivo sin violar la ley?


2018-11-19

Por MATTHEW GOLDSTEIN y KENNETH P. VOGEL, The New York Times 

Un extravagante gestor financiero de Malasia que solía encantar a la gente con sus fiestas en Hollywood y sus generosos regalos a modelos ahora tiene una nueva campaña para intentar quedar bien.

El financiero Jho Low enfrenta cargos que han provocado un escándalo multimillonario, ha trastornado la política en Asia y ha cimbrado a un gran banco de Wall Street. En respuesta, el equipo legal que lo respalda ha gastado más de 1,1 millones de dólares en siete meses para ayudar a mejorar su reputación, monto revelado en las declaraciones fiscales que presentaron los abogados de Low ante el gobierno estadounidense. Los servicios de relaciones públicas incluyen poder pedir medidas de mejora de imagen durante las veinticuatro horas del día, iniciativas para modificar los resultados de búsquedas por internet sobre el malasio y un sitio web que contiene informes internacionales y declaraciones legales con el propósito de respaldar su versión de los hechos.

Estas acciones revelan algunos aspectos de una industria en crecimiento, de comunicaciones públicas durante litigios, que proporciona servicios a gente adinerada y empresas involucradas en casos legales de carácter internacional.

De hecho, es poco común que se hable de estas empresas por medio de declaraciones financieras ante gobiernos. El que haya sucedido en este caso parece ser porque los gestores en caso de crisis se parecen haber vuelto más cautelosos; por ejemplo, sus datos en las declaraciones fueron para cumplir con la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA) pese a que no necesariamente debían hacerlo. Esto sería en respuesta a que las autoridades estadounidenses vigilan con mayor desconfianza las campañas de influencia y de cabildeo a favor de personas extranjeras, sobre todo como resultado de la investigación acerca de la presunta intervención de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.

Low está acusado de ayudar al desvío de más de 2700 millones de dólares de un fondo de inversión estatal malasio, el 1MDB (1Malaysia Development Berhad). Desde hace dos años, las autoridades en Estados Unidos han calificado a Low en escritos como la mente maestra detrás del esquema para desfalcar al fondo, cuyo objetivo era otorgar financiamiento a empresas emergentes y otros proyectos en beneficio de los 32 millones de habitantes de Malasia.

En vez de destinar los fondos a ese propósito, según las autoridades, el dinero malversado financió una vida de lujos para algunas personas cercanas a quien era el primer ministro de Malasia en ese entonces, Najib Razak. Los investigadores dicen que con el dinero se compraron apartamentos de lujo en Manhattan, un collar con un diamante rosa para la esposa de Nazak e incluso se dio financiamiento para la producción de El lobo de Wall Street.

El caso en Estados Unidos en contra de Low, de 36 años, fue anunciado el 1 de noviembre en Brooklyn; está acusado de conspirar para realizar actividades de lavado de dinero y de pagar sobornos a funcionarios extranjeros.

Se desconoce el paradero de Low, pero él insiste en su inocencia por medio del sitio web creado a su nombre por los despachos de comunicación. El sitio lo describe como un “filántropo, inversionista y empresario global” que “cree que será reivindicado cuando se presenten todas las pruebas pertinentes ante un tribunal justo y legítimo”.

Crear sitios web para afirmar que alguien es inocente y contratar a despachos de relaciones públicas es parte de una estrategia que se ha vuelto cada vez más común entre los delincuentes involucrados en juicios en Estados Unidos durante los últimos años. Lo que hasta ahora había sido inusual era que el equipo legal divulgara información acerca de los pagos efectuados como parte del caso.

En la declaración a nombre de Low su equipo legal indica que entregó más de 818,000 dólares a cuatro empresas que realizaron trabajo de relaciones públicas. La mayoría de ese monto, unos 544,000 dólares, se pagó a la empresa de relaciones públicas PRCG Haggerty.

James Haggerty, propietario de esa empresa, dijo en su declaración para cumplir con FARA que su trabajo con Low fue para “garantizar que no se prejuzgue en público al cliente de tal forma que afecte sus derechos legales en varias jurisdicciones del mundo”. Tales servicios incluyeron la contratación de “socios australianos” para que se encargaran de establecer los contactos necesarios con organizaciones de noticias de Asia y Australia que cubrían el escándalo internacional.

El despacho de Low, Kobre & Kim, contrató a otras dos empresas de relaciones públicas, PHA Group en Londres y Marathon Strategies en Nueva York.

Otro despacho de búsqueda digital y analítica llamado Five Blocks, con oficinas en Nueva York, ha recibido hasta ahora 210,000 dólares por concepto de “administración de reputación digital” para Low, según una de las declaraciones. En su sitio, Five Blocks afirma que ofrece servicios a “individuos de alto perfil que desean mejorar, promover y defender su reputación”.

Ninguno de los despachos reveló cuánto había ganado por los servicios legales tradicionales prestados a Low desde que se inició la investigación, hace unos tres años. La ley en Estados Unidos no exige que se dé información acerca de pagos por concepto de honorarios. No obstante, las declaraciones que presentó el equipo de Low conforme a FARA ponen de manifiesto las múltiples caretas que lucen los grandes despachos legales cuando representan a clientes destacados.

Además de los cargos contra Low por el caso hay acusaciones contra dos banqueros de Goldman Sachs: Roger Ng, a quien las autoridades federales están intentando extraditar de Malasia, y Tim Leissner, quien era supervisor de Ng y desarrolló una relación cercana con Low en la última década.

Cuando se declaró culpable, Leissner le dijo a un juez federal que su decisión de ocultarle sus tratos con Low y el esquema de sobornos al departamento Jurídico y de Cumplimiento de Goldman “estaba totalmente en línea” con la cultura de la empresa.

Goldman ayudó a 1MDB a vender más de 6000 millones de dólares en bonos, que generaron más de 600 millones de dólares en comisiones para el banco en una época en la que todavía se estaba recuperando de la crisis financiera de 2008. El banco ha declarado que está cooperando con la investigación y reconoció que quizá deba pagar “multas significativas” como parte de cualquier convenio relacionado con el fondo. El nuevo ministro de Finanzas de Malasia ya dijo que el país exigirá el rembolso de todos los pagos efectuados al banco.

Las declaraciones conforme a FARA señalan que Low vive en Malasia. Sin embargo, nadie lo ha visto en ese país desde hace varios meses y se cree que se encuentra en China, según tres personas que están familiarizadas con la investigación pero que no cuentan con autorización para hablar en público. Las autoridades de Malasia también tienen cargos en contra de Low por lavado de dinero.

En el sitio web hecho a nombre de Low, la entrada más reciente es del 1 de noviembre. Dice: “Lo único que Low pide es que el público se mantenga abierto con respecto a este caso hasta que se dé a conocer toda la evidencia, que confía lo reivindicará”.



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