|
Formato de impresión |
Panameños hartos de la corrupción van a las urnas
Por JUAN ZAMORANO PANAMÁ (AP) — La ira por la corrupción descarada y el hastío por el estatus quo político están más presentes que nunca en el electorado panameño de cara a los comicios generales del fin de semana en que se elegirá al sucesor de Juan Carlos Varela, en cuyo quinquenio se desaceleró la economía de mayor crecimiento regional. En este proceso electoral se ha visto la que quizá ha sido la campaña más corta e incolora desde la transición a la democracia tras la expulsión del dictador Manuel Antonio Noriega por la invasión de Estados Unidos hace tres décadas. Sin embargo, también ha sido la que ha generado mayor discusión sobre la corrupción política en un país que se vio enlodado por el escándalo internacional de los Papeles de Panamá y los sobornos repartidos por la constructora brasileña Odebrecht en América Latina. El caso Odebrecht “es particularmente relevante en Panamá a la luz de los Papeles de Panamá”, dijo a The Associated Press Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, en alusión a que muchas de las sociedades fachadas y cuentas en ultramar que salieron a la luz tras las filtraciones masivas del bufete panameño Mossack-Fonseca se utilizaron para canalizar dineros de los sobornos de la constructora brasileña. “La corrupción se convierte en tema aún más importante en el contexto del reciente desempeño económico lento del país”, consideró. “Muchos panameños están hartos de la clase política y han sido decepcionados por las sucesivas administraciones”. Frente a este panorama, pareciera que uno de los partidos más establecidos en la política panameña ha logrado hacerse de un candidato atractivo para los votantes: el empresario ganadero Laurentino Cortizo. Una encuesta del influyente diario La Prensa de abril colocaba al frente de las preferencias por 11 puntos de diferencia sobre sus rivales a Cortizo, del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), el más numeroso y que busca regresar al poder por tercera ocasión tras la caída de Noriega después de perder las dos últimas contiendas. No obstante, Cortizo, de 66 años y con un título de administración de empresas en Norwich, Vermont, Estados Unidos, también ha tenido que responder a los cuestionamientos de corrupción, particularmente por los sobornos que Odebrecht repartió en Panamá, según las revelaciones que hizo la propia empresa en el marco de un acuerdo de culpabilidad con la justicia estadounidense a fines de 2016. El gigante de la construcción de Brasil admitió haber pagado casi 800 millones en sobornos en una decena de naciones latinoamericanas para hacerse de contratos jugosos. En el caso de Panamá, los sobornos superaron los 100 millones de dólares y fueron a dar supuestamente a colaboradores y familiares de Martinelli durante su gobierno, según las investigaciones. Varela también resultó salpicado al revelarse que la empresa aportó miles de dólares a la campaña del presidente en la contienda de 2009 cuando corría como vicepresidente. Varela se defendió señalando que esa donación no representó delito electoral en ese momento y una denuncia sobre el caso no procedió. Actualmente se mantienen llamados para que las investigaciones salgan del empantanamiento y se extiendan a la pasada administración de Martín Torrijos (2004-2009), de la que formó parte Cortizo como ministro. Torrijos concedió la primera obra multimillonaria a la brasileña, cuyos contratos crecieron significativamente en las siguientes administraciones de Martinelli y Varela. “Lo que ha hecho Odebrecht en América Latina y Panamá no tiene perdón”, dijo Cortizo en una entrevista reciente y días después de cerrar el último debate televisado prometiendo terminar con una década de corrupción en Panamá, en caso de salir airoso. “¡Empresas condenadas, que se olviden de Panamá!”, agregó. Aunque está por debajo de otros países de América Latina, los ciudadanos mantienen una considerable percepción de corrupción pública en Panamá, según la Organización Transparencia Internacional, que ubicó al país centroamericano en el lugar 93 de 180 países en su ranking de 2018. “El tema de los sobornos de Odebrecht ha sido prácticamente enterrado”, se quejó agriamente en un escrito reciente el legendario e incluyente músico de salsa panameño Rubén Blades. “La percepción nacional generalizada es que no va a pasar nada”. El malestar creciente de los panameños por los escándalos ha dado lugar a que por primera vez creciera el respaldo para los candidatos por la libre postulación o independientes: un ejemplo es el auge que ha tenido el movimiento de Ricardo Lombana, un abogado de 45 años que se ha negado a recibir grandes aportes a su campaña y que no tiene propaganda en la televisión, a diferencia de otros candidatos. “Este país se está desmoronando por culpa de la corrupción. Si no hacemos algo, nos quedamos sin país”, advirtió el fin de semana ante un grupo de seguidores. Rómulo Roux no ha escapado a los señalamientos de corrupción que frustraron el intento del partido de Martinelli de reelegirse en las elecciones pasadas, pero el candidato ha tratado de capitalizar el malestar de los panameños debido a una contracción de la economía durante el gobierno de Varela, resaltando que con Martinelli el crecimiento fue de dos dígitos y más alto en América Latina. “Vamos a hacer las cosas diferentes para que lo bueno vuelva, para que la plata regrese al bolsillo de los panameños”, dijo Roux, de 54 años y excanciller en el gobierno de Martinelli. El expresidente y magnate de los supermercados está respaldando a Roux con mensajes grabados desde la cárcel, donde permanece mientras se lo enjuicia por espionaje político. La economía durante el gobierno de Martinelli llegó a crecer a un ritmo de dos dígitos convirtiéndose en la de mayor auge en Latinoamérica gracias a la construcción de varias mega obras como la expansión del canal y la construcción del Metro. El crecimiento se contrajo en el siguiente quinquenio, con una tasa de apenas 3.7% en 2018 y un desempleo en alza del 6%, que contrasta, por ejemplo, con el crecimiento del PIB de 10.7% y desempleo de 4.4% en 2012. Las denuncias de corrupción y sobrecostos, empero, abundaron en el gobierno de Martinelli. Los expertos dicen que a pesar del enojo por la corrupción a Cortizo lo beneficia el hecho de que cuenta con la mayor cantidad de inscritos en su partido --medio millón-- que le serían leales en las urnas, además de una potente maquinaria propagandística y logística para llevar a la gente a sufragar el domingo. El opositor ganó notoriedad en el gobierno de Torrijos al renunciar como ministro de Agricultura en medio de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos en 2006. Pregona que no habría intocables en un eventual gobierno suyo. “Aparentemente es el de más carácter, que no se va a dejar mandar de los demás”, dijo Max Castillo, propietario de una tienda de periódicos y revistas en el centro de la capital. Además de elegir al nuevo gobernante para los próximos cinco años, los 2.7 millones de electores renovarán a una legislatura unicameral con un desprestigio creciente, así como a las autoridades para las alcaldías y corregimientos. Jamileth |
|
� Copyright ElPeriodicodeMexico.com |