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El brexit podría terminar en catástrofe


2019-03-15

Por Estela Bocardo | Revista Siempre

Entrevista a Dámaso Morales | Coordinador del Centro de Estudios Europeos, UNAM

El Parlamento británico aprobó retrasar la fecha del brexit previsto para el próximo 29 de marzo hasta el próximo 30 de junio. Y es que la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) tropieza continuamente por la situación de la frontera irlandesa; que permanezca abierta ha resultado ser el punto más difícil y conflictivo en la negociación y, para que sea aceptado por el Parlamento, el gobierno quiere que Bruselas lo modifique.

El brexit incluye una cláusula llamada “salvaguarda” que prevé que Irlanda del Norte se rija por las reglas del mercado único europeo, con lo que se evitarían los controles aduaneros, y quede dentro de la unión aduanera para no aplicar aranceles y evitar imponer controles administrativos entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña, el resto del Reino Unido también permanecería en una unión aduanera con la UE. Si el Reino Unido sale del mercado único y de la unión aduanera habrá que instaurar controles fronterizos.

El profesor Dámaso Morales, coordinador del Centro de Estudios Europeos de la UNAM, arroja algo de luz sobre esta complicada situación en la que se teme que instaurar controles fronterizos podría fragilizar el Acuerdo de Paz del Viernes Santo de 1998.

¿Cuáles son las salidas que tiene el brexit?

Ahora, después de que Theresa May presentó una nueva versión del brexit en la que había anunciado de manera muy triunfal, junto con Donald Tusk (presidente del Consejo Europeo), que se habían insertado las demandas de los parlamentarios británicos y aun poniendo esta nueva versión sobre el escritorio, fue rechazado de nuevo; entonces, cuáles son los puntos importantes de este tema: el primero sería el hecho de que May tratara de buscar un compromiso nuevo con la Unión Europea, que ha sido muy clara en que no va a modificar el sentido de lo ya pactado con Gran Bretaña, posibilidad que le daba a Theresa May una suerte de respiro y posible salida para obtener un voto positivo a tales demandas como adendum a lo que era el convenio ya pactado  entre Gran Bretaña  y la UE.

Sin embargo, de acuerdo también con el abogado general de Gran Bretaña, Geoffrey Cox, al hacer un análisis de estas modificaciones se dio cuenta de que los riesgos legales permanecían inalterados y que las circunstancias seguían siendo básicamente las mismas, por tanto el Reino Unido no tenía ninguna posibilidad de abandonar ese protocolo de la frontera con Irlanda a no ser que fuera mediante un acuerdo con la UE. Ello significa que el punto fino del asunto es esta cláusula de salvaguarda de Irlanda del Norte con Irlanda del Sur en la cual, más allá de la salida del Reino Unido, que se permita todavía el cruce de mercancías, servicios y bienes bajo la lógica del mercado común europeo, que no se eliminara, pero esto en automático significa para el Reino Unido, puesto que Irlanda el Norte es parte de su territorio, estar vinculado al mercado de la UE, pero sin pertenecer ya a ella.

Esta es una circunstancia jurídica y comercial complicada y, por supuesto, también una circunstancia política difícil, en la que evidentemente Gran Bretaña no quiere atarse ni quiere quedar como gancho con este vínculo. Es el punto de mayor desencuentro.

¿Cual es la posición del Parlamento Europeo ya que al parecer no le dan una prórroga?

Las apuestas están en que el Parlamento vote por no salirse de la UE sin un acuerdo. Así, el Partido Laborista de Jeremy Corbyn todavía estaría buscando llevar a cabo un nuevo referéndum, pero también los conservadores y otros grupos lo que buscarían, en todo caso, sería negociar con la UE una ampliación del plazo para que el 29 de marzo no venza y le dé un respiro al Reino Unido para tratar de salir con un nuevo acuerdo que sí sea aprobado por el Parlamento.

Las altas autoridades de la UE ya han establecido que esta última negociación con May sería en verdad la última, si accede a darles una ampliación de plazo tendría que ser bajo un plan muy claro que presentara la premier de para qué quiere ese plazo, porque si va a presentar lo mismo que ha estado presentando ante el Parlamento, lo que ya ha sido rechazado una y otra vez, no habría ninguna lógica para ampliar los plazos.

¿Están contados los días de Theresa May?

Pudiera ser que después de estos descalabros se eligiera un nuevo primer ministro con el cual la UE tendría que intentar sentarse a negociar y ver qué planes hay.

Lo que queda claro es que la premier está muy desgastada como política, su credibilidad en el interior de la política británica esta muy minada pero también hacia el exterior del Reino Unido y en los círculos de la UE. Se escuchan frases como: “ya estamos cansados”, “estamos hartos de Theresa May, parece ser que no puede poner orden en su casa, no ha obtenido el acuerdo ni la aprobación del Parlamento?”, todo esto nos hace ver un escenario nebuloso, oscuro en el que no se sabe a ciencia cierta que pueda pasar.

    De lo que se habla es de dimensiones mayores en términos del impacto negativo para la economía y la sociedad británica.

La propia Theresa May, previo a la presentación del último acuerdo, lo dijo más o menos en estas palabras: “si este acuerdo no se aprueba sinceramente no sé lo que pueda pasar”, y lo más preocupante del asunto es que la clase política británica al expresarse sobre el tema declara palabras similares de que nadie sabe qué va a pasar. Lo que si sabemos es que la solicitud del plazo va a tener que ser bajo reglas muy claras, en la que el Reino Unido se comprometiera a establecer exactamente para qué está pidiendo ese plazo, porque si lo pide para “más de lo mismo” incluso se pude correr el riesgo de que no se lo aprueben y la fecha fatídica seguiría siendo este 29 de marzo.

En el brexit sin acuerdo, el Reino Unido dejaría la UE y comercializaría con el mundo en términos de la Organización Mundial del Comercio, ¿esto provocaría una escases de medicinas o alimentos?

Por supuesto que sí, porque una negociación no es automática, puede llevar hasta un año o meses al menos y, obviamente, el Reino Unido tendría que renegociar con todo mundo lo que le llevará muchísimo tiempo, años para concluir los acuerdos necesarios, que le den garantías de que sus productos tengan un mercado externo y de que los insumos que necesita para la producción de ellos también puedan tener este acceso al Reino Unido en condiciones favorables.

Algunas armadoras de coches han dicho que de irse la UE sin un acuerdo, el impacto negativo sería fortísimo y los haría menos competitivos en los mercados internacionales. También esta situación la podríamos ver en las industrias agrícolas y tecnológicas, que podrían padecer una verdadera catástrofe, han comentado empresarios en el Reino Unido.

Pensemos en las medicinas que vienen de Alemania o Francia, que están aprovisionando los hospitales británicos, al no tenerlos habría consecuencias literalmente fatales para varios sectores de la población británica. De lo que se habla es de dimensiones mayores en términos del impacto negativo para la economía y la sociedad británica.

¿La reinstauración de la frontera entre las dos Irlandas con controles policiales fragilizaría el Acuerdo de Paz del Viernes Santo que en 1988 puso fin al conflicto irlandés?

Ese es el punto, que estos acuerdos de paz que, entre otros puntos, establecía la libre frontera entre las dos Irlandas, es un acuerdo que después de muchos años se pudo lograr y un poco la preocupación de la UE es hacer honor a estos acuerdos del Viernes Santo.

Por eso la Unión insiste en esta claúsula de salvaguarda o backstop en la cual dice: aunque se salga el Reino Unido de la UE, el territorio de Irlanda del Norte seguirá teniendo frontera abierta con Irlanda del Sur. Pero, desde la visión de los parlamentarios británicos, es una afrenta contra la soberanía inglesa, contra las decisiones políticas de los ingleses y lo que quieren es salirse de esta salvaguarda cuando lo deseen, no en una negociación con la UE.

Además están atrapados, porque si se salen y se cierran las fronteras, se ponen de nuevo policías y todo lo que implica el cuidado de una frontera, evidentemente, vulneraría los acuerdos de Viernes Santo. Creo que Gran Bretaña tendría problemas políticos en el interior, incluso podríamos hablar del resurgimiento de actos terroristas.


 



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