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Asesinato de israelíes atribuido a cártel mexicano


2019-09-09

 

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO.- El misterio sobre la muerte de dos mafiosos israelíes en un restaurante de comida china de una lujosa plaza comercial al sur de la capital mexicana comenzó a despejarse luego de que la investigación arrojó que fue obra del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
    
Según la hipótesis más sólida en la indagación de la fiscalía de la ciudad de México, que ha trascendido a los medios informativos, se trató de un desacuerdo o una verdadera "traición" de la banda israelí con la organización mexicana que ocupa actualmente el liderazgo en la jerarquía del crimen.
    
De acuerdo con las versiones, el CJNG presuntamente pretendía cerrar un "negocio" con los delincuentes israelíes, Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay, pero no se pudo llegar a un acuerdo.
    
El resultado fue la muerte de ambos ocurrida a media tarde en Plaza Artz Pedregal, el pasado 24 de julio, que desató un caos.
    
"Algo salió mal en ese trato", según trascendidos del ministerio público publicados por el diario El Universal, aunque todavía no se determina en qué consistía el negocio.
    
Los dos detenidos por el caso, una mujer que iba disfrazada de rubia detenida poco después del doble asesinato y otro hombre que la apoyó recién arrestado no han brindado aún suficientes elementos para definir en qué consistió la discrepancia.
    
Dos días después del asesinato, el ministro de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo que el doble homicidio "correspondía a un ajuste de cuentas entre organizaciones criminales".
    
El viernes pasado, el segundo autor material del doble homicidio, Mauricio "N", conocido con el mote de "El Mawicho", presunto integrante del CJNG, fue detenido en el municipio de Zapopan, estado occidental de Jalisco, y trasladado a una prisión de la capital.
    
El pasado sábado, un juez de control lo vinculó a proceso por el delito de homicidio calificado contra los dos ciudadanos israelíes y dio un plazo de tres meses para cerrar la investigación.
    
Según el Ministerio Público, "El Mawicho" fue denunciado de manera anónima a través de una llamada telefónica a la Dirección General de Investigación Criminal de la procuraduría capitalina.
    
El hombre es un distribuidor de drogas que actuaba en Azcapotzalco, zona norte de la capital y fue reconocido a través de los videos del restaurante donde se cometió el crimen.
    
La otra detenida, Esperanza "N", arribó al restaurante aquel día 24, pidió una mesa y luego la cambió para estar cerca de los mafiosos israelíes y sin previo aviso se dirigió a ellos y le disparó nueve veces a Benjamín Sutchi y tres a Alon Azulay, aunque en total apretó el gatillo en 22 ocasiones con un arma 9 milímetros.
    
La procuradora de Justicia de la Ciudad de México Ernestina Godoy dijo que aún continúan las investigaciones, pero que tienen "indicios precisos" de la banda responsable de asesinar a dos delincuentes de origen israelí.
    
Tanto Alon Azulay, de 41 años, como Benjamín Yeshurun, de 44 años, contaban con antecedentes criminales en Israel y en México, según informó la Embajada de Tel Aviv.
    
Según las versiones filtradas a los medios, los dos israelíes asesinados "lavaban" dinero para el Cártel de Jalisco y una de las principales hipótesis es la traición de los extranjeros.
    
Al revisar sus teléfonos celulares se comprobó que se enviaron mensajes para acordar una cita, a lo que inicialmente las víctimas se habían negado, pero al saber que era en un lugar público accedieron.
    
Otras dos personas que apoyaron en una "maniobra de distracción" el atentado, a las afueras de la plaza, ya fueron identificados pero lograron huir y se encuentran en calidad de fugitivos de la justicia, pero la procuradora Ernestina Godoy dijo que no son extranjeros.
    
De acuerdo con las versiones, al "Mawicho" le ofrecieron 100,000 pesos de recompensa por el asesinato (unos 5,000 dólares) mientras que a la mujer, la cuarta parte.
    
Los reportes de las fiscalías local y federal revelan que los israelíes asesinados se dedicaban al reciclaje de dinero sucio en cinco estados del país (Guanajuato, Puebla, Querétaro y Guanajuato, además de la capital), donde habían instalado algunas empresas "fachada".



Jamileth


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