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La toxicidad del aire obliga a declarar la 'alerta ambiental' en la Ciudad de México


2019-05-15

Por PABLO SÁNCHEZ OLMOS, El Mundo

Los residentes de la Ciudad de México llevan desde el pasado fin de semana mirando un cielo que no reconocen. El azul habitual se ha convertido en una gran capa grisacea donde ya no se distinguen nubes, tan solo partículas tóxicas en suspensión. La falta de lluvias, la propagación de una veintena de incendios en los alrededores de la capital, el humo expulsado por el volcán Popocatepetl y la falta de previsión de las autoridades, han creado un cóctel perfecto que, según los medidores de partículas nocivas instalados por toda la ciudad, supera hasta por cuatro veces los niveles máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Las autoridades capitalinas han reaccionado, cinco días después de que los indicadores se dispararan, con un ambicioso programa de contención que pretende mitigar los efectos de la 'alerta ambiental'.

Al margen de la ya habitual restricción de vehículos (alrededor de un tercio no podrán circular hoy por el centro de la ciudad), se unen otras recomendaciones para que la población civil enfrente por sí misma esta crisis: a los grupos sensibles (bebés, ancianos y enfermos), se les recomienda no salir de sus casas, en los colegios piden que se eviten los recreos y actividades al aire libre; en los hogares, que se mantengan puertas y ventanas cerradas, que se utilice el aire acondicionado en modo 'recirculación', que no se cocine con leña o carbón y que se evite fumar, encender velas o utilizar lentillas.

Las 20 millones de personas viven en la Ciudad de México y sus zonas conurbadas, están más que acostumbradas a lidiar con altos índices de contaminación, pero es la primera vez que sus autoridades declaran una 'doble contingencia'. A nivel mundial, las alertas se encienden cuando se superan los 25 micrómetros de partículas tóxicas por metro cúbico durante más de 24 horas. En la capital mexicana se llevan superando los 110 desde el pasado fin de semana. La toxicidad del aire se ha trasladado incluso a ciudades aledañas, como Puebla y Pachuca, donde, por primera vez en su historia, han tenido que activar planes de contingencia medioambiental.

La Ciudad de México se encuentra, desde hace años, entre las 30 metrópolis más contaminadas del planeta. Por eso, la victoria que obtuvo en las elecciones a la alcaldía la científica Claudia Sheinbaum, premiada en el pasado con el Premio Nobel de la Paz por sus estudios sobre cambio climático, se vislumbraba como un halo de esperanza para reducir la contaminación. No obstante, el pasado mes de enero sorprendió a todos con una modificación que hacía más laxa la restricción de vehículos, así como la medición de los agentes contaminantes que permitían reducir el tráfico. Con esta medida consiguió añadir a la flota habitual de vehículos unos 200,000 coches adicionales.

LA BATALLA LEGAL CONTRA LA CONTAMINACIÓN
La indignación que supuso esta medida llevó a un grupo de 12 ciudadanos a emprender una batalla legal contra la jefa de Gobierno y la Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad, con el objetivo de que retiraran esta "verificación light" de vehículos. El pasado 6 de mayo, un juez federal falló a favor de los siete amparos ciudadanos emitiendo una orden de emergencia que obliga al gobierno de la ciudad a rectificar estos cambios.

Al margen de los agentes externos (incendios o volcanes), la dinámica que han seguido los cielos contaminados de la Ciudad de México durante estos últimos meses es, cuanto menos, preocupante. En lo que llevamos de año, ya se ha batido un récord: se han duplicado el total de contingencias ambientales emitidas durante todo el 2018. Si esta tendencia no se corrige, según apuntan los expertos, la excepcionalidad ambiental decretada estos días podría convertirse en norma, transformando así radicalmente el día a día de una de las megalópolis más pobladas del mundo.



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