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La OTAN insiste en su unidad pese al enfado de Trump


2019-12-04

Por Toni CERDÀ y Anna CUENCA


Watford, Reino Unido, 04 Dic 2019 (AFP) - La OTAN logró este miércoles preservar su frágil unidad en una cumbre en Londres con ocasión de su 70º aniversario marcada por las críticas de Francia, el malestar de Turquía y el enfado del estadounidense Donald Trump.

"Siempre hemos sido capaces de superar [las] diferencias y luego unirnos en torno a nuestras tareas principales (...) y eso es exactamente lo que hicimos hoy", dijo el secretario general, Jens Stoltenberg, al término de un encuentro marcado por las tensiones.

Las aparentes burlas sobre Trump por varios dirigentes, entre ellos el canadiense Justin Trudeau, en una conversación captada por las cámaras durante una recepción la víspera en el palacio de Buckingham, no invitaban al optimismo.

El presidente estadounidense acusó a Trudeau de tener "dos caras" y, aunque participó en la cumbre a la que llegó sin hacer declaraciones, acabó anulando su rueda de prensa final y afirmó que volvería "directamente" a su país.

Pese a todo, los 29 aliados lograron adoptar una declaración conjunta que por primera vez define a China como un reto, y marcar un plan de defensa para los países bálticos, pese a la amenaza de bloqueo por Turquía, aliado de la Rusia de Vladimir Putin.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazaba con un veto si los aliados no reconocían como organización "terrorista" a la milicia kurda YPG, contra la que lanzó una ofensiva en el norte de Siria en octubre.

Pero el presidente francés, Emmanuel Macron, muy crítico con la ofensiva turca, advirtió que no se debía meter a todas las organizaciones en el mismo saco, máxime cuando la YPG fue aliada de los occidentales en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.

Los países bálticos, que temen a una Rusia más asertiva por su papel en el conflicto en Ucrania desde 2014, pusieron el grito en el cielo y reclamaban un compromiso en la cumbre, que se acabó logrando aunque no se conocían de momento los detalles.

- ¿Dinero o estrategia? -

Turquía, que también está en el punto de mira de los aliados tras la compra a Rusia de un sistema antimisiles, había sido el principal blanco del presidente francés en una polémica entrevista en que calificó a la OTAN de estar en estado de "muerte cerebral".

Trump calificó sus palabras de "insultantes", pero Macron volvió a defenderlas el miércoles al afirmar que abren un debate sobre la estrategia de la Alianza y no solo sobre "dinero".

El reclamo de Washington para que los otros miembros aumenten el gasto militar, constante desde la presidencia de Barack Obama, ya protagonizó las cumbres de la Alianza en Bruselas en 2017 y 2018 de la mano de su sucesor Donald Trump.

Stoltenberg se esforzó en los últimos días en convencer al estadounidense de que Canadá y los aliados europeos cumplen con su compromiso de alcanzar el 2% del PIB nacional en gasto militar para 2024, como prometieron en la cumbre de Gales en 2014 y reiteraron este miércoles.

El mandatario de Estados Unidos, primera potencia de la OTAN y cuyo gasto militar nacional se situó en 3,30% del PIB en 2018, alabó esos esfuerzos la víspera en un encuentro con el secretario general de la Alianza.

Pero consideró que quedan "muchos morosos" y apuntó de nuevo a Berlín. Según la OTAN, sólo nueve de sus 29 miembros alcanzarían este año el objetivo. Alemania se quedaría en el 1,38%; España (0,92%) y Luxemburgo (0,56%) serían los más alejados.

- "¿Quién es el enemigo?" -

Aunque el reclamo sigue sobre la mesa, las críticas de Macron parecen haberse impuesto en esta ocasión y los dirigentes dieron su visto bueno a que la Alianza inicie un proceso de reflexión sobre su futura estrategia.

"¿Quién es nuestro enemigo? ¿Cómo reaccionamos juntos contra el terrorismo internacional en particular?", reiteró Macron a su llegada a una cumbre que también confirmó como retos el creciente desarrollo militar de China y a Rusia.

Aunque no está en el ámbito de acción de la OTAN, el auge de China, clave en el abandono por Moscú y Washington de un tratado clave sobre armas nucleares que data de la Guerra Fría, empieza a representar una amenaza.

El 70º aniversario de la Alianza, nacida de los escombros de la Segunda Guerra Mundial para defenderse de la Unión Soviética, sirvió así para subrayar sus éxitos y mirar hacia el futuro y al espacio, como nuevo ámbito de operaciones.

 

 


 

 

Por Maria LORENTE


Achacachi, Bolivia, 04 Dic 2019 (AFP) - Los pobladores de Achacachi tienen miedo. Este municipio rural en el departamento de La Paz, hasta hace poco tiempo identificado como bastión de Evo Morales, ha sido en los últimos años epicentro de una lucha sangrienta entre los defensores del expresidente indígena y quienes lo acusan de "autoritario".

El Gobierno Autónomo Municipal, en la plaza principal de la ciudad, está abandonado y varias de sus ventanas están destrozadas. Nadie ha hecho nada para repararlas desde que el alcalde Édgar Ramos, afín a Morales, abandonó en 2017 el municipio en medio de denuncias de corrupción.

A eso se le suma que Achacachi, situado a 93 kilómetros al noroeste de La Paz, se quedó meses después sin Policía o Fiscalía. Desde entonces, el pueblo de casas de adoquines y calles secas y polvorientas donde viven más de 46,000 personas se autogobierna mediante juntas de vecinos.

El terror se mantiene desde entonces. Los pobladores, en su mayoría indígenas, tienen muy presente la violencia que se desató cuando pidieron al alcalde un informe sobre su gestión.

Achacachi es también cuna de los "Ponchos rojos", la "milicia aymara" que defiende la refundación de Bolivia propuesta por Morales. Estos hombres salieron a defender a sangre y fuego al alcalde de esa localidad altiplánica a más de 4,000 metros de altura.

- "No queremos que vuelva" -

Los violentos enfrentamientos duraron varios días, con saqueos, destrozos, quema de vehículos y viviendas, entre ellas la del alcalde. Finalmente, la policía intervino con un despliegue de más de 400 efectivos.

"Nosotros no queremos que vuelva Evo, el ha sido bien malo, ha hecho mucho daño al pueblo. Ahora da miedo de hablar, muchas cosas han pasado (...) hubo violencia y tiendas saqueadas y nadie nos ha sabido escuchar", opinó una joven indígena que no quiso dar su nombre.

Las elecciones presidenciales del 20 de octubre en Bolivia, en las que Morales aseguró que había obtenido un cuarto mandato en medio de una ola de denuncias de fraude e irregularidades, dieron un giro a la historia del país y en menos de un mes el expresidente renunció y se fue a México, donde denunció un golpe de Estado.

En varias regiones estallaron enfrentamientos con la policía y saqueos.

Según los primeros resultados, Achacachi había votado en favor de Evo Morales. Pero los lugareños lo niegan.

- "Fue fraude" -

"Eso no es verdad", dice Marta Vega. "Fue fraude, nosotros no votamos a Evo".

Cuando empezaba el gobierno de Morales, su partido, el MAS, podía hacer campaña en Achacahi sin ninguna dificultad. Pero el ahora expresidente fue perdiendo terreno en este territorio mucho antes de la última elección.

La llegada de Evo Morales al Palacio Quemado hace 14 años tuvo un matiz épico: no solo obtuvo el 54% de los votos, algo que nadie había logrado desde la restauración democrática de 1982, sino que además juramentó su cargo como "presidente de los indígenas de América" en las ruinas precolombinas de Tiwanaku.

"La primera vez pensábamos que como era indígena iba a hacer bien para nuestras clases, pero no ha sido así", comentó una mujer mientras vendía sus frutas y verduras en el mercado de la plaza de la ciudad. No da su nombre porque en Achacachi "se conocen todos".

"Yo he visto mucho autoritarismo, mucha corrupción en estos años; y si decías cualquier cosa te buscaban o te perseguían", agrega.

- "Evo nos ha ayudado" -

Ahora los negocios están abiertos, el banco funciona y los restaurantes ofrecen platos con trucha, la pesca estrella del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo con una altitud media de 3.812 metros sobre el nivel del mar, que tiene costa sobre esa localidad. Pamela Ramos, una estudiante de 23 años, es una de las que quiere el retorno de Morales.

"Evo nos ha ayudado con viviendas propias, trabajo, el ayudó a los pobres", explica.

Pero Materia Espinoza, una señora de 73 años, asegura que las "cosas buenas" fueron muy al inicio.

"Después hubo mucha corrupción, mucha división", cuenta.

No sabe a quién va a votar en las próximas elecciones recientemente convocadas por el gobierno de transición de Jeanine Áñez. Pero sea cual sea el resultado, está contenta de que Morales no participará. Al futuro gobierno advierte: "Antes estábamos vendados, dábamos voto por una libra de azúcar, pero ahora ya no, si ahora un gobierno entra y lo hace mal, lo van a sacar como al señor Evo".

 

 



regina


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