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"El objetivo estratégico de Vladimir Putin es que la OTAN se deshaga"


2019-04-05

Pablo Pardo | El Mundo

A sus 68 años, el almirante James Stavridis puede exhibir una hoja de servicios impresionante: comandante en jefe de la flota del mítico portaviones 'Enterprise' (el primero del mundo en ser propulsado con energía atómica) durante la Guerra de Irak, ser jefe del Comando Sur de EU y, finalmente, retirarse del servicio activo como comandante en jefe de la OTAN, donde dirigió la Guerra de Libia. Su experiencia al frente de la Alianza Atlántica está reflejada en su libro autobiográfico 'El almirante accidental', en el que, además, declara un afecto más que notable por España.

Pero, acaso, Stavridis no haya logrado nada tan difícil en su carrera como lo que consiguió en 2016, cuando ya había dejado la Marina de EU y era decano de la prestigiosa Escuela de Relaciones Internacionales Fletcher, de la Universidad Tufts: ser citado en la prensa de Estados Unidos como un probable candidato a secretario de Defensa tanto si ganaba Donald Trump como si lo hacía Hillary Clinton. Aparentemente, su relación con Trump está ahora rota, a raíz de un durísimo artículo que publicó en enero después de que sus amigos, los generales John Kelly, H.R. McMaster, y James Mattis, dejaran los puestos de, respectivamente, jefe de gabinete del presidente, y secretarios de Seguridad Interior y de Defensa de EU.

¿Está la OTAN en su peor momento desde su creación, hace 70 años?
 
   Desde muchos puntos de vista, la OTAN es como la novela de Charles Dickens 'Historia de dos ciudades', que comienza con la frase: "Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos". La OTAN nunca ha sido tan rica ni ha tenido la abrumadora fuerza militar de la que goza ahora. Es la alianza militar más poderosa de la Historia. Sus 29 miembros acumulan el 50% del PIB mundial, tiene tres millones de hombres y mujeres en armas (prácticamente todos voluntarios), más de 20,000 aviones militares, cerca de 1,000 barcos de guerra... Pero, por otra parte, está fragmentada por las divisiones políticas, y sus objetivos están oscurecidos y a veces son poco claros para los países miembros. La OTAN ¿es fundamentalmente una alianza europea construida para disuadir la amenaza rusa? ¿O tiene aspiraciones globales en contra terrorismo, el Ártico, África, e, incluso, como un contrapeso a China? En definitiva, la OTAN es vital e importante. Pero su talón de Aquiles es la cohesión política, y ése es un reto que ha existido siempre. Yo mismo lo viví hace varios años, en relación a nuestras misiones en, por ejemplo, Afganistán y Libia.

Considerando esas diferencias, ¿sobrevivirá la OTAN que conocemos?

    En líneas generales la OTAN continuará. Pero sospecho que sus aspiraciones a actuar fuera de su área - como la misión en Afganistán, que está acabándose - no formarán parte de sus misiones centrales. Yo veo más probable que la OTAN consolide su número de miembros, y probablemente detenga su expansión con la adición de Macedonia del Norte en el corto plazo, con lo que la Alianza se quedará en 30 miembros. También considero que se concentrará en la disuasión de Rusia y que alcanzará un mayor equilibrio en el reparto del gasto militar entre EU y los demás miembros. Ésas no son solo las mejores opciones; son, también, las más probables. Claro que también es posible, pero menos probable, que las divisiones trasatlánticas entre Estados Unidos y Europa, junto con el declive de la unidad europea, pudieran acabar deshaciendo la Alianza Atlántica. Ése es, obviamente, el objetivo estratégico de Vladimir Putin, y una de las razones por las que el presidente ruso está trabajando para dividir a Estados Unidos de Europa. Yo creo que Putin fracasará en esa empresa, pero también soy consciente de que, para que eso pase, hará falta liderazgo en varias capitales de Europa y Norteamérica. De lo contrario, corremos el riesgo de perder la OTAN, que es la 'joya de la corona' del sistema de seguridad mundial.

Para lograr esos objetivos, ¿cuál es la reforma más urgente de la OTAN?
 
  Hacen falta una serie de pasos para hacer que la OTAN siga moviéndose en la dirección correcta. El primero es un mayor equilibrio en el gasto en defensa. Eso significa que Europa vaya aumentando su gasto general en defensa hasta que alcance el 2% del PIB en conjunto, de modo que equilibre el 3,5% de Estados Unidos. En segundo lugar, la OTAN necesita trabajar con socios y amigos tanto a nivel europeo - Suecia, Finlandia, Austria, Suiza, etcétera-, como global - Colombia, Brasil, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Israel, Arabia Saudí, los países del Golfo Pérsico, etcétera-. Esto no significa, bajo ningún concepto, añadir aliados al Tratado del Atlántico Norte, sino reforzar los vínculos que ya existen y que han sido desarrollados en una serie de misiones conjuntas en la última década. Y, en tercer lugar, la Alianza necesita tener más aspiraciones en todo lo relativo a Internet y ciberguerra, donde tiene vulnerabilidades significativas, sobre todo desde Rusia. Es importante que seamos conscientes no solo de que la OTAN es una institución fuerte y capaz, sino que se merece el apoyo de la opinión pública, porque los valores que en los que se basa y que defiende son los valores de la democracia, la libertad, la igualdad de género, la libertad de expresión y de prensa, y, también, la igualdad racial. Desde luego, no ponemos en práctica esos valores de una manera idónea. Pero ésos son los valores legítimos en los que creemos y que compartimos. La OTAN existe para defender esos valores, y, por lo tanto, para defendernos a todos.



Jamileth


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