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El Papa en la fiesta de la Virgen Guadalupe: María, “mujer, madre y mestiza”
Larissa I. López (ZENIT – 12 dic. 2019).- El Santo Padre sugirió tres títulos o adjetivos para la Virgen, “mujer, madre y mestiza”, y ha pedido que la Virgen nos hable como habló a Juan Diego “con ternura, con calidez materna y con la cercanía del mestizaje”. Hoy, jueves 12 de diciembre de 2019, aproximadamente a las 18 horas, el Papa Francisco presidió en la basílica de San Pedro la Eucaristía en la Solemnidad de la Santísima Virgen María de Guadalupe. Coro latinoamericano Junto con Francisco concelebraron el Card. Marc Ouellet, el Card. Leonardo Sandri, Mons. Edgar Peña Parra, Mons. Octavio Ruiz Arenas, Mons. Ilson Montanari y otros cardenales, obispos y sacerdotes. Antes de comenzar la Misa, el Papa incensó el cuadro de la Virgen de Guadalupe colocado para la ocasión bajo el baldaquino de Bernini en el templo vaticano. El coro del Colegio Pío Latinoamericano entonó varios cantos en español, entre los que se encontraba el de “América, despierta”, canción popular que recuerda que María, emperatriz de las Américas, protege y acoge a su pueblo. Los coros de la Capilla Sixtina y Mater Ecclesiæ, así como el maestro organista Juan Paradell acompañaron también con sus cantos y música la celebración. Liturgia de la palabra La primera lectura del día, la carta de san Pablo a los Gálatas, fue leída en portugués y el salmo 66 fue cantado en italiano “Ti lodino i popoli, o Dio, ti lodino i popoli tutti” (“Que te alaben, Señor, todos los pueblos”). El Evangelio, pronunciado en español (Lucas 1, 39-48), relata el encuentro de María con su prima Isabel. Esta última, llena del Espíritu Santo, le dice, “Bendita tú entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús”. María “se mestizó con la humanidad” Durante su homilía, el Papa Francisco apuntó que los demás títulos de María, como los de las letanías lauretanas, no son tan esenciales como los títulos de “mujer” y “madre”. Asimismo, describió que, en la aparición a San Juan Diego (1474-1548), en 1531, en el cerro del Tepeyac, al noroeste de la Ciudad de México (México), la Virgen “se mestizó con la humanidad” para ser “Madre de todos” y “mestizó a Dios”. El Pontífice también se refirió al papel de la mujer en la Iglesia y recomendó no reducirlo a “funciones”, sino mirar mucho más allá para no quedarse “a mitad de camino”. La oración de los fieles fue realizada por un cantor, al que la asamblea respondió “En ti confiamos, Señor” y las ofrendas fueron entregadas por tres familias, 11 personas en total, de Filipinas, Ecuador y Colombia, respectivamente. 50º aniversario de la ordenación del Papa Por último, antes de la bendición final, el cardenal Marc Ouellet, como presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, dirigió un saludo al Papa con motivo del 50 aniversario de su ordenación sacerdotal, que tendrá lugar mañana 13 de diciembre. En él, el purpurado agradeció al Señor por “el don de sus cincuenta años de sacerdocio, vividos aún con mayor intensidad en sus años de ministerio petrino”, destacando en el Santo Padre su “espíritu de humildad y misericordia, en espíritu de reforma y santidad y dando prioridad y sumo cariño a los más necesitados de caridad y esperanza, y en especial a los pobres”. Al mismo tiempo, el cardenal indicó al Pontífice que, aunque no todos “logran entender plenamente el alcance de sus gestos, palabras y decisiones, le puedo asegurar que el pueblo de Dios que camina en la fe se siente animado y consolado por su ejemplo y su magisterio”. regina |
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