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El presidente del Parlamento prohíbe que se vote de nuevo este lunes el acuerdo del Brexit de Johnson


2019-10-21

Rafa de Miguel | El País

 Londres.- La argumentación y los precedentes parlamentarios empleados por el speaker (presidente) de la Cámara de los Comunes, John Bercow, han sido intachables, aunque el Gobierno y los euroescépticos conservadores han encajado su decisión como un nuevo golpe bajo. Bercow ha prohibido que se debata y vote nuevamente este lunes el acuerdo del Brexit de Johnson, después del intento fallido del pasado sábado.

Bercow ha decidido que el texto presentado por Downing Street era idéntico en espíritu y letra al que se debatió durante el fin de semana, y que no procede malgastar "el tiempo de la Cámara ni dejar de otorgar el debido respeto a sus pasadas decisiones". Ya emitió una resolución similar el pasado 18 de marzo cuando la ex primera ministra, Theresa May, quiso forzar una tercera votación de su acuerdo con la UE. El equipo de Johnson ya presuponía que la decisión del speaker, en esta ocasión, sería similar. Pero les interesaba proseguir con la estrategia, para consolidar la imagen que pretenden transmitir al electorado euroescéptico: las instituciones, y sobre todo el Parlamento, se empeñan en bloquear el mandato popular del referéndum de 2016.

La batalla seguirá adelante esta semana. El Gobierno ya ha registrado en la Cámara el texto legal del Acuerdo de Retirada pactado en Bruselas, con lo cual este mismo martes podría someterse finalmente a votación en primera lectura. Si no surgen nuevas sorpresas, será entonces cuando se sepa finalmente si Johnson cuenta con los 320 diputados necesarios para sacar adelante su Brexit.

Por primera vez desde la Guerra de las Malvinas, hace 37 años, Westminster se reunió el pasado sábado en sesión extraordinaria para debatir y votar el acuerdo que Johnson acababa de cerrar con los 27. Una sorpresa de última hora en forma de enmienda, la ya conocida como enmienda Letwin, frustró la jornada histórica que perseguía Downing Street. Obligó al Gobierno, con el respaldo de 322 diputados frente a 306, a enviar una carta a Bruselas para pedir una nueva prórroga y condicionó la votación definitiva a que se iniciara el trámite parlamentario correspondiente y los diputados conocieran los detalles legales de la nueva propuesta de Brexit.

A pesar de que, después de este contratiempo, Westminster nunca llegó a votar el acuerdo de Johnson —fue retirado en el último momento—, Bercow ha considerado que se debatió durante tres horas, y que por tanto, como manda la convención parlamentaria, no puede volver a someterse a votación un mismo texto en el mismo periodo de sesiones.

Este martes, sin embargo, salvo sorpresas, se votará un tratado internacional. Algo mucho más completo que una simple propuesta del Gobierno pidiendo el respaldo a su Brexit. Variarán el contenido y las circunstancias, y parece claro que Bercow no pondrá ningún obstáculo.

Los problemas le pueden llegar a Johnson por parte de la oposición. Los laboristas preparan dos enmiendas sustanciales. En una de ellas reclaman que el Reino Unido permanezca dentro de la unión aduanera de la UE. En la segunda, que se condicione a un segundo referéndum la aprobación definitiva del acuerdo del Brexit. La primera encierra el problema de que supondría alterar un tratado internacional ya acordado y cerrado. La segunda supondría lograr una mayoría de la Cámara a favor de una nueva consulta popular, algo ya votado y rechazado anteriormente.

Pero si cualquiera de estas enmiendas pudiera salir adelante, alteraría completamente los planes de Downing Street de acelerar los trámites parlamentarios para concluir el Brexit antes del 31 de octubre, y no tener así que echar mano de una nueva prórroga. En cualquier caso, las señales que llegan desde Bruselas, una vez recibida la carta que Johnson mandó a regañadientes, es que se concedería sin problemas una nueva prórroga de tres meses.



Jamileth


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