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Más que un accesorio: las bolsas de marca pueden ser una inversión


2019-10-31

Por Vanessa Friedman, The New York Times

A inicios de este año, Kylie Jenner, magnate de la belleza y miembro de la familia Kardashian-Jenner, le dio a Architectural Digest un recorrido por su casa.

El recorrido incluyó su colección de arte pop, sus máquinas de videojuegos y su “armario de bolsos”, una habitación especial que en teoría cuenta con 400 bolsos (o más) entre los cuales hay muchos Hermès Birkin, Chanel y Dior que son motivo de orgullo para Jenner.

“He coleccionado estos bolsos por un rato”, comentó Jenner con entusiasmo durante otro recorrido que quedó registrado en YouTube en 2018. “También son una gran inversión”.

Es el tipo de comentario que puede hacer que la audiencia se exaspere y sienta pena ajena, salvo que no está del todo equivocada. Los bolsos de mano de la marca Hermès han engendrado un particular mercado secundario y se han vendido a precios estratosféricos en subastas (uno de esos rumores apócrifos de la moda cuenta que, en estos días, un bolso Hermès es mejor inversión que el oro).

Sin embargo, últimamente parece que Hermès ya no está sola. Los bolsos de lujo, como los zapatos deportivos de lujo, podrían estar convirtiéndose en una especie de activos.

Esto implica que tal vez llegó el momento de que dejes de pensar que ese armario —o repisa, o contenedor de mimbre donde guardas tus bolsos— forma parte de tu guardarropa y empieces a verlo como un portafolio de inversiones, con acciones de primera línea, que te da la oportunidad de vender algunas piezas y ganar más dinero al hacerlo.

En todo caso, eso es lo que cree Charles Gorra —el fundador de Rebag, un sitio que vende bolsos de lujo de segunda mano—, quien el 24 de octubre lanzó Clair, acrónimo de Comprehensive Luxury Appraisal Index for Resale (Índice Exhaustivo del Costo Estimado de Productos de Lujo para su Reventa).

Es una herramienta algorítmica que les muestra a los dueños de los bolsos el precio de contado que tendrían sus bolsos en reventa si los fueran a liquidar de inmediato vendiéndoselos a Rebag (a diferencia de otros sitios de segunda mano, Rebag compra existencias de inmediato, en vez de darle al dueño un porcentaje de la venta cuando esta ocurre).

Durante los próximos meses, Gorra presentará funciones de seguimiento que te permitirán ver el aumento y la caída de esos precios para calcular mejor el valor futuro de un bolso… y tomar la decisión de comprar o vender en el momento.

“Esta es la información: ¿qué porcentaje de la venta al menudeo estoy recuperando?”, señaló durante una demostración de la herramienta. “Veo una época en la que la gente comprará bolsos de una manera diferente con esa información. El verdadero valor de una marca de lujo está en su adherencia: su porcentaje de valor retenido”.

El pionero del índice de accesorios es StockX —el sitio de reventa que en junio fue valuado en más de mil millones de dólares después de su recaudación en la serie C—, que trata los artículos de moda como si fueran materias primas que se pueden comprar y comercializar. Aunque es más famoso por los zapatos deportivos, en 2017 StockX se expandió a los relojes y los bolsos de lujo.

No obstante, si StockX es el equivalente a la Bolsa de Valores de Nueva York de los accesorios, con compradores y vendedores que comercializan entre sí, Rebag (la cual es significativamente más pequeña) busca ser la Nasdaq: un mercado moderado por operadores, con precios establecidos como una suma de comportamientos.

Y el hecho de que ahora haya al menos dos de ese tipo de “mercados bursátiles” refleja un cambio en la manera en que compramos bolsos de mano: un distanciamiento del motor aspiracional y de estatus social que alguna vez impulsó el mercado de lujo para acercarnos a patrones de compra más templados y calculados.

Según el Servicio de Consumer Tracking de NPD, en los doce meses previos a agosto, en Estados Unidos el mercado de los bolsos de mano para mujeres llegó a los 5,900 millones de dólares, una cifra inferior a los 7,000 millones de dólares de dos años antes, equivalente a una caída del quince por ciento.

En contraste, las ventas de mochilas para mujeres crecieron un diez por ciento durante ese periodo, y las ventas de distintos tipos de riñoneras crecieron más de un veinte por ciento.

Beth Goldstein, la analista de NPD encargada de la industria del calzado de moda y de los accesorios, considera que es una señal de que la gente está empezando a comprar más bolsos de mano según indicadores concretos como la funcionalidad y el uso, en vez del impulso o la tendencia.

Como resultado, la elección de un bolso de mano responde menos a una compra emocional y ahora se centra en decisiones más racionales. Además, según Goldstein, la gente que los compra está teniendo un comportamiento más parecido al de los compradores de autos, quienes planean e investigan sus compras por adelantado y “analizan el valor de su inversión”.

No es ningún accidente que Gorra quiera que Clair se convierta en el equivalente del Kelley Blue Book —la fuente de referencias automotrices que usa los precios de los autos nuevos y usados para obtener un valor justo de mercado—, pero de los bolsos de mano.

Gorra, quien comenzó su carrera en Goldman Sachs y Texas Pacific Group, vio las posibilidades del mercado de los bolsos después de pasar un periodo en la Escuela de Negocios de Harvard, donde trabajó en el desarrollo de productos para Rent the Runway.

Gorra lanzó Rebag en 2014 con la idea de que podía servir como un medio de “liquidez instantánea” a través de los bolsos, y desde entonces ha recaudado 52 millones de dólares y ha abierto nueve tiendas en Estados Unidos, con planes de abrir veinte más. Gorra mencionó que siempre había tenido a Clair en mente y, durante cinco años, se ha dedicado a la consolidación de Rebag.

En este momento, hay 10,000 códigos de Clair, y la cifra está aumentando. Los usuarios, quienes no tienen que ser clientes de Rebag, pueden seleccionar modelos de bolsos y rastrear su valor.

Por ejemplo, Clair te puede decir que el Pochette Metis de Louis Vuitton se venderá casi al 100 por ciento de su precio original, pero el LV Papillon, un estilo más común, está cerca del 40 por ciento.

Además, aunque el seguimiento de los precios a lo largo de los años aún no está disponible para el público general, se pueden sacar algunas conclusiones… y se sacarán. Cada trimestre, Rebag publicará Clair’s Picks, una lista de bolsos que le recomienda a la gente comprar o vender, del mismo modo que un analista comparte las elecciones de acciones. Es decir: desde 2018, el bolso Mama de Fendi ha aumentado un 44 por ciento en su precio de reventa; el bolso Tote Book con el logo de Christian Dior subió un 26 por ciento.

De acuerdo con Gorra, la apuesta más segura en el mercado de los bolsos es Hermès (el cual retiene en promedio más del 80 por ciento de su valor en la reventa), seguida de Chanel, Vuitton, Gucci y YSL (todas con un promedio superior al 60 por ciento). Goyard también está en el cuadrante más alto.

Si quieres jugar al mercado, entonces, podrías comprar algunas carteras Bottega Veneta (que tiene menos valor acumulado) a un bajo precio y apostar a que otras personas vean que no se venden bien y dejen de ofertarlas, lo que haría que eventualmente el valor suba y te permitiría vender a un precio mayor.

En efecto, la escasez en el mercado de los bolsos, como en el de las zapatillas deportivas, es una parte importante del valor. (Obviamente, como con las zapatilas, entre menos usados estén es mejor). Esto ayuda a explicar por qué Hermès, que suele mantener su oferta por debajo de la demanda y a menudo lanza piezas de edición limitada, sea tan dominante.

Lo que nos lleva otra vez a las Kardashian.

Kylie, después de todo, no es la única integrante de la familia que tiene un guardarropa solo para sus carteras. Kim también tiene uno. Y Kris Jenner, su madre, tiene un clóset solo de Birkin. Dado que ella y su progenie, nos guste o no, han resultado la familia de empresarios determinante de la última década, no debería sorprendernos que, en lo que se refiere a bolosos de lujo, ellas estén adelantadas a la curva de inversión.



regina


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