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Evo Morales y López Obrador: dos gotas de agua
Alejo Sánchez Cano, El Financiero Ahora que ya está el prófugo de la justicia de Bolivia en nuestro país, Evo Morales, daremos un repaso al proceso reeleccionista que lo mantuvo en la presidencia por 13 años y en donde se observa que fue un periplo plagado de atropellos al orden constitucional. Es de sobra conocido que antes de ser presidente, el líder indígena organizó las manifestaciones que derrocaron a sus dos antecesores bajo el ala protectora del chavismo venezolano. Una de las peculiaridades que tiene Evo y que ocurre lo mismo con AMLO es la pobre oratoria y escasa instrucción cultural y que ambos son espléndidos luchadores sociales, plataforma que les permitió llegar a encabezar el Poder Ejecutivo. Ambos transitan por el mismo camino que marcaron Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela. Primero, ganan la presidencia mediante una elección democrática, luego con el señuelo de la revocación de mandato, logran la reelección o la ampliación de mandato y finalmente, ya sin caretas, se enquistan en el poder hasta que el pueblo los expulsa. Con la misma vara con la que fustigó a sus antecesores, Evo Morales ha caído ahora repudiado por su gente y emprendido la huida a uno de los pocos países que le han tendido la mano, México. Dice Juan Carlos Durán referente a una nota de la BBC, que en el año 2016, Evo Morales decide llamar a un referendo en Bolivia, con lo que buscaba cambiar un artículo de la Constitución, que el propio partido de Evo había aprobado ocho años atrás, que le prohibía presentarse nuevamente a una reelección presidencial, el resultado fue contrario a sus deseos. No obstante, un año después, en 2017, el Tribunal Constitucional de Bolivia emitió una insólita sentencia en la que afirmaba que había que respetar el “derecho humano” de Evo a presentarse a la reelección y que ese derecho humano se superponía a cualquier norma de la Constitución. La opinión de cinco jueces afines al gobierno se imponía a la voluntad general expresada en las urnas y habilitaba a Evo a participar en las elecciones. En 2018 el Tribunal Electoral boliviano, lacayo del poder, también ratificó la habilitación de Evo para participar en las próximas elecciones presidenciales. Mencionamos cómo el presidente cooptó tanto al Poder Judicial como a las autoridades electorales. Lo que sigue es la caída de Evo Morales; la protesta masiva de los bolivianos y la suma a ella de organizaciones afines al presidente, incluyendo el Ejército, lo obligaron a renunciar. Su candidatura en las elecciones presidenciales, por cuarta vez, después de 13 años de ser presidente, fue la gota que derramó el vaso ya colmado por abusos, crisis económica y pobreza extrema. El momento de quiebre en Bolivia llegó cuando la OEA confirmó en su informe final las graves irregularidades señalando la conveniencia de repetir las elecciones y recomendando el cambio de las autoridades del Tribunal Electoral. Esta historia se podría repetir en México si se continúa con la pretensión de transcender el final de sexenio de López Obrador con la trampa que representa la revocación de mandato. Jamileth |
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