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El ‘Tío Bernie’ va por el voto latino


2019-11-13

Por Jennifer Medina, The New York Times

Bernie Sanders ha recaudado más dinero de donantes latinos que cualquiera de sus rivales demócratas y lidera el voto hispano, según revelaron nuevas encuestas.

Tres meses antes de que comiencen las votaciones para las elecciones primarias demócratas, los asesores de Bernie Sanders confían en los nuevos electores que están registrando en Iowa. Esperan una victoria contundente en Nuevo Hampshire, donde Sanders —senador de la vecina Vermont— es considerado como un residente local. Y en California, un estado que su equipo de campaña considera que abre el camino a la candidatura, creen que Sanders tiene una clara ventaja con el arma no tan secreta de los electores latinos.

Sanders ha recabado más dinero del electorado latino que ningún otro candidato demócrata, ya que recaudó tres veces más de lo que Barack Obama recibió de ese segmento en 2008. Es el candidato puntero entre los electores latinos en una serie de encuestas realizadas por The New York Times Upshot y Siena College, ya que recibió un 28 por ciento de los votos en las elecciones primarias demócratas en seis estados pendulares.

De hecho, los asesores de campaña lo dejaron claro: ningún otro bloque de electores estadounidenses pertenecientes a un grupo étnico es tan importante como el latino.

Puede que Sanders sea un senador blanco de 78 años de Vermont, el estado con la menor población latina del país, pero muchos electores latinos lo consideran el candidato que mejor representa sus esperanzas.

Muchos lo llaman “tío Bernie”, como si fuera un pariente cariñoso o un amigo de la familia.

Quienes lo llaman así son sus seguidores leales. Y su adoración se remonta a 2015, la primera vez que contendió por la presidencia de Estados Unidos. Han visto videos viejos y se deleitan con el hecho de que su mensaje casi no ha cambiado pese a tener décadas como servidor público. En sus llamados a la igualdad, escuchan ecos de sus padres, algunos de los cuales inmigraron en busca de oportunidades económicas.

“Somos una comunidad de lucha y este es un hombre que sabe lo que es pelear”, dijo Anthony Mercado, un trabajador de mantenimiento de 48 años, quien llevaba una camiseta que decía “Bernie 2016” y estaba sentado afuera de la oficina de campaña de Sanders al este de Los Ángeles el día de su apertura, en octubre. “A los latinos nos han prometido cosas que luego no cumplen. Pero Bernie ha estado diciendo lo mismo desde que comenzó”, agregó.

En Iowa y Nevada, su equipo de campaña cree que incluso un ligero aumento en la participación latina en los caucus de estos estados tendría como resultado un mayor número de delegados para Sanders. Su equipo tiene varios motivos para sentirse optimista. En 2016, Sanders prevaleció en solo una votación primaria estatal en la que los latinos conformaban al menos un quince por ciento de la población. Pero ahora, según varias encuestas de cara a la elección de 2020, los electores latinos —que se espera que sean el grupo electoral más grande constituido por una minoría— han indicado que favorecen a Sanders más que a ningún otro candidato presidencial.

En una encuesta reciente entre posibles electores demócratas del Instituto de Políticas Públicas de California —un grupo de investigación apartidista—, un 39 por ciento de los latinos de California dijo preferir a Sanders, en comparación con un 21 por ciento que votaría por el exvicepresidente Joe Biden y un 5 por ciento que apoya a la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren. Los latinos conforman el 24 por ciento de los posibles electores demócratas en el estado, según este grupo de investigación.

El equipo de campaña de Sanders ha recabado más dinero de los donantes latinos —tanto entre individuos como en contribuciones totales— que ningún otro, dado que ha recaudado cuatro veces más fondos que la campaña de Warren y cinco veces más que la de Biden, según un análisis de contribuciones de ActBlue elaborado por Juan M. Proaño, quien preside Plus Three, un grupo de tecnología y recaudación de fondos.

El mes pasado, en un foro presidencial en Des Moines, Iowa, patrocinado por la Liga de Ciudadanos Latinos Estadounidenses Unidos, Sanders habló después del exsecretario de vivienda, Julián Castro, y Beto O’Rourke, excongresista de Texas. Solo Sanders fue recibido con una ovación del público cuando entró al auditorio.

En Los Ángeles, un grupo clave de voluntarios de Sanders desde 2016 se ha mantenido involucrado en causas de interés para ellos; han tenido éxito en su campaña por un salario mínimo de quince dólares la hora, al participar en marchas con los maestros durante una huelga de una semana para pedir aumento de sueldo y también han hecho cabildeo para que se proporcione Medicaid a los inmigrantes indocumentados que se encuentran en Estados Unidos.

Ahora, están más motivados a la acción a consecuencia del lenguaje divisorio y las políticas de mano dura hacia los inmigrantes impuestas por el presidente estadounidense, Donald Trump. Están presionando a sus padres y a sus vecinos para que se les unan, trabajan como voluntarios hispanoparlantes en bancos telefónicos y organizan a suburbios con presencia latina predominante al este de Los Ángeles.

“En la mayoría de las campañas, los latinos suelen ser secundarios, nosotros estamos diciendo de manera explícita que son el pilar de nuestra campaña”, explicó Rafael Návar, director de campaña de Sanders en el estado de California. A principios de noviembre, la campaña abrió sucursales en Central Valley e Inland Empire, dos bastiones latinos del estado que a menudo son ignorados en las elecciones nacionales. “Estamos llevando a cabo la operación más grande en el estado más grande, así que nos va a ir mejor que la última vez”, afirmó.

En 2016, Sanders obtuvo un 45,7 por ciento de los votos demócratas en las elecciones primarias de este partido, en comparación con el 53,4 por ciento de Hillary Clinton.

En entrevistas con seguidores latinos en California y Iowa, muchos dijeron que la atención médica era fundamental para ellos y mencionaron a padres que habían quedado en bancarrota tras una cirugía o que habían tenido que viajar a México para consultas médicas. Incluso entre los miembros de los sindicatos que han peleado para negociar prestaciones de atención médica, hay un entusiasmo generalizado por la propuesta de Sanders de Medicare para todos.

Sanders ha adoptado algunas de las posturas más liberales entre los demócratas en torno a la migración. En un plan de política migratoria que dio a conocer el jueves 7 de noviembre, hizo un llamado a una moratoria a las deportaciones y a poner fin a las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés). También prometió presionar al congreso para que promulgara una vía a la ciudadanía para los 11,1 millones de personas inmigrantes que viven actualmente en el país sin documentos.

Sanders declaró que emitiría órdenes ejecutivas para permitir a esos migrantes quedarse en Estados Unidos hasta que el congreso cambie las leyes existentes. Ha prometido “restructurar de raíz” el ICE, una agencia a cuya creación se opuso en 2002. El plan también hace un llamado a poner fin a la separación de las familias en la frontera y permitir el ingreso al país a quienes solicitan asilo.

Los funcionarios de campaña han enfatizado que tres miembros del personal que son beneficiarios de la Ley de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) le dieron forma a la política migratoria de Sanders.

“Dejamos muy claro que la reforma migratoria ya no es suficiente. Necesitamos ponerle un alto a las deportaciones de inmediato”, dijo Belén Sisa, quien es una de esas personas en el equipo de Sanders. “Hace diez años habría sido impensable que nosotros tuviéramos influencia sobre las políticas que tienen impacto en nuestras vidas”.

El equipo de campaña comenzó a acercarse a la comunidad latina tan pronto como Sanders anunció su candidatura, explicó Návar, y llevó a cabo eventos de “Unidos con Bernie” en todos los estados que tendrían elecciones tempranas. En Iowa, la campaña comenzó con el envío de publicidad digital sobre la historia migratoria de Sanders en mensajes de texto en español a la comunidad latina. Los organizadores del estado creen que pueden aumentar de manera importante la cantidad de electores en el caucus latino; en 2006, menos de 3000 de los 85,000 latinos elegibles votaron en el caucus.

Ahora hay más de ochenta miembros latinos en su equipo de entre los casi 400 que trabajan en la campaña, incluida Analilia Mejia, directora de política nacional.

“Debido a eso tenemos una competencia cultural en todo lo que hacemos”, manifestó Chuck Rocha, asesor sénior de la campaña. “Sacamos al aire anuncios pagados para la audiencia latina antes de tratar de llegar a la gente blanca”.

Al interior de la oficina de campaña del este de Los Ángeles, debajo del letrero que dice “Unidos con Bernie” hay un dibujo clavado con tachuelas de Sanders con la palabra hebrea “mensch” en mayúsculas, que significa “una persona con integridad y honor”.

Durante los últimos cuatro años, Carlos Marroquín, de 53 años, empleado postal y activista, ha estado ayudando a reunir la que denomina la “Brigada Bernie”, organizando a los seguidores de Sanders en torno a todo tipo de causas políticas. Ahora, dijo, el grupo está cosechando los beneficios de no haberse dispersado nunca.

“Nunca nos detuvimos, como él, que tampoco se detiene”, dijo. “Necesitamos mostrarle a la gente que él es quien está hablando sobre las cosas que más nos importan: la encarcelación, la indigencia, la vivienda, la desigualdad. Estas son cosas que hemos exigido por mucho tiempo”.



Jamileth


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