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Que vergüenza
Por Carlos Ramos Padilla | Revista Siempre Cómo describir, relatar semejante tragedia. Estamos frente al asesinato de familias –de inocentes, de madres, de niños– y el gobierno sólo supone y el presidente continúa en el empeño de culpar a otros gobiernos. Estamos en la barbarie. En el mundo nos comparan con Siria. Y aquí pedimos a las abuelitas resuelvan la responsabilidad que le toca al Ejecutivo Federal. López Obrador nos ha colocado en la situación más vulnerable ante los Estados Unidos. Ahí está el tema migratorio, ahora nos pretenden mandar a su ejército para hacer con eficiencia lo que aquí ni con estrategia se aplica y cuando así es, son intentos fallidos sin castigo a los responsables del gobierno porque para eso sí son hábiles, hablan de decisiones colegiadas, en conjunto, en el gabinete de seguridad para que ninguno de ellos acabe en la cárcel por los delitos registrados en Culiacán, desde allanamiento de morada hasta la liberación de un criminal. Lo ocurrido en Sonora, tierra de Colosio, Manlio y de Durazo, a esa familia de mexicoestadounidenses debe tener consecuencias. Mire, y que conste que es descripción, un recordatorio de lo que ocurrió. Peña Nieto en gira, ante una emergencia nacional decidió regresar a la Ciudad de México y enfrentar el problema. Sí, fue en esa ocasión en donde más o menos dijo, “llegamos en 2 minutos, no menos, en 5”. Pero resolvió, pero se transportaba en el avión presidencial, iba en un avión militar y estaba comunicado. AMLO ante el operativo en Culiacán estaba volando en línea comercial de bajo costo, prácticamente incomunicado, sin poder exigir desviar la ruta y regresar y, según él, sin estar enterado. Otro ejemplo, ante los sucesos del 68, con todo Diaz Ordaz se presentó, dio la cara, y asumió su responsabilidad. AMLO evade, es escurridizo, culpa a otros gobiernos y se dedica a dar clases de historia descansando en Madero o en Juárez. Nadie en el mundo para defender la vida de sus ciudadanos manda abrazos, decide, cumple con sus obligaciones legales y constitucionales, ejerce el gobierno y el poder. Aquí nos preocupamos por tuiteros mientras asesinas a niños. Aquí mandamos a la guardia nacional a detener a choferes de Uber o revisar pertenencias de los usuarios del Metro. Aquí se dan órdenes para que a un detenido –Ovidio– se le permita hablar por teléfono para girar instrucciones e iniciar la negociación para su libertad. Aquí se permite que el secretario de Relaciones Exteriores presione a la comunidad internacional a declarar como acto terrorista una balacera en El Paso, Texas, pero olvida que en su gestión anterior al frente de seguridad pública de la CDMX lincharon a agentes federales en Tláhuac y no llegó por la “orografía” . Esto se está desmoronando y no lo reconocen ni corrigen. Estamos estancados, con creciente violencia, con una economía deprimida, sin estructura educativa porque no pasan ni las comas, radicalizados socialmente, con una secretaria de Gobernación que se queja que la grabaron cuando, habiendo sido ministra de la corte, hoy defiende medidas anticonstitucionales. Por cierto, ¿alguien se acuerda ya que hace apenas unas semanas dispararon por la espalda a uniformados en Michoacán en una emboscada, alguien se acuerda de Bartlett o Romero Deschamps, alguien se pregunta por qué el juez Delgadillo Padierna libera a delincuentes de Tepito, una zona por cierto en donde su tía Dolores y su tío Rene Bejarano tienen mucho interés? ¿Alguien se acuerda de qué en este país lejos de resolver estos problemas se destinan los recursos al béisbol, alguien se pregunta si el Ejecutivo puede dormir tranquilo cuando su gobierno es omiso antes tanto crimen, alguién está prestando atención al descontento dentro del Ejército? Pero, ¿qué cree? Hay un interesado en aparecer nuevamente en boletas electorales porque está seguro que el pueblo sabio lo quiere y además todos somos felices, requetebién felices. regina |
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