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Las razones y el futuro del caos migrante en la frontera entre México y Estados Unidos


2018-11-28

Por CAITLIN DICKERSON , RON NIXON , HELENE COOPER y ELISABETH MALKIN, The New York Times

El gas lacrimógeno y el cierre temporal de la garita de San Ysidro en el sur de California marcaron una confrontación temprana entre una caravana de migrantes desesperados por ingresar a Estados Unidos y los gobiernos estadounidense y mexicano que trataban de detenerlos.

Además, a medida que más miembros de las caravanas de migrantes llegan al sur de la frontera en Tijuana, ninguna de las partes del conflicto parece dispuesta a retroceder.

En parte, el conflicto de San Ysidro surge de la confusión sobre qué situación legal, si existe alguna, dará a los migrantes un gobierno que rápidamente se dispone a limitar sus opciones.

La caravana procedente de Centroamérica se apresuró a llegar a la frontera después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, prometiera hacer que los solicitantes de asilo esperasen en México mientras se estudiaban sus casos, con el fin de evitar lo que llamó una “situación peligrosa y costosa”.

Sin embargo, la solicitud de asilo a menudo es un proceso que tarda años. Además, la corte federal ha bloqueado el plan del gobierno de exigirle a la gente en busca de asilo que entre por primera vez a Estados Unidos por los “puertos de entrada”.

El resultado es un estado de caos sin un fin bien definido a corto plazo.

¿Por qué ocurre este cuello de botella?
Los primeros miembros de la caravana llegaron a la frontera suroeste este mes y se toparon con alrededor de tres mil personas que ya estaban esperando su proceso en Estados Unidos, producto de una iniciativa del gobierno de Donald Trump conocida como “dosificación”. Esta política limita la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en un solo día.

Como resultado, los recién llegados están descubriendo que tendrán que esperar meses antes de que puedan incluso iniciar el demorado proceso de asilo. Esto ha provocado un aumento de las tensiones entre la gran cantidad de personas que buscan refugio.

Además, de acuerdo con los funcionarios del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, la garita en San Ysidro se cerró al menos dos veces la semana pasada después de que algunos miembros de la caravana intentaran acercarse al cruce de todas formas.

¿Cuántas caravanas vienen?

Según Alex Mensing, coordinador de proyectos de Pueblo Sin Fronteras, un grupo transnacional que organizó la caravana de migrantes que captó la atención de Trump a principios de este año, cuatro caravanas, con hasta diez mil miembros en total, se han puesto en marcha hacia Estados Unidos.

No obstante, los grupos se han fragmentado ante el extenuante viaje, la oposición gubernamental y la oportunidad de buscar asilo en lugares que no sean Estados Unidos.

Mensing señaló que la mayor parte de los miembros de la caravana provenía de Honduras, y otros de El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica. También comentó que hace apenas unos días se estaban empezando a formar nuevas caravanas en El Salvador.

¿Qué autoridad tienen los agentes fronterizos de Estados Unidos para obstruir mediante el uso de la fuerza el paso de los migrantes?

Un manual de Aduanas y Protección Fronteriza aclara que los funcionarios tienen la autoridad para “emplear la fuerza, incluso la aplicación de la fuerza letal”. En San Ysidro, los funcionarios fronterizos han utilizado gas lacrimógeno como una “fuerza menos letal” para controlar a la multitud. El manual permite el uso de dispositivos menos letales —incluyendo el gas pimienta— “en las situaciones en que las técnicas que solo emplean las manos no sean suficientes para controlar el desorden ni a las personas violentas”.

¿Hay militares allí? ¿Dispararán contra alguien?

El Pentágono ha enviado a California a 1300 soldados de los cerca de 5900 apostados para apoyar las operaciones de la Patrulla Fronteriza. Sin embargo, al ejército se le prohíbe legalmente participar en actividades relacionadas con la aplicación de la ley dentro de Estados Unidos y el secretario de Defensa, Jim Mattis, señaló la semana pasada que la mayoría de los soldados en la frontera no portaría armas.

Algunos de los soldados estadounidenses están recibiendo capacitación para manejar disturbios y poder defender a los funcionarios fronterizos contra las piedras arrojadas por los migrantes. Mattis también afirmó que los soldados podrían detener a los migrantes que arrojen piedras, pero no estarán armados.

¿Qué sucede cuando alguien solicita asilo?

Las entrevistas entre los agentes fronterizos y las personas que cruzan, sin importar de dónde sean, siempre contienen alguna versión de la misma pregunta: “¿Le da miedo regresar a su país?”.

Cuando la respuesta es afirmativa, se les envía a una “entrevista de temor creíble”, en la cual un funcionario encargado del asilo les pide detalles y pruebas para evaluar si es probable que un juez de inmigración apruebe la solicitud.

Si el solicitante aprueba la entrevista, le dan cita para la corte. Posteriormente, se le deja detenido o se le libera bajo fianza o bajo palabra, algunas veces con un brazalete con GPS en el tobillo para conocer su paradero. Si no pasa la prueba, es deportado.

¿Hay más gente que solicita asilo ahora que en los años anteriores?

Sí. Los datos del Departamento de Seguridad Nacional muestran un drástico aumento en la cantidad de personas que buscan asilo en Estados Unidos, en especial de Guatemala, El Salvador y Honduras.

En 2008, casi cinco mil solicitantes afirmaron sentir un temor creíble por su vida que les impedía regresar a su país. El año pasado, este número se había disparado a casi ochenta mil.

El gobierno de Donald Trump sostiene que ese aumento representa a las personas que “juegan” con el sistema al dar falso testimonio sobre su necesidad de asilo. Los funcionarios de inmigración informaron sobre un repunte de la gente que huye de la violencia en Centroamérica.

¿Es verdad que han desaparecido en Estados Unidos montones de solicitantes de asilo después de pedirlo?

En el año fiscal de 2017, cerca del 28 por ciento de los inmigrantes no asistieron a sus audiencias en la corte, no el 97 por ciento que Trump ha dicho anteriormente.

Entre los solicitantes de asilo, solo el 11 por ciento no se presentó a los procedimientos legales. De los solicitantes que participaron en un programa piloto que se probó como alternativa a la detención, el 99 por ciento asistió a las citas y a los registros de la Oficina de Inmigración y Aduanas, y el cien por ciento acudió a las audiencias en la corte.

¿De qué forma el gobierno de Trump quiere restringir la cantidad de solicitantes de asilo?
El gobierno ha planteado una serie de propuestas y cambios en las políticas para detener la afluencia de solicitantes de asilo. Ha puesto límites a la cantidad de gente que puede solicitarlo por día y ha ampliado la carga probatoria requerida para pasar una entrevista de temor creíble. En junio, Jeff Sessions, quien entonces era el fiscal general, les negó esa posibilidad a las víctimas de pandillas y violencia doméstica.

Hay otros dos planes —para impedir que la gente solicite asilo entre los puertos de entrada y hacerla esperar en México mientras se presentan los casos— que también podrían limitar los casos, pero su futuro sigue siendo incierto.

¿Cómo ha respondido el gobierno mexicano a las caravanas?

México ha abordado el asunto de las caravanas de manera mixta. Ha permitido que varias personas crucen su frontera sur —incluyendo a la más grande— debido a que se vio abrumado por la cantidad de personas. También ha regresado a sus países a cerca de once mil migrantes, aunque algunos regresos fueron voluntarios.

El gobierno mexicano ha invitado a algunos migrantes de la caravana a solicitar asilo y también les ha prometido visas de trabajo. Incluso instaló una feria del empleo en Tijuana, donde hay escasez de mano de obra. Sin embargo, le faltan los recursos para cumplir todas sus promesas. El gobierno de la ciudad de Tijuana les ha pedido al gobierno federal y a organizaciones internacionales que lo auxilien en la atención a los migrantes.

¿Entonces el gobierno mexicano dejará que los migrantes permanezcan en México hasta que no les den asilo, como lo desea Trump?

Los dirigentes del gobierno entrante de México, que tomarán posesión el sábado, han confirmado que están en tratativas con el gobierno de Trump, pero señalan que aún tienen que llegar a un acuerdo. Es poco probable que México albergue a los migrantes en busca de asilo sin algún tipo de garantía por parte de Estados Unidos, pues no desea que haya campamentos de refugiados en su frontera norte.



regina


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