Formato de impresión


La presidencia de Donald Trump en tuits


2019-11-04

Por Mike McIntire y Nicholas Confessore, The New York Times

Una investigación de The New York Times de todos los tuits y seguidores del mandatario de Estados Unidos muestra cómo ha transformado la red social en un instrumento de poder potencialmente peligroso. Aquí nueve claves del reportaje.

Donald Trump ha aprovechado a su favor las redes sociales como ningún otro presidente estadounidense y las ha usado como trampolín para impulsar cambios políticos, para atacar a sus críticos, así como para desahogar su autoafirmación. “Él necesita tuitear así como nosotros necesitamos comer”, dijo Kellyanne Conway, asesora de la Casa Blanca.

De paso, ha dado credibilidad a desagradables cuentas de Twitter con su hábito de retuitear publicaciones que llaman su atención, aparentemente sin considerar quién está detrás de ellas ni cuáles son sus motivos.

En tres artículos, The New York Times analizó las publicaciones de Trump, examinó las cuentas a las que sigue y entrevistó a docenas de funcionarios gubernamentales, legisladores, ejecutivos de Twitter y ciudadanos estadounidenses comunes que se han visto involucrados en sus tuits. A continuación, presentamos un resumen de nuestros hallazgos.

Atacar, atacar, atacar, con una notable excepción

Casi la mitad de los más de 11,000 tuits del presidente son ataques, contra todo y todos, desde la investigación sobre Rusia a la Reserva Federal, hasta a los jugadores negros de fútbol americano y el fundador de Amazon, Jeff Bezos. No obstante, en más de 2000 tuits, Trump solo ha alabado a una persona: a sí mismo.

El personal de presidencia quería que sus tuits tuvieran un retraso de 15 minutos

Este diario supo que al comienzo de la presidencia de Trump, un grupo de asesores de alto nivel debatió proponerle a Twitter que impusiera un retraso de 15 minutos a la cuenta del presidente estadounidense, parecido al sistema de desfase de cinco segundos que se usa para evitar groserías al aire que utilizan las cadenas de televisión. Sin embargo, abandonaron la idea de inmediato tras reconocer el riesgo político si esa propuesta se filtraba a la prensa o a su jefe.

Los servicios de inteligencia extranjeros tratan de llamar su atención

Cuentas de Twitter vinculadas a operaciones de propaganda patrocinadas por los gobiernos de China, Irán y Rusia le han dirigido a Trump miles de publicaciones. Con frecuencia, las cuentas promovían teorías conspiratorias o apoyaban las políticas de Trump. Una decía: “¡Lo queremos, señor presidente!”. Trump la retuiteó.

Los retuiteos de Trump le han dado impulso a los extremistas

El presidente estadounidense ha retuiteado al menos 145 cuentas no verificadas que promueven contenido conspiratorio o extremista, incluidas más de una veintena que han sido suspendidas por Twitter. Entre ellas se encuentran las de nacionalistas blancos, usuarios intolerantes que están en contra de los musulmanes, seguidores de QAnon, una teoría de la conspiración relacionada con pedófilos satánicos y el “Estado profundo” etiquetada por el FBI como una posible amenaza terrorista nacional.

No sigue a sus seguidores

Parte del material cuestionable que Trump publica en sus redes se origina del flujo continuo de tuits, alrededor de mil por minuto, que lo etiquetan. Sin embargo, también provienen del pequeño número de cuentas —47 actualmente, pertenecientes en su mayoría a familiares, celebridades, conductores de Fox News o políticos republicanos— a las que Trump sigue y que forman parte de sus últimas noticias curadas. Algunas de esas personas, a su vez, siguen cuentas de Twitter que promueven a QAnon, manifiestan actitudes antimusulmanas o defienden posturas de nacionalismo blanco.

Tal vez nunca lo vean tuitear en público

Esto es porque no le gusta ponerse las gafas de lectura que necesita para ver la pantalla de su iPhone. En cambio, el presidente le dicta tuits a Dan Scavino, el director de redes sociales de la Casa Blanca. A veces, Scavino imprime sugerencias de tuits en un gran tamaño de letra para que Trump les dé el visto bueno.

Las mañanas son para tuitear

El hábito de tuitear de Trump alcanza su punto máximo al inicio del día, cuando está en la residencia de la Casa Blanca, a menudo mientras ve Fox News y revisa sus menciones en Twitter. Entonces, convierte a la plataforma en algo que un asesor denominó: “el arma de destrucción masiva por excelencia”. Casi la mitad de sus “tuits de ataque” han sido enviados entre las 6 y las 10 de la mañana, tiempo que, en su mayoría, pasa sin la presencia de sus asesores.

Leímos todos y cada uno de los tuits del presidente

El presidente ha alardeado 183 veces sobre el tamaño de las multitudes que convoca o los aplausos que recibe en sus eventos; ha atacado 570 veces a los migrantes; ha alabado 132 veces a dictadores y en 36 oportunidades calificó a los medios noticiosos como los “enemigos del pueblo”. En 16 ocasiones, Trump se refirió a sí mismo como “el presidente favorito” de todos.

Twitter no es la vida real

Según datos de YouGov, que realiza encuestas sobre todos los tuits del presidente, algunos de los temas por los que Trump recibe más “me gusta” y que se retuitean de manera masiva —ataques a la NFL, publicaciones sobre la investigación del fiscal especial, acusaciones infundadas de fraude electoral generalizado— no les va bien en las encuestas entre el público general.



JMRS


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com