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Operativo en Culiacán fue precipitado, deficiente y carecía de aprobación: Gabinete de Seguridad


2019-10-18

 

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El operativo militar desplegado ayer para capturar a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, y que detonó la violencia en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, se ejecutó sin el conocimiento y la aprobación previa del gabinete de seguridad, confirmaron el secretario de la Defensa, general Luis Cresencio Sandoval y el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño.

En conferencia de prensa celebrada en la capital sinaloense, en la que también estuvieron presentes el secretario de la Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, y el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, así como el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, reconocieron, además, que dicho operativo fue precipitado, improvisado y deficiente.

“Con el afán de obtener resultados, el personal militar omitió la aprobación del gabinete de seguridad y actuó con precipitación, sin la orden de cateo que debía otorgar un juez, amén de desestimar el poder de convocatoria y la capacidad de respuesta del grupo agresor”, afirmó el general Sandoval.

Y añadió que por dichos errores la dependencia a su cargo realizará una investigación para deslindar responsabilidades.

Según la relatoría de hechos que hicieron Durazo Montaño y el secretario de la Defensa, que difiere del reporte que dieron ayer, el operativo desplegado en el fraccionamiento Tres Ríos tenía el propósito de capturar a Ovidio Guzmán, en cumplimiento de una petición de extradición hecha por el gobierno estadunidense desde septiembre de 2018.

En dicho operativo, refirieron, participaron entre 30 y 35 elementos del Ejército y de la Guardia Nacional, así como un Agente del Ministerio Público Federal. A las dos de la tarde con 45 minutos aproximadamente, los uniformados rodearon la residencia en donde se encontraba Ovidio y tres personas más.

Mientras las fuerzas federales esperaban la orden de cateo expedida por un juez, los ocupantes del inmueble se percataron de que iban por ellos por lo que comenzaron a disparar. Los uniformados decidieron entonces ingresar a la casa.

Según Durazo, los militares tomaron el control de la vivienda en un principio, pero al demorarse más de la cuenta la orden de cateo, comenzaron a llegar grupos de sicarios que superaban en número a las fuerzas del orden y a provocar desmanes en otras zonas de la ciudad, por lo que el gabinete de seguridad dio la orden al comando militar de emprender la retirada.

–¿Hubo alguna negociación con el grupo criminal para no detener a Ovidio Guzmán?, se le preguntó a Durazo.

El funcionario respondió que no. “Ni en este ni en ningún otro caso el gobierno va a negociar con integrantes de organizaciones criminales”, atajó.

Sin embargo, en la conferencia el general Sandoval admitió que en un momento los sicarios mantuvieron retenidos a algunos militares, mismos que fueron liberados después de abortar la misión.

Durazo y Sandoval también manifestaron que Ovidio Guzmán nunca estuvo formalmente detenido durante la incursión militar.

En su relatoría de hechos, Durazo y el general Sandoval resaltaron la capacidad de respuesta del grupo criminal que salió en defensa del menor de los hijos varones del Chapo Guzmán, pues no sólo retaron a las fuerzas armadas, también realizaron 19 bloqueos, ejecutaron 14 acciones contra personal del ejército y la Guardia Nacional en distintas zonas de la ciudad, se apropiaron de 42 vehículos, dos de ellos propiedad de la Sedena, e incendiarios nueve más.

Asimismo, atacaron el cuartel de la IX Zona Militar, el edificio del C-4 de la policía estatal, la base de operaciones de la cabecera municipal y una unidad habitacional para familias castrenses, dieron muerte a un elemento de la Guardia Nacional e hirieron a cinco agentes de la policía estatal y detuvieron a ocho elementos de tropa, los cuales fueron liberados posteriormente.

Sin capacidad de respuesta y para evitar que los sicarios atacaran a la población civil, el gabinete de Seguridad decidió doblar las manos y dejar ir a su presa.

“Continuar con el operativo hubiera tenido un alto costo. No buscamos enlutar hogares, no vamos a regresar a las masacres generalizadas, no nos interesa andar envueltos en un manto de sangre, nuestro objetivo es resarcir el desgarrado tejido social”, argumentó Durazo.

Y subrayó que en Culiacán “no hubo falta de Estado ni ausencia del gobierno”.

Lo que sucedió, dijo, es que se trató de un operativo fallido. “El error fue no informar al gabinete de Seguridad del operativo. Se investigará y se aplicarán sanciones a los responsables”.

En su balance de la trágica jornada de ayer, el general Sandoval informó también que el grupo criminal sufrió únicamente cinco bajas.



Jamileth


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