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Walmart quiere estos juguetes sexuales
Por KATIE VAN SYCKLE | The New York Times NEWTON, Massachusetts — El año pasado, Jamie Leventhal, el director ejecutivo de Clio, una pequeña compañía que fabrica dispositivos como recortadores personales de vello, recibió una llamada de un comprador de Walmart que conocía. Leventhal dijo que el comprador le preguntó: “¿Qué piensas de los juguetes sexuales?”. Fue una pregunta un poco sorprendente de un minorista conocido por su cultura corporativa conservadora. Sin embargo, Leventhal sabía que Amazon y otros minoristas estaban teniendo éxito con la venta de productos para adultos y que podían generar ganancias. Walmart estaba consciente de lo mismo. Ahora, 45 años después de que las feministas comenzaron a vender vibradores mediante un catálogo de pedido por correo, veinte años después de que el juguete Rabbit fue elogiado en Sexo y la ciudad (o Sexo en Nueva York) y en un momento en el que marcas como Goop están vinculando el “bienestar sexual” con las mujeres, la compañía de Leventhal ha creado una línea de juguetes sexuales que Walmart, el minorista más grande de Estados Unidos, está almacenando y vendiendo. La línea PlusOne de Clio comenzó a aparecer en 4 300 de las aproximadamente 4 700 tiendas de Walmart y en Walmart.com en octubre de 2018. Walmart vende estos artículos en las tiendas de todos los estados de Estados Unidos, excepto en Virginia y Alabama, debido a las leyes de esos lugares. El minorista planea comenzar a vender cuatro productos más de PlusOne en agosto. “Esta no es una nueva categoría para nosotros”, señaló Walmart en un comunicado y señaló que vende vibradores de las empresas de preservativos Trojan, Durex y Lifestyles. Sin embargo, PlusOne es un paso mucho más grande hacia la industria de los juguetes sexuales. Los productos están diseñados para ser de lujo. Son a prueba de agua, recargables y hechos con silicón apto para el cuerpo, características que alguna vez se encontraron solo en productos vendidos en tiendas eróticas y en internet. Sin embargo, cuestan de 10 a 53 dólares, mucho menos que los “vibradores de diseñador” de empresas como Lelo, que pueden costar de 75 a 200 dólares. También es más fácil identificar PlusOne como una línea de productos sexuales, a diferencia de otros dispositivos en los estantes de Walmart. Clio lanzará un estimulador para el clítoris como parte de su expansión en agosto, junto con un minimasajeador personal, toallitas limpiadoras y un lubricante. Aunque Clio desarrolló los productos para Walmart y el minorista es su principal cliente, los vibradores de la empresa también se venden en Target y Amazon. En los últimos ocho meses, Clio ha vendido más de un millón de unidades de PlusOne. La compañía ahora conforma más del 26 por ciento del mercado de los masajeadores sexuales, de acuerdo con Nielsen. “Quiero que mi marca se convierta en el Kleenex de los juguetes sexuales, la marca que se asocie con ellos”, comentó Leventhal. Clio espera atraer a las mujeres que jamás han comprado un juguete sexual, sobre todo las madres mayores de 25 años, pero que están aceptando la idea de que “el bienestar sexual” es bueno y puede darte poder. “Es como llevar una minitienda erótica a todas las pequeñas ciudades de Estados Unidos”, dijo Hallie Lieberman, autora del libro Buzz, sobre la historia de los juguetes sexuales. “Es muy revolucionario de una manera discreta”. “Parece que este es un momento clave”, dijo Chad Braverman, ejecutivo del fabricante de juguetes sexuales Doc Johnson, que fue fundado en 1976, cuando los juguetes sexuales aún eran un negocio clandestino. “Es otro paso hacia la normalidad”. Cuando desarrolló la línea, Clio consideró varios factores, entre ellos el precio y la estética, pero, sobre todo, dijo Leventhal: “¿Cómo creamos algo que no ofenda a los accionistas de Walmart?”. Leventhal, de 46 años, también debe averiguar cómo publicitar un dispositivo que algunas personas aún ven con recelo. Era ilegal vender juguetes sexuales en Texas hasta 2008 y aún lo es en Alabama. Este año, en CES, la exhibición más grande de electrónicos de consumo del país, un premio de innovación otorgado a un juguete sexual fue revocado, pues una regla prohíbe que concursen productos “inmorales, obscenos, indecentes, profanos” o que den una mala imagen de la feria. Aun así, el sexo vende muy bien. El mercado de la “tecnología para mujeres”, que incluye la categoría del bienestar sexual, podría tener un valor de 50,000 millones de dólares para 2020, de acuerdo con un informe de 2018 de Frost and Sullivan. La industria de las tiendas para adultos obtuvo 9500 millones de dólares en 2018, y los juguetes sexuales conforman casi el 80 por ciento de esos ingresos, de acuerdo con un informe de 2018 de Ibis World. Trojan comenzó a vender vibradores en 2005 y pronto aparecieron en farmacias como CVS y Walgreens. Para 2008, Walmart vendía objetos como anillos vibradores, que principalmente son diseñados para los hombres. Leventhal fundó Clio en 2002. En ese entonces, vio una oportunidad en el mercado para productos de aseo personal menos costosos. La empresa ahora tiene cinco departamentos: productos de tocador, cuidado para las uñas, cuidado para la piel, dispositivos cosméticos y dispositivos de bienestar sexual. Los juguetes sexuales pronto se convertirán en la mayoría de los productos que vende Clio. Leventhal admite que es un novato en la industria de los juguetes sexuales. El libro de Lieberman sobre la historia de este tipo de dispositivos está en su oficina, pero aún no lo ha leído. “Siento curiosidad, pero también estoy ocupado”, comentó. Leventhal practica cuando puede Bikram yoga durante el almuerzo y conduce un Toyota 4Runner de hace once años que llamó Whitney, por Whitney Houston. Juega tenis con sus dos hijos pequeños y pasa el tiempo pensando en productos minoristas innovadores como el bálsamo esférico para labios EOS y la botella de jabón con forma de lágrima de Method. Además, no está seguro de por qué vender juguetes sexuales en una gran tienda minorista tendría que ser un gran problema. “No lo considero un tabú”, dijo Leventhal. Reconoce que no todos piensan lo mismo. “Creo que hay un grupo de hombres que definitivamente cree que los juguetes sexuales son una amenaza a la intimidad en su matrimonio”, comentó. Los competidores de Clio lo están observando de cerca. Alexandra Fine, directora ejecutiva de Dame Products, cree que la inversión de Walmart en PlusOne podría hacer más probable que su empresa atraiga a inversionistas, lo cual no siempre ha sido fácil, señaló. Dame Products demandó a la Autoridad Metropolitana de Transporte de Nueva York en junio por rehusarse a colocar anuncios de la empresa en el metro. “Es desafiante hacer que la gente vea el valor y la importancia del placer sexual de la mujer”, dijo Fine. “Puede ser frustrante estar luchando por eso y después ver que los hombres lucran con más facilidad en esta industria”. Leventhal creció en Sharon, Massachusetts, y su padre y tíos compraban y vendían mercancías para empresas minoristas. Estudió en el Instituto Tecnológico de Florida y Hofstra, y comenzó a trabajar para una empresa en Chicago que fabricaba ventiladores. Leventhal cree que Walmart lo contactó porque su empresa es pequeña y trabaja rápidamente. Hay solo cerca de veinte empleados en su compañía, entre ellos dos diseñadores de producto. Los diseñadores de PlusOne, entre ellos varias mujeres, también son nuevos en la industria de los juguetes sexuales y se inspiran en las tiendas de especialidad, artículos en Amazon y productos de lujo fabricados por empresas como Lelo, We-Vibe y Womanizer. Una de las diseñadoras dijo que también obtuvo ideas de la pornografía, aunque Stephanie Trachtenberg, la directora de publicidad de Clio, dijo que la empresa quería distanciarse de ese mundo debido a las asociaciones negativas que podrían hacer los consumidores. “No somos pervertidos”, dijo. “Esto es bueno para ti”. Jason Cornaro, de 28 años, uno de los diseñadores de PlusOne, dijo que pensaba muy a menudo en cómo podría hacer que los productos resultaran accesibles y atractivos para alguien que los compra por primera vez. Quería volverlos tentadores, no vulgares, pero también reconocibles de manera inmediata y fáciles de usar. “Tienen que parecerles atractivos a todos, o por lo menos no alejar a nadie”, comentó Cornaro. Clio ya está trabajando en un nuevo producto que parece una pluma vibradora de silicón. Los empleados lo llaman un “cosquilleador”. Fue idea de Trachtenberg. “Es asombroso”, dijo Leventhal mientras el producto vibraba. “Lo lanzaremos en el primer trimestre de 2020”. regina |
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