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¡No marchen…!
Por Humberto Guzmán | Revista Siempre Con una convocatoria de origen incierto y sin más publicidad que los mensajes en redes sociales, se realizó una marcha de gente bien, antes “pirruris” y ahora “fifís” o “camajanes”, tabasqueñismo que significa marrulleros o taimados, según dice el benemérito Diccionario de Mejicanismos (así, con jota) de Francisco J. Santamaría. La consigna principal, que no única, fue la que exigía la renuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador. También se vieron pancartas que condenaban la cancelación del aeropuerto de Texcoco o el lanzamiento, sin licitación, del Tren Maya o la refinería de Dos Bocas. Por supuesto, fueron condenados los programas asistenciales del actual gobierno, la escasez de medicinas, el retiro del subsidio a las guarderías y las cotidianas cuchufletas al periodismo crítico. Junto a esas consignas hubo otras groseramente clasistas, como esa que le decía al Ejecutivo: “Los que tenemos cerebro no votamos por ti. Somos millones. No te burles”. Hubo, desde luego, políticos de derecha que buscaron capitalizar en su favor las manifestaciones, pues en la ciudad de México se apareció Enrique de la Madrid y en Guanajuato el infaltable Vicente Fox, mientras que Felipe Calderón emitió mensajes en redes solidarizándose con los marchantes. Y si bien AMLO se mostró respetuoso del derecho de manifestación, Javier Jiménez Espriú se pasó de tueste con una broma simpática pero irrespetuosa. Dijo en redes: “Nunca pensé que todos los que están en contra de AMLO fueran a la marcha, pero sí, ¡Fueron todos!”. Sobra decir que la asistencia a las manifestaciones fue exigua, pero lo propio hubiera sido no darse por enterado. En efecto, con un optimismo desmesurado hablan de diez mil manifestantes en la capital, pero en otros lugares sólo se congregaron algunos cientos o apenas decenas en otros lugares. Pocos o muchos, sin embargo, son ciudadanos que salieron a ejercer un derecho constitucional al mostrar su disidencia con el gobierno. Pero mal harían las autoridades de la República de no dar importancia a esa expresión política, la que es un aviso de lo que puede presentarse multiplicado, de no enmendar algunas medidas altamente lesivas para el ciudadano de a pie, como los despidos masivos. Además, cabe recordar que la embestida imperial contra Venezuela es un aviso de lo que aquí puede ocurrir. Cierto que la manifestación mostró la ausencia de un líder derechista con arrastre, pero cualquier día y con cualquier pretexto Washington inventa un pelele como Guaidó. AMLO y sus seguidores deberán tenerlo presente.
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