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Religión y política en México


2019-04-12

Por Raúl Eduardo Bonifaz Moedano | Revista Siempre

Las relaciones del Estado y las iglesias son tema significativo en la definición de políticas en cada gobierno. El que encabeza Andrés Manuel López Obrador como presidente de México presenta algunas tendencias relevantes.

Sobresale el respeto entre instituciones insertas en la vida de la persona que día a día diseña sus propias vivencias que dan sentido a su existencia. Así coinciden el poder temporal del Estado que se renueva periódicamente y el espiritual de mayor permanencia pues no se dan cambios frecuentes en sus jerarquías.

Estado e iglesias coexisten facilitando su desenvolvimiento mutuo sin atacarse uno a otro y evitando choques innecesarios. Ese ha sido el acontecer en los cuatro meses que lleva el gobierno actual.

Hay también una agenda política que define a las iglesias. En ella destacan temas como la diversidad sexual, el aborto y la eutanasia, así como el respeto a derechos fundamentales del hombre y la mujer. Estos son derechos moderadores de la destrucción que conlleva la competitividad a ultranza y sin medida, pues esta no respeta la vida del ser humano.

Iglesias y Estado ponen cotos al pensamiento individualista que prevalece en nuestra época. En estos temas se distingue la actitud del actual gobierno evitando decir interpretaciones sobre las religiones.

En algunos asuntos, como el del efecto de la evangelización en la colonización española mereció una disculpa del Papa Francisco por los actos de degradación humana causada a los indígenas autóctonos en toda la América Latina. Recientemente la Iglesia católica de América Latina lanzó su proyecto de acompañamiento a las oleadas de migrantes de la región que transitan por todo el territorio latinoamericano en la búsqueda constante de bienestar.

Otro tema que se incorpora a la agenda entre Estado e iglesias es la promoción que hacen estas organizaciones para lograr sitios de difusión en canales de televisión propios, por lo que presionan para que el gobierno de López Obrador les otorgue posibilidades de operar estos espacios y así difundir la doctrina de las iglesias.

Y aquí no queda al margen la constante disputa por las conciencias sociales, como constante de desencuentros entre cristianos y católicos, creciente en coyunturas en las que la persona busca tranquilidad, felicidad, certezas que no encuentra en la vida cotidiana y no logra aun con la función del Estado de bienestar que hoy día se impulsa de manera trascendente con el presidente de la república, cuya insistencia en disminuir el modelo neoliberal conlleva la premisa de fortalecer este modelo estatal sustentado en el fortalecimiento de los derechos sustantivos de todo individuo.

Con frecuencia tal realidad nos lleva a pensar en la necesidad que tienen entre sí el poder temporal y el espiritual en su coexistencia y apoyos entre sí para encontrar fórmulas que ofrezcan pautas accesibles a la sociedad, de tal manera que se alcance un nivel de vida amable y de tranquilidad para cada ser humano. Al fin ese es el objetivo de la vida individual y social.



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