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El gobierno evade el tema sobre lo sucedido en Texas
Por Armando Reyes | Revista Siempre Entrevista con Gustavo Madero Muñoz, senador por Chihuahua Luego del tiroteo en el que varios mexicanos perdieron la vida en El Paso, Texas, el gobierno mexicano se apresuró a condenar el hecho y calificarlo como terrorismo, además de pedir que se extradite al presunto asesino. Pero acerca de dicha reacción, para el senador Gustavo Madero, se trata de palabras que esconden el hecho de que no se ocupan de los temas realmente importantes. “Creo que están queriendo demostrar que están presentes y actuando, pero la verdad es que evaden el asunto, en especial los dos temas principales: el de las armas y el de las expresiones totalmente racistas y violentas en contra de los mexicanos por parte del gobierno de los Estados Unidos. En eso el gobierno de México no se quiere pronunciar en ninguno de los dos temas, de tal manera que encuentran la salida en una medida que pareciera audaz, pero es totalmente de pura escenografía el tratar de actuar vistiendo de acto terrorista internacional (el tiroteo en El Paso) por parte del gobierno y de la cancillería”. En entrevista con Siempre! El legislador chihuahuense se pronunció por exigir que en la Unión Americana se haga algo por detener los discurso de odio y la venta de armas de alto poder. “Lo grave aquí, lo gravísimo, es la venta indiscriminada de armas de asalto sin ningún control y, por otro lado, los discursos de odio, de fanatismo, que alimentan el miedo y el odio a los mexicanos y en eso es en lo cual debemos pedir mayor respeto y una mejor reacción hacia el gobierno de los Estados Unidos”. Falta poco De acuerdo a nuestro entrevistado, lo sucedido en Texas nos debe servir de lección, pues de este lado de la frontera también hay un discurso divisorio que puede provocar un hecho similar. “Por eso a mi me gusta más que llamar discursos de odio o de fanatismos, decir que son de división o de crispación desde los púlpitos más altos, ya sean religiosos o políticos. En el gobierno de México también se está lanzando un discurso de confrontación entre los que están con Andrés Manuel y quienes no estamos con él, como si fuéramos enemigos y esto no se reconoce, de hecho, todos los que siguen a Andrés Manuel sí denuncian que Trump hable así, pero no reconocen que el gobierno de México está también haciendo, con otros sujetos –no con migrantes y residentes de Estados Unidos, que es el discurso de Trump– lo mismo, dividiendo entre los que apoyan a Andrés Manuel y quienes lo criticamos, como un discurso de buenos y malo, de patriotas y traidores a la patria, quienes defienden la transformación y quienes defienden, supuestamente, la mafia del Poder”. Es por esto, reflexiona Gustavo Madero, que de seguir este curso de acción podríamos estar lamentando en el mediano plazo un hecho similar al que condenamos y que sucedió en Texas, pero que también se ha replicado en otros estados de la Unión Americana en contra de otros grupos sociales gracias a los discursos de odio. Madero fue muy enfático en señalar que las palabras sí matan. “No miden que las palabras sí matan, y es lo que estamos viviendo aquí en lo casos lamentables que sucedieron el fin de semana del 3 de agosto sobre todo en El Paso, Texas. Sí debemos reconocer que en México tenemos en casa una semilla que desde la Presidencia de la República alimenta todos los días, adoctrina con este discurso maniqueo de buenos y malos que hace tanto daño y que lleva a quienes son fanáticos, quienes se envuelven en estas banderas tomen acciones muy radicales, incluso de quitar la muerte a los que, precisamente, están siendo denunciados como los malos, los traidores, como la amenaza”. El problema, explicó Gustavo Madero, es un discurso que busca reducir todo a pocas palabras para atacar a quienes consideran enemigos. “Esta visión simplista que tienen ahora las sociedades, de tratar de buscar culpables en una sola frase, en una sola expresión, como esa de que los migrantes son el problema de Estados Unidos, o los conservadores son los que están impidiendo el avance de México, son los que están reduciendo todo en un discurso simplista, maniqueo y populista, y esto en México como en Estados Unidos se está dando”. Lógica inconsistente Para el senador panista, este asunto podría detonar –después de los visto en la Unión Americana– atentados similares en nuestro país, en particular si se recuerdan las expresiones de rechazo que se han empezado a dar en ciudades como Tijuana en contra de migrantes centroamericanos. “Es un tema que si no reconocemos esta situación es cuestión de tiempo, es imposible adivinar en cuanto tiempo puede suceder para que también los miedos que causan estos cambios, estas migraciones, se traduzcan en actos de violencia o de intolerancia. No sabría en cuanto tiempo, pero si es de esperarse”. Al concluir la entrevista, Gustado Madero calificó la política seguida por el gobierno mexicano en materia de migración y defensa de nuestros connacionales en el extranjero como de bandazos, cuidando más las reacciones del gobierno de Donald Trump que de las personas. “Este gobierno ha tenido cambios de bandazos en el discurso frente a la migración, no ha sido consistente, es algo que nos preocupa mucho; en un principio fue un gobierno, supuestamente, de puertas abiertas a la migración, casi la fomentan con eso de que aquí les vamos a dar trabajo y, después, cuando el gobierno de Estados Unidos se enoja, cambia totalmente este discurso y se vuelve persecutorio. Estamos atrapados en esta lógica inconsistente del gobierno mexicano”, concluyó nuestro entrevistado. La estrategia de la cancillería Luego del tiroteo en el que murieron 8 mexicanos en una tienda de El Paso, Texas, la cancillería mexicana se apresuró a calificar el hecho de terrorismo. El titular de la dependencia, Marcelo Ebrard Casaubón anunció que, en coordinación con la Fiscalía General de la República, se procedería a fincar una acusación en contra del autor de los disparos, Patrick Crusius, y pedir su extradición a nuestro país. Sólo que esta estrategia tendrá que enfrentar al propio sistema judicial de los Estados Unidos, país en el que los fiscales texanos han iniciado un procedimiento para acusar al atacante de múltiples homicidios, pidiendo la pena de muerte en su contra, sin mencionar en sus acusaciones –por el momento– algún elemento que haga suponer un crimen de odio, xenofobia o, mucho menos, terrorismo. Y esto a pesar de que Donald Trump declaró que los medios son los culpables por la ira y la furia acumuladas por años, sin darse cuenta que en sus discursos tanto como candidato y luego como presidente se ha referido a los mexicanos, en especial a los migrantes ilegales, como criminales. De igual manera, luego de que el fin de semana del 3 de agosto dos tiroteos, en Texas y Ohio, dejaron 31 víctimas mortales, el mandatario estadounidense se refirió a los problemas se salud mental de los autores de los ataques, sin tocar el tema de la motivación que está detrás de los atentados, sea del supremacismo blanco, de la xenofobia o de cualquier otra índole, mucho menos la venta con pocas restricciones de armas de asalto como las usadas en dichos tiroteos.
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